Antonio-Pedro
Tejera Reyes
“En la
práctica del turismo deben prevalecer los elementos culturales y espirituales,
sobre los elementos técnicos. La liberación del hombre respetando su identidad
y su dignidad, la afirmación de la originalidad de las culturas y el respeto al
patrimonio moral de los pueblos”. Arturt Haulot.
CANALES,
MARINAS, CAMPOS DE GOLF, HERMOSOS HOTELES TROPICALES... “EL MORRO”, UNA
REALIDAD ENTRE BARCELONA Y PUERTO LA CRUZ
TURISMO,
FUERZA VIVA AL SERVICIO DE LA PAZ MUNDIAL, Y DERECHO FUNDAMENTAL DEL SER HUMANO
El 30 de
Octubre del año 1981, en los salones del Real Club Náutico de Gran Canaria, en
Las Palmas, tuvimos ocasión de ofrecer una amplia conferencia sobre las
posibilidades turísticas de Venezuela, la cual ilustramos con numerosas
diapositivas que, junto a los hermosos carteles que por aquel entonces editaba
la Corporación Nacional de Turismo, fueron largamente aplaudidas por el
numeroso público que llenó al completo dichas instalaciones, arrollándonos a
preguntas que con el mayor interés fuimos contestando, como las que nos hiciera
el llorado amigo, el político Dr. Gregorio Toledo, el cual tenía un hermano
allá desde no se sabe cuántos años... Recuerdos inolvidables en los que veíamos
una Venezuela turística de gran alcance de la cual hemos mención en
innumerables trabajos en nuestra larga vida literaria, como un homenaje a la
tierra de Dios donde La Naturaleza puso todos los componentes necesarios para
que sus hombres y mujeres los desarrollaran como un beneficio sin igual para
aquellos que soñamos con el turismo como un pasaporte para la paz.
Vista parcial de la zona Puerto la Cruz-Barcelona, donde nació el proyecto EL MORRO, uno de los principales recursos turísticos de Venezuela, con un espectacular desarrollo.
Comenzar este
artículo con el tratamiento del complejo turístico “El Morro”, en el Estado
Anzoátegui, casi para nosotros es una obligación. El Morro, y toda su historia,
es uno de nuestros gran- des temas en el módulo “La planificación del
territorio turístico”, dentro de los estudios master sobre la calidad
turística-ambiental sostenible y promoción de la paz, que creamos junto a la
Universidad para La Paz, UPAZ, de las Naciones Unidas.
Se trata
entonces de analizar el desarrollo de esta región de Venezuela, con algo más de
diez millones de metros cuadrados, que ha logrado enlazar la parte perimetral
de la ciudad de Barcelona con Puerto la Cruz, mediante la construcción del más
ambicioso proyecto turístico de la nación, y uno de los mayores del mundo.
EL COMPLEJO
TURÍSTICO EL MORRO
Son varias las
veces que hemos tratado en la prensa sobre este complejo turístico de
excepción. Son muchos las veces que hemos pernoctado y vivido las mejores
jornadas turísticas, en su “Hotel Doral Beach” ... Son demasiados recuerdos de
unos largos años vividos allá, para poder resumirlos todos en unas pocas
páginas...
Una de las preciosas estampas de los canales de la urbanización EL MORRO, donde se puede apreciar la calidad del ambiente turístico, que se afianzó hace algunos años en la zona.
El Complejo
Turístico El Morro consiste, esencialmente, en un desarrollo turístico
concebido para el turismo nacional e internacional, en dos zonas separadas
entre sí por la población residencial de Lecherías. La primera porción es un
área de unos 8.500.000 metros cuadrados de espacio, ubicada inmediatamente al
lado de Lecherías y al Oeste de la ciudad de Puerto la Cruz. En este espacio
existían unas salinas – las cuales llegamos a conocer y hasta fotografiar – que
tenían muy poca utilidad para la comunidad. La segunda porción consiste en una
superficie de un millón y pico de metros cuadrados, compuesta totalmente por El
Morro de Barcelona. Las dos porciones contrastan notablemente en su fisonomía,
pues mientras las salinas es una zona totalmente plana, El Morro es una montaña
con desniveles muy abruptos. Ambos, a mediados los años setenta, se encontraban
totalmente deshabitados.
En virtud de
las limitaciones físicas en la zona de las salinas, fue menester crear allí
artificial-mente los espacios de terreno necesarios para su desarrollo, lo cual
se realizó mediante el sistema de dragados, utilizando el material sacado del
fondo del mar para rellenar, con lo que se consiguió elevar el nivel del
terreno y a su vez profundizar el de los canales que se fueron creando. Una
ingente labor donde se movieron más de 50 millones de metros cúbicos de
material.
Las esplendorosas playas de Chichiriviche, recursos venezolanos para el “turismo de sol y playa” otro de los recursos naturales del trópico de abundante variedad, en los cientos de kilómetros de costa, de la nación americana.
Se construyó
un gran canal unido al Mar Caribe, ramificado en muchos otros canales en forma
de meandros acuáticos, ínter mezclados con sendas penínsulas debidamente
conectadas con tierra firme.
El paisaje
resultante en las salinas son unos frondosos jardines tropicales, con aberturas
en sus canales y praderas de sus campos de golf, dentro de un marco en que han
proliferado todo tipo de construcciones algunas de ellas, como buen símbolo del
alcance de la especulación, fuera total-mente del contexto, y otras como bellos
ejemplos de un armónico desarrollo sostenible, con construcciones
arquitectónicas y de ingeniería, realmente admirables.
En el caso de
El Morro, hubo más libertad arquitectónica para ubicar sus construcciones
aprovechando el espacio estético del mismo. La forma piramidal de la montaña,
remate de la Bahía de Pozuelos que se interna en el mar en dirección al rosario
de islas vecinas, se prestó para crear en ella toda una larga serie de
edificaciones que, con mayor o menor acierto, le dan una fisonomía particular a
la zona.
EL MORRO COMO
EJEMPLO
La creación de El Morro es una demostración
mundial de que el turismo comienza por investigación, sociología, ingeniería y
arquitectura. Estudios socio-económicos, vías de comunicación, energía
eléctrica, telecomunicaciones, servicios... después de todo esto vendrán las más
estudia-das edificaciones acordes a un desarrollo sostenible...
Estampas clásicas en el Complejo Turístico El Morro, una auténtica visión de lo que Venezuela puede ser aplicando su gestión al desarrollo turístico del país.
La experiencia
que se consiguió en El Morro, distorsionada por los acontecimientos que han
sacudido a la nación, se considera altamente interesante para su estudio y son
los analistas quienes tienen en estos momentos un modelo desarrollado, donde se
están aplicando toda una serie de variables para detectar los correctivos
necesarios para obtener un diagnostico positivo sobre esta realidad de la
planificación del territorio turístico mundial.
Todo ello fue
en su día desarrollado, tomando severas bases en el brusco impulso del turismo
mundial a partir de la post guerra, hasta el momento en que se diseñó el
complejo, haciéndose, además, grandes prospecciones sobre el futuro, por las
mejores compañías norteamericanas especialistas del sector, de tal manera que,
a la finalización del enorme proyecto, estuviese en condiciones de competir con
las mejores referencias a escala mundial.
En ese año
198l, en que situamos nuestra intervención, la compañía norteamericana
Economics Research Associates, de Los Ángeles, famosa por ser la que diseñó el
sistema de organización de Disney World, consideraba que El Morro tiene una
larga serie de ventajas sobre otros destinos turísticos de El Caribe. La misma
señalaba que, “El Morro será una de las más grandes y mejor coordinadas
instalaciones turísticas del mundo, que ofrecerá a los mayoristas unas
facilidades como en ningún otro país, para colocar grupos de turistas en un
solo destino, donde el clima es una ventaja importante para atraer el mercado
turístico mundial hacía Venezuela. El Morro es especialmente agradable en
temporadas en que otros destinos del Caribe como Miami, la Península de
Yucatán, Puerto Rico o Las Antillas, son vulnerables por los huracanes. También
vientos helados azotan regiones como Miami o las Bahamas...”
UN EJEMPLO
VIVO DE LA REALIDAD
Nos “partíamos
la cara” para conseguir una habitación, en la alta temporada, en el Hotel Doral
Beach (4.000 camas), allí en El Morro, en los primeros años de los ochenta.
Eran momentos de esplendor que más tarde seguiríamos viviendo con sus nuevos
hoteles y sus lujosas y singulares instalaciones, con sus hermosas marinas, sus
preciosos canales y los bucólicos paseos por sus plácidas aguas, su lujuriante
sol, y sus múltiples rincones de sorprendente belleza, en especial para quienes
desde el norte buscan el trópico para disfrutar del binomio sol y playa...
Hermosa vista parcial del desarrollo turístico de EL MORRO, una auténtica realidad de Venezuela, que debidamente gestionada debe ser una fuente de riqueza para la comunidad, para la persona, para la familia y para el país entero.
Allí, al borde
de ese Mar Caribe donde las playas de El Morro parecen inacabables en su extensión
marina, podemos disfrutar de las más suculentas ostras ofrecidas por los
muchachos al borde mismo del mar (se pagan por docenas) o acercarnos hasta los
mejores restaurantes de Puerto la Cruz para degustar los mejores pescados o las
langostas del Caribe, unidos a los mejores platos gastronómicos del repertorio
criollo o internacional.
Estampas y más
estampas de mi Venezuela que tanto añoro desde el fondo del alma, donde su desarrollo
turístico debe contribuir a eliminar el desnivel social existente entre su
población, como creador de un número considerable de nuevas actividades, fuente
segura de empleos dignos y bien remunerados, elemento positivo de progreso en
los países donde se practica, cualquiera que sea su grado de desarrollo.
Una Venezuela
soñada donde es necesario impulsar la realización del ser humano como ciudadano
del mundo, contribuyendo a su mejor educación, la liberación del hombre
respetando su identidad y su dignidad, la afirmación de la originalidad de sus
culturas y la moral de sus pueblos como elementos fundamentales para lograr una
integración objetiva, precisa y completa. Una Venezuela que sea algo más que un
sueño, donde sigamos sorprendiéndonos y admirándonos de su medio ambiente, de
sus recursos naturales, de sus inmensas llanuras o sus impresionantes
bosques... donde la formación la educación y el conocimiento, sean el fin
primordial que promulga la Organización Mundial del Turismo, junto a esa
Declaración Universal de los Derechos Humanos del Hombre.
El Morro,
Barcelona, Puerto la Cruz, Anzoátegui, Venezuela, algo bastante más que un
sueño...
Del Grupo de
Expertos de la Organización mundial del Turismo. OMT.
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