Antonio-Pedro
Tejera Reyes
Hace ya
algunos años, la Organización Mundial del Turismo, nos obsequió con un
almanaque ilustrado con los carteles representativos de algunos países, donde
se mostraban sus bellezas naturales, y sus signos de identidad más
significativos.
Nos sirvió la
referida publicación para insistir en nuestras intervenciones educativas sobre
la calidad y el necesario conocimiento, en las exposiciones públicas llamadas a
informar sobre la oferta turística que se quiere promocionar.
En todo este
sector desde hace ya muchos años, el desconocimiento y la egolatría de quienes
manejan los presupuestos, llámense públicos o privados, hacen su aparición
buscando aparecer de la forma más destacada posible quienes financian las
publicaciones impresas – ahora también en las digitales - lo cual produce la
mayoría de las veces que los auténticos recursos que tienen todo el valor,
queden opacados en pequeños espacios, sin casi poder apreciarse su imagen.
Esto es lo
destacable en ese almanaque que comentamos como un buen ejemplo, toda vez que
cada uno de sus carteles contenía solo una gran fotografía del recurso
turístico identificativo del país de referencia, frente a aquellos otros
carteles que la ignorancia convertía – o convierte actualmente – en un mosaico
de pequeñas imágenes muchas de ellas casi inapreciables.
Va este
pequeño preámbulo, por lo que está ocurriendo con la información en las redes digitales
con relación a su utilización como medio de información para su promoción
turística.
La cosa es
demasiado seria, y por desgracia está todavía falta de una valoración eficaz y
concienzuda, basada en el necesario conocimiento del tema.
La necesidad
de una experticia basada en profundos conocimientos para apoyar las campañas de
promoción turística de un país, una región, una ciudad, un simple pueblo o una
empresa, es más que necesaria si se quiere que sea eficaz. Si lo que se quiere
es salir en la fotografía, es otra cosa.
Cuando
tratamos de llegar a interesar a nuestros posibles clientes para que nos
visiten, tenemos que ser conscientes de los gustos de ellos, o de las
posibilidades de hacérselos despertar. No estamos todos en condiciones de
emitir juicios sobre este particular por lo que debemos asesorarnos en quienes
tienen la experiencia y el conocimiento necesario para emitir su
diagnóstico.
Es frecuente
que personajes obnubilados por sus cargos, o su poder económico, asuman “in
misericorde” la dirección y la responsabilidad en las funciones de preparar los
planes de promoción de países, ciudades, pueblos, organismos, empresas, etc.
imponiendo su criterio con el solo propósito de aparecer primero en las
fotografías… ejemplos hay hasta debajo de las piedras… en casi todas las partes
del mundo.
El
aprovechamiento de la difusión digital para cumplir adecuadamente y con
eficacia su función, tiene que tener unas bases sólidas de calidad y
conocimiento del tema, que fundamentalmente sepan dirigir su mensaje en el
lugar adecuado, y con la suficiente información debidamente presentada,
aprovechando los avances de la tecnología actual.
No es de
recibo que personajes ajenos a toda esta evolución de los medios de promoción
que actualmente tenemos en el sector digital, estén apartados de ellos, no les
den la importancia excepcional que tienen. o los empleen sin un mínimo del
conocimiento de cómo hay que hacerlo, todo lo cual es lo más frecuente que
ocurra.
El ángulo de
una fotografía, el video de una fiesta popular, o el simple acontecimiento de
una celebración aniversario, en versión digital, tienen un especial tratamiento
como un elemento de promoción turística. Su presentación, sus detalles, y su
calidad, tienen signos interpretativos que son diferentes para un ciudadano de
Buenos Aires, de Londres o de Berlín…
Un hecho
recurrente, lo protagonizan muchos dirigentes políticos en Suramérica desde “la
cúpula” en la cual se han colocado, Dios sabe por qué procedimientos, que no
tienen la capacidad suficiente para valorar esta impresionante innovación que
la comunicación digital supone, y no dan la más mínima importancia a aquellos
sufridos personajes que hacen lo imposible, -
arriesgando muchas de las veces hasta su propio patrimonio privado -
para dar a conocer la excepcional importancia de este elemento insustituible,
que sigue avanzando a pasos agigantados dejando en la cuneta de la carrera
cientos de indocumentados políticos y empresarios que no han sabido, ni saben,
apreciar los medios que la tecnología pone a su alcance permanentemente. Viven
estos personajes, anclados en el pasado, sin nada que les motive a perfeccionar
su conocimiento, unas veces por incapacidad, y otras por su ignorancia…
En el moderno
mundo en que nos movemos donde la innovación ya es un hecho habitual, el
inmovilismo el “eso siempre se ha hecho así” o “eso aquí no se estila” son
referencias de un pasado que ha dejado de existir y que solo debe servirnos
como incentivo para mejorar, o como un inolvidable nostálgico recuerdo…
Servir es mi
ocupación.
*Del Grupo de
Expertos de la Organización Mundial del Turismo, de las Naciones Unidas. ONU
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