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"Prefiero periódicos sin democracia que democracia sin periódicos". Jefferson, ¿se acuerdan?
Pues ya tarda Sánchez en perderse.
Séneca reflexionó una vez sobre el rencor, concluyendo que éste siempre era más doloroso, corrosivo y mortal que el enfrentamiento a cara descubierta.
Y sentenció: "Peores son los odios ocultos que los descubiertos".
Hagamos que Sánchez vea y palpe que es todo el país el que pita, insulta, patea; el que se enfrenta al déspota a cara descubierta.
Así se termina con la tiranía.
Porque tiranía es que un político vulgar y pendenciero haga saber al periodismo libre que está en guerra contra él.
Si el presidente del Gobierno no quiere periodistas libres y protege la servidumbre de RTVE, El País y La SER, ese cachivache de periodista local debería (nunca lo hará) dejar bien claro que Sánchez es un tirano y un enemigo del cuarto poder.
Si el periodista que conozco no se opone al presidente en su objetivo de criminalizar a sus adversarios, convirtiéndolos en enemigos, lo cual dice mucho del precario sentido democrático del secretario general del psoe, entonces ese periodista es un Chuck Tatum. Y lo será hasta la muerte.
Si este periodista del norte de Tenerife no pelea y se revela contra un hombre llamado Pedro Sánchez que construye una realidad paralela artificial ante la opinión pública, entonces tú, miserable, también eres un enemigo de la libertad de prensa y la libertad de pensamiento.
¿Recuerdan al Sánchez que dijo nada más llegar al poder que pondría en marcha una estrategia nacional contra la desinformación? ¿Qué quiso decir? Muy simple: convertir las críticas legítimas en una democracia plena en ataques permanentes hacia la libertad y el pueblo. ¿Un Ministerio de la Verdad es propio de un Estado de Derecho?
Responde, periodista del norte de Tenerife sin cultura y al servicio de la mansedumbre y el encefalograma plano.
Pero tú, periodista local, tío con suerte desde que te vomitaron al mundo, callas y arrastras tu cobardía con el rencor como arma. Odias con ganas y sermoneas en emisoras pobretonas y sin personalidad lo que un vulgar juntaletras siempre ha hecho en un país miserable donde las babosas son elevadas a la gloria del cagadero de la masa embrutecida, ignorante.
Vamos, periodista portuense, villero, icodense, garachiquense, ramblero, chicharrero, lagunero, tacorontero. Sal a la luz del día y oponte a Sánchez. A cualquier tirano que pretenda terminar con la prensa libre, amedrentarla, señalarla como hacían los amigos de ETA.
¿O estás con Sánchez?
Yo sé de uno; sí, uno que odia y desearía la muerte de los periodistas y los medios que no comen de la mano de Sánchez. Ese tal periodista vive en el norte de Tenerife. Es un enemigo de Jefferson, un ejemplo de lo que Séneca definía como mal absoluto. Como él podríamos construir una montaña de huesos por encima de cualquier famoso K-8.
El periodismo en manos de tíos como los que yo conozco es una puta fea, desdentada, con el hálito de la muerte, encorvada y siempre con hambre. No se cansa de pedir al que tiene poder.
A ver, periodista del norte, repite conmigo lo siguiente: Sánchez es un tipo que asalta con bayoneta el Poder Judicial; tiene bien clara la campaña contra la libertad de información; es un hombrecito que manda y que ejecuta con mano de hierro en el poder ejecutivo, pero también se hace cargo del legislativo, desnaturalizándolo; tiene perfectamente definidas todas las arremetidas.
Repite conmigo, sin miedo, periodista del norte de Tenerife: Sánchez pone en jaque la propia democracia.
Vamos, que te oiga, que te lea. Repite.
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