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sábado, 1 de octubre de 2022

LOS FUNERALES DE LA IZQUIERDA

Lorenzo de Ara

 O muere la izquierda o nos comemos con papas la subida del 9,5 por ciento a los funcionarios y otra subida más del 3,5 por ciento a los propios políticos.

Por eso es muy importante no impedir que la izquierda se suicide. El suicidio de la izquierda está muy bien.

Cuanto antes desaparezca, mejor para la salud de la democracia. 

Por cierto, quien odie a la izquierda pierde el tiempo. También lo pierde el que siente lástima por ella. El hombre libre ha de ayudar a que el fin de la izquierda sea rápido y visceral.

La industria política de la izquierda y su chapuza ideológica mantenida en el tiempo han de caer en el abismo de lo superfluo. O sea, la muerte de la izquierda será el bien supremo de Europa.

La izquierda en muchos países de nuestro entorno, Francia, Italia, Suecia, enseña el proceso de putrefacción en directo. Su putrefacción. Gratis.

Bueno, en realidad todo lo que hace la izquierda nos sale por un ojo de la cara, por los dos, o por los tres ojos que tenemos en el cuerpo y que tan útiles resultan.

No hay que alarmarse. Muerta la izquierda se fue con ella la rabia.

La muerte de la izquierda, esta izquierda vacía de argumentos e ideas, pero también abanderada de movimientos culturales que son la culminación de la memez como modo de vida fetén; la izquierda que olvida a los otros y se ocupa exclusivamente de los suyos y bajo nómina; la izquierda en España bajo la arrogancia del sanchismo y el rodillo de Podemos que alcanza inclusive a la Conferencia Episcopal española (¡Toma ya, Tarancón!), esta izquierda desequilibrada se muere, pero en el trance final de su calamitosa existencia es muy capaz de llevarse por delante la democracia.

Pensemos en lo que está sucediendo con el poder Judicial. Pensemos en lo que se hace a cara descubierta con RTVE. Pensemos en el ninguneo al Congreso de los Diputados. Los insultos directos dirigidos a la jefatura del Estado. No olvidemos lo dicho hace pocos días por Irene Montero.

¿Lo han olvidado?

“Los niños, las niñas y les niñes de este país tienen derecho a conocer su propio cuerpo, a saber que ningún adulto puede tocar su cuerpo si ellos no quieren, y que eso es una forma de violencia. Tienen derecho a conocer que pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana, basadas, eso sí, en el consentimiento. Y esos son derechos que tienen reconocidos, y que a ustedes no les gustan”.

La ministra suelta toda esta mierda comestible en España y la sociedad enferma y retorcida habla de libertad sexual de los niños. Y que esos niños deben tomar ellos solitos sus propias decisiones.

Si quieren “plan”, pues entonces la cosa mola. Si no quieren, entonces, claro, ahí nace la pederastia.

¿Tiene un niño el discernimiento lo suficientemente desarrollado para decidir si quiere o no quiere penetración, felación, tocamientos? ¿Tiene el discernimiento a los pocos años ese niño para saber si es un cangrejo moro de ley desde que fue concebido por amor, por error, por violación, o por la ciencia?

A la izquierda extremosa y horrenda se le está permitido decir y hacer lo que en la selva amazónica una tribu consideraría aberración.

La izquierda dice y hace lo que le sale del chocho o de la polla

Entonces si la izquierda se suicida, que nadie se apunte al duelo. No hay proceso de dolor. Al contrario.

La incompetencia de la izquierda, la idiotización de toda ella, la deriva hacia el ocaso, el suicidio, es un bien para los cuerdos y para los demócratas. Por este orden. 

Todo lo comercial, palomitero y demagógico es ropaje de la izquierda. El perfume barato que intenta ahogar el hedor de la realidad. Y esa realidad consiste en que millones de personas que se han quedado sin representación. Pero la hallan en el centro derecha a poco que recuperen la serenidad.

Félix de Azúa lo resume muy bien: “La izquierda, como en Italia, ha hartado a todo el mundo por su narcisismo, su cursilería y sus tendencias totalitarias. Son muchos tres años de mentiras, agresiones, calumnias, falsedades, majaderías e incompetencias. El último capítulo, el de las bajadas y subidas de impuestos, ha sido suficientemente claro. El PP y los liberales han bajado los impuestos para compensar la desastrosa ruina de las clases medias, las altas y las bajas. Frente a ellos, los socialistas sólo proponen seguir subiendo los impuestos. Ellos dicen que se los suben a los ricos, pero es evidente que los muy ricos tienen mecanismos para evitar el pago y los semi ricos no aportarán lo suficiente como para compensar el miedo de los capitales a la inseguridad española.”

P.D. -El obispo, secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, dice que Irene Montero no dijo lo que ustedes han leído aquí. Pero lo dijo. Por supuesto que lo dijo. Mas el curita de vida comodona y ejemplo perfecto de aquellos doctores de la iglesia de los que ya advertía Jesús, en otra demostración maldita y cobarde de sumisión ante la extrema izquierda en España, saca de la sotana de baratillo estas palabras que ponen a la iglesia, mi iglesia, en el sumidero de la historia: “Respecto a las declaraciones de ese día, quiero ser comprensivo con la ministra de Igualdad, porque yo también salgo a la prensa, veo cómo se interpretan algunas respuestas. A veces, uno, cuando responde dice una frase pequeña en un argumento global y es la frase pequeña la que se ve. Yo francamente, no creo que la ministra de Igualdad defendiera en esas declaraciones que los niños puedan mantener relaciones sexuales y demás.” Así que si la izquierda está suicidándose, que lo está, y no nos cansaremos de repetir que está muy bien, lo deseable sería que muy pronto la Conferencia Episcopal Española se fuera a tomar por saco y dejara vivir en paz a cristianos y no cristianos, pero gente con decencia, dignidad y sentido del ridículo. “Haced lo os digan, pero no hagáis lo que ellos hacen”, se lee en san Mateo.

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