SITIO PARA TODOS

Lorenzo de Ara

Estudiar los que libros en casa te han enseñado. Después de muchos años regresar a la escuela y confirmar que no encajas. Ni hablar. Ni atrás ni en la primera fila como pide la profe. Sabes más porque Valle-Inclán, Galdós, Cela, Rulfo, Delibes, Bazán, Virgilio (sí, Virgilio), Juan Valera, Pedro Antonio de Alarcón (mi Pedro) y ese Monterroso que visitas a diario en busca de oxígeno, dan Vida. La cultura no te hace rico. No abre puertas cuando a una edad tardía quieres seguir trabajando, pero los errores se pagan caro

Leí hace poco que España sigue teniendo estudiantes que no terminan la ESO. Más que en ningún otro país de Europa. Italia se aproxima. Pero al mismo tiempo, España se consolida como el país donde más licenciados hay. ¿Eh? Sí, sí. Y más que habrá cuando se den aprobados como churros.

La Justicia Social comienza por mantener en pie algunos pilares que resultan esenciales. La educación es uno de ellos. Pero la educación sin cultura es un vulgar ejercicio de memoria y retención. Eso vale para lo que vale. Que no es poco. Pero sin cultura…

Soy tradicionalista porque preservo el núcleo y preservando el corazón de la sociedad obligo al cambio equilibrado de la cáscara cuando se pudre. Cambiar las cáscaras podridas es lo mejor del tradicionalismo. También soy jacobino. Así que soy portador de dos hidalgos perdedores.

Pero lo que es cultura, ni una palabra en esta sociedad que lo confunde todo. 

Todos los días me ahogo leyendo firmas que analizan y vomitan opiniones para todos los gustos.

Una que hoy me llama poderosísimamente la atención. Luis Ventoso en El Debate. Escribe el periodista de la buena, mala, regular e inmortal literatura española. En parte a favor de lo que publica. No tenemos escritores para la posteridad. Lo que hay son obreros de la palabra al servicio del bolsillo. Lectores que a la primera curva dejan el libro. Sí, estoy de acuerdo.

Pero la ideología puede con Ventoso. O sea, lo hunde. Se centra en Arturo Pérez-Reverte. Buen escritor, dice, pero caerá en el olvido. Su obra. Eso ya lo ha dicho el autor. No será así, afirmo. También opina igual de Javier Marías y Almudena Grandes. Vuelve a equivocarse. Pero es la ideología la que le lleva sin remisión a la estulticia.

¿Qué diría Ventoso si Galdós fuese un coetáneo pagando impuestos? Ni Galdós (maestro) ni Emilia Pardo Bazán, ni Rosalía de Castro, ni Campoamor, ni Juan Valera, ni Delibes, ni Machado (ni siquiera Manuel), ni Lorca, ¡ni Cela! votarían PP. ¿Votarían psoe? Ni hablar. Quedarían acurrucados en casa, leyendo.

Hay dos periodistas excelentes en el manejo de la pluma. Alberto Olmos y Juan Soto Ivars. Cultura. Hay más, por supuesto. Pero estos encabezan la lista. ¿Perdurarán?

Francisco Ayala dijo: “No, no creo en la inmortalidad, ojalá. Creo en la literatura, que es lo mismo que la vida para mí. Viviré algo más en mis libros, durante algún tiempo, y ya está. Ésa es toda la inmortalidad a la que aspiro.”

O cuando leemos en mi admirado Ray Bradbury en Fahrenheit 451: “Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás. Un hijo, un libro, un cuadro, una casa, un jardín plantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu alma tenga algún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese árbol o esa flor que tú plantaste, tú estarás allí.”

Sí, hay sitio para todos en la inmortalidad, la memoria. En la Vida.