Francia Elena
Martinez
Tus ojos no me
miran porque están distantes...
tus manos
tempestuosas, con arraigos de amargura,
junto con mi
felicidad... están ausentes,
porque dieron la
caricia que se perdió en la bruma.
En esta noche hay
ausencia de tus besos
y, extraño tus
manos, no palpan mi dulzura.
La luna se oculta
bajo un manto negro
y, junto a ella...
yo oculto mi tristeza.
Sólo un suave
destello, en la penumbra,
roza la alborada al
despuntar el alba,
confundiéndose con
la tenue luz de mi aura.
¡Deja que yo te
cuente, que yo te cuente mi tristeza!
¡Deja que yo te
cuente mi tristeza!
Y lo mucho que
sufro con tu ausencia,
al hacerme falta tu
presencia...
mi alma se
quebranta de impaciencia…
Porque tú eres rayo
de luz que ilumina el día,
destello de
sol...en la mañana fría,
suave viento del
mar que me despeina
y brisa cálida...
que me acaricia.
Eres la dulzura, la
ternura, vertidas en el alma mía...
tú eres torbellino
que en la pasión me envuelve...
Mis brazos deliran
por tenerte,
para asirme a ti
eternamente.
Tus labios lirios
rojos, se posaron en mi boca,
derramando el
elixir de la pasión que provoca,
dejando el tatuaje
de un beso que evoca.
¡Deja que yo te
cuente… que yo te cuente mi tristeza!
Felina
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