Antonio Pastor Abreu
Proclamamos solemnemente con ese fin
los principios del Código Ético Mundial para el Turismo. Principios cuya
Resolución fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 21 de
diciembre de 2001, A/RES /56/212, y que Yaiza Castilla Herrera. Consejera de
Turismo, Industria y Comercio en el Consejo de Gobierno de Canarias. Desea
demostrar que su desarrollo es posible en nuestras Islas.
Hay que tener muy en cuenta la
participación ciudadana para que este proyecto llegue a buen fin. Al centrarnos
en el turismo como, factor de desarrollo sostenible, en su Artículo 3, dice:
1. Todos los agentes del desarrollo
turístico tienen el deber de salvaguardar el medio ambiente y los recursos
naturales, en la perspectiva de un crecimiento económico saneado, constante y
sostenible, que sea capaz de satisfacer equitativamente las necesidades y
aspiraciones de las generaciones presentes y futuras.
2. Las autoridades públicas nacionales,
regionales y locales favorecerán e incentivarán todas las modalidades de
desarrollo turístico que permitan ahorrar recursos naturales escasos y
valiosos, en particular el agua y la energía, y evitar en lo posible la
producción de desechos.
3. Se procurará distribuir en el tiempo
y en el espacio los movimientos de turistas y visitantes, en particular por
medio de las vacaciones pagadas y de las vacaciones escolares, y equilibrar
mejor la frecuentación, con el fin de reducir la presión que ejerce la
actividad turística en el medio ambiente y de aumentar sus efectos beneficiosos
en el sector turístico y en la economía local.
4. Se concebirá la infraestructura y se
programarán las actividades turísticas de forma que se proteja el patrimonio
natural que constituyen los ecosistemas y la diversidad biológica, y que se
preserven las especies en peligro de la fauna y de la flora silvestre.
Los agentes del desarrollo turístico, y
en particular los profesionales del sector, deben admitir que se impongan
limitaciones a sus actividades cuando éstas se ejerzan en espacios
particularmente vulnerables: regiones desérticas, polares o de alta montaña,
litorales, selvas tropicales o zonas húmedas, que sean idóneos para la creación
de parques naturales o reservas protegidas.
5. El turismo de naturaleza y el ecoturismo se
reconocen como formas de turismo particularmente enriquecedoras y
valorizadoras, siempre que respeten el patrimonio natural y la población local
y se ajusten a la capacidad de ocupación de los lugares turísticos.
Le deseamos el mayor de sus éxitos al
finalizar, sus cuatro años de gobierno.
*AIPET
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