Pastor Abreu, Antonio*
Vistas
las influencias genéricas recíprocas entre sociedad y turismo, corresponde ahora
examinar la relación causa-efecto en las tendencias sociológicas subyacentes,
las motivaciones, y el juego oferta/demanda. (José A. Ferreiro Piñeiro). Se
trata de un engranaje en el que el concepto clave es la motivación. Sabido es
que transporte y alojamiento son un medio, no la finalidad del turismo.
El
producto básico en este mercado es la razón detrás del viaje, la motivación,
aquello que nos arranca, para emprender un viaje. La dificultad consiste en que
no es posible establecer un catálogo de motivaciones inmutables, pues el
turismo, como fenómeno sociológico, cambia al ritmo que marca la evolución
social y económica. Y la caída de la económica se veía venir.
¿En
qué estaban pensando los políticos? ¡Por qué será que día desconfiamos más de
ellos! Permitimos que nos mientan descaradamente, olvidando que ellos luchan
por su estatus, por su sueldo, su seguridad, su jubilación. No por las
nuestras. Algunos no han visto una empresa privada, por dentro, ni por asomo.
Pese
a la naturaleza cambiante de las motivaciones, lo cierto es que todo
planeamiento precisa basarse en motivaciones duraderas. Si estas, las hemos
conseguido en nuestros viajeros, estamos tranquilos, porque ellos empujarán, a
su vez, a que se encuentre una solución a sus vacaciones en Canarias. No en
vano, les hemos fidelizado, en calidad de servicio y trato humano. Lo cual
entraña una previsión de futuro, justamente en el sentido en que lo expresaba
Bergson: de prolongar las tendencias en lugar de - profetizar - los
acontecimientos.
Que
el Turismo ha tenido un destacado protagonismo, a partir de los años sesenta,
en el desarrollo social de España, es algo que difícilmente puede negarse.
Nuestro país, tras la tragedia que representó la guerra civil, con sus secuelas
de destrucción material, y con las derivadas de tantos dramas familiares,
sufrió, también, casi sin solución de continuidad, las consecuencias de la II
Guerra Mundial.
Otros
eventos negativos para nuestra economía, ya fueran las crisis energéticas,
Guerras del Golfo etc., El turismo retomó su carrera ascendente. El desarrollo
turístico sostenido y creciente en los años siguientes, no sólo generó riqueza
y empleo en zonas deprimidas de Canarias, produciéndose efectos de auténtica
redención económica, y contribuyendo a una importante transformación, de toda
la estructura básica de nuestro tejido sociocultural. Pasamos de una sociedad con
enormes desigualdades de todo orden, a una sociedad, tradicionalmente
enfrentada a causa de ellas,
De
una sociedad de clase media, más acomodada, más culta, y muy alejada ya de
cualquier extremismo económico o político; una Sociedad prudente, equilibrada y
dialogante que ha podido encarar, el paso de un régimen autoritario, a otro de
representación popular, con un proceso de transición realmente ejemplar. Pero
surge la imagen de un político soberbio, cínico, ambicioso y mentiroso que vio
como podía perder la Moncloa, si se integraba a la negociación democrática,
entre partidos. Rompiendo las reglas del juego político.
Y prefirió tirar, como la cabra al
monte, olvidando que representaba, también a un partido centenario, como el
Partido Socialista, primando sus intereses personales. El proceso de transición
que fue realmente ejemplar, en su día, ha quedado empañado, también, por la
soberbia de dicho político que no quiere soltar el cargo. ¿Estaremos en los
prolegómenos de una nueva dictadura?
*AIPET
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