José
Melchor Hernández Castilla: Secretario de la Asociación Wolfgang Köhler.
“El
Peñón del Fraile” junto a “El Peñón de La Peñita” son los únicos peñones que la
mano del hombre no ha destruido en el Puerto de la Cruz. Dos Peñones más, como
el de Fumero o de Blanco (inmortalizado por una fotografía de Piazzi Smyth en
1856) en la calle Teobaldo Power y otro en la calle Puerto Viejo, no tuvieron
tanta suerte. Estos Peñones son geológicamente contemporáneos a la edad del
Puerto de la Cruz, 30.000 años, y posiblemente nacieron del deslizamiento de
grandes rocas incandescentes provenientes de La Montañeta de Las Arenas.
Este
Peñón recibe el nombre del Fraile por Fray Juan de Jesús (1615-1687); antes de
1646, residía en dicho lugar como un ermitaño, dedicado a la oración,
meditación y penitencia, con la única compañía de una cruz hecha de unos
verodes secos. El Peñón fue embellecido por Luis Lavaggi con unos escalones de
piedra, un terraplén en su cúspide y una cruz verde en 1813. Y algo más tarde,
Antonio Perera edificaba el templete con sus características 6 columnas en
1855.
Conocemos,
por la fotografías del portugués Antonio Passaporte, que no existía casa
cercana a dicho Peñón en 1931. Actualmente, existe un cuello de botella a la
entrada al Parque Marítimo, que se sitúa cerca al Peñón del Fraile y tiene su
origen en una casa paralela al mismo.
Antes
que nada, habría que dejar claro que existe un problema de tráfico en la
confluencia de la Avenida Francisco Afonso, Avenida Luis Lavaggi, Avenida Blas
Pérez. La mayor parte del tráfico rodado que se quiere acercar a la Plaza del
Charco, pasa por ese tramo. Además, con la nueva fórmula de aparcar en la
avenida Luis Lavaggi (destino Playa Jardín) el problema se agrava; ya que toda
una cola de coches tiene que esperar la maniobra de otro coche, no exenta de
dificultad, de dar marcha hacia atrás entre dos coches. Seguidamente, llegamos
al semáforo de la casa del Peñón del Fraile, que vuelve a hacer cola.
Este
último problema tiene una solución sencilla, y no se ha realizado por dejadez y
por permisividad. La casa paralela al Peñón del Fraile “se tira abajo”, como lo
contempla el Plan Especial del Parque Marítimo, y se indemniza adecuadamente a
sus propietarios, y el problema está resuelto. No creemos que haya que pensar
mucho para hacer esto, simplemente tomar decisiones acordes con la ley vigente.
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