Evaristo Fuentes Melián
En la columna de programación de
películas de la tele, del periódico El País, (pág. 62, lunes 19.mayo.14 ) en el comentario sobre la película ‘La niña de tus ojos’, Trueba, España 1998,
leo la siguiente frase:
“Penélope Cruz ofrece un
sorprendente despliegue de talento”.
En esa frase de quien firma la
columna (Miguel Ángel Palomo) veo una sutil o no tan sutil crítica no exenta de fina ironía, con la que
estoy totalmente de acuerdo. Penélope, alias P, de la mano de Almodóvar, balbuceó/asesinó el tango
‘Volver’, un tango sagrado del folk argentino; intentó cantarlo
Penélope, alias P, y resultó que le falta duende y sal. Y es que Penélope,
alias P, después de dejarse besuquear impunemente sus téticas (¡qué orrrsesión!) por el ínclito
Javier Bardem, bajo la dirección del catalán Bigas Luna, obseso sexual de
posguerra, diz que cineasta (q.e.g.e.), fue luego progresivamente encumbrada al
altar de las ‘sex symbols’, primero del cine español y luego del cine
occidental, incluso el ‘made in USA’.
En fin, cosas que pasan en ese
intrincado mundillo de la pantalla. Pero reitero mi convicción sobre que P,
alias Penélope Cruz, o viceversa, es más sosa que una papa sosa (en Península:
patata).
Espectador
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