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sábado, 2 de enero de 2016

LA FE MUEVE MONTAÑAS, ¿Y LA CIENCIA?


Sheina Lee Leoni

Resumen:

El mundo actual avanza hacia caminos insospechados. La ciencia tiene mucho que ver en esto, ¿pero qué pasa cuando esta no es suficiente? Entonces, casi con seguridad que debemos encaminarnos hacia otro lado.

Las creencias religiosas o filosóficas cobran una  gran   importancia en ese momento, pero, ¿debemos cambiar la fe por la ciencia? ¿En qué nos puede beneficiar?

Tags: ciencia, fe, creencias, religión, filosofía

Una vieja discusión…

La discusión  que se tiene desde hace muchos siglos sobre la importancia de la fe y la ciencia y la relación  que hay entre ambas continúa hasta el día de hoy.

Hay dos preguntas que son imprescindibles, que constituyen la base del debate que mantiene en  suspenso   a muchas personas que no saben de qué lado estar, si es que realmente deben  elegir alguna postura.

Partiremos entonces de dos interrogantes, y veamos si hay alguna respuesta que considere ambas posiciones:


¿Puede un científico tener algún tipo de  fe, y si tiene, en qué?
¿Puede un creyente religioso  apoyar sus cuestionamientos en la ciencia, y si lo hace, hasta que punto?

Difícil debate…

Hace algunos años, cuando decidí perder unos kilos que tenía de más  recurrí a una fundación especializada en el tema. Grande fue mi sorpresa, que pese a que el tratamiento que seguíamos tenía un criterio radicalmente científico; dirigido por un destacado profesional  latinoamericano; cada vez que comenzábamos nuestra sesión leíamos una serie de pasos (doce pasos) entre los cuales  se nos pedía creer en un Ser superior.

El loable motivo, nos llevaba  a aceptar la existencia de una Entidad Divina que estaba a nuestro lado en la difícil tarea que nos proponíamos  y a la que podríamos recurrir cuando flaqueábamos... (Esto doce pasos ya lo practicaban y lo compartían  otros grupos de autoayuda, como por ejemplo, los alcohólicos anónimos)

Más allá de que  alguien fuese o no creyente, esa profunda fe que mis compañeros tenían, llegaba a contagiarme hasta tal punto que, en numerosas ocasiones  me encontré pidiendo   a ese Ser Superior  ayuda, para no declinar en mi objetivo. Ya sea por esa por esa profunda convicción que había aprendido a aceptar (o por lo menos a respetar), o por el tratamiento médico que cumplía a rajatabla, quizá por las dos cosas juntas, lo cierto es que logré mi objetivo convirtiendo mi paso por la Institución en un significativo recuerdo en mi vida.

Muchos años pasaron desde entonces, pero me sigo preguntando: ¿Qué es la fe?

¿Cómo puede conciliarse con la ciencia?

Yo tengo fe, pero,….

La fe es, generalmente, la confianza o creencia en algo o alguien  que por algún motivo logra provocar en nosotros una convicción y una fidelidad incondicional.

Puede definirse como la aceptación de un enunciado declarado por alguna persona con cierta autoridad, conocimiento o experiencia, aunque falten pruebas para llegar a una certeza sobre esa creencia. Las causas por las cuales las personas se convencen de la veracidad de algo que aceptan por fe, dependerán de los posturas filosóficas que las personas tengan y de otros aspectos de tipo emotivo o cultural.

 Justamente, se dice que  La palabra Fe viene del latín fides, que significa lealtad.

¿Hacia quien?   Diferenciemos:

Hablamos de fe divina cuando es Dios en quien se cree. Se trata de fe humana cuando se cree en un ser humano. Hay lugar para ambos tipos de fe (divina y humana) pero en diferente grado.

A Dios se le debe fe absoluta porque para los creyentes Él tiene absoluto conocimiento y es absolutamente veraz. La fe, más que creer en algo que no vemos es creer en alguien que nos ha hablado. Desde el punto de vista religioso se refiere entonces  a todas aquellas creencias, principios y pensamientos seguidas por el creyente de dicha religión.

La fe humana, se apoya en el testimonio de personas sabias y veraces, es también muy importante. Creemos en alguien, porque tiene todas aquellas cualidades que nosotros necesitamos para orientar nuestra vida: Yo tengo fe en mi médico porque ha logrado mejorar a muchísimas personas más enfermas que yo-solemos decir.

Esta creencia, puede darnos certeza aunque se contradiga con lo que nos demuestran nuestros sentidos, y aún en cosas que no comprendemos: La Fe, sea en materia de religión o respecto a seres humanos, es un conocimiento obtenido por el testimonio de personas "dignas de fe", y no por propia experiencia o razonamiento.

Yo tengo fe en la ciencia

Cuando hablamos de ciencia  en cambio nos referirnos  a un conjunto de conocimientos que se relacionan entre sí, y que se deben pode verificar, en caso contrario quedan fuera del campo científico.

La ciencia tiene métodos especiales, es abierta  a los cambios, pero fundamentalmente es verificable.

  La verdad científica tiene como criterio final la verificación experimental de las consecuencias lógicas de nuestras teorías. Lo que no puede comprobarse experimentalmente no pertenece al ámbito de la Ciencia, aunque sea una parte obvia de la realidad.

¿Son compatibles ciencia y fe?

En contra de lo que muchos puedan creer e incluso manifestar abiertamente, la realidad es que la historia de la Iglesia, especialmente la Católica, está muy ligada con el estudio de la ciencia.

De hecho, uno de los centros astronómicos más antiguos del mundo, el Observatorio Vaticano, fue fundado por el Papa León XIII en 1891. Pero ya mucho antes el Papa Gregorio XIII había creado una comisión científica, en el año 1582, encargada de estudiar los elementos necesarios para la realización de la reforma del calendario litúrgico.

Podemos  ir afirmando entonces que, fe y ciencia, si bien son realidades muy distintas, también son realidades complementarias.

« ¿Qué relación podemos entonces establecer entre ciencia y fe? Pues una relación de complementariedad. Tal vez, porque cada una intenta mostrar una realidad desde un punto de vista diferente, parcial, lo que permite obtener  una visión más completa de la totalidad del cosmos.

Pese a que la controversia entre la fe y la ciencia ha sido muy compleja a través de los tiempos; en la actualidad, muchos científicos y  religiosos afirman abiertamente que éstas no tienen por qué contradecirse o ser incompatibles, ya que la ciencia contribuye al conocimiento, y la fe, especialmente  divina contribuye a la relación con su dios o dioses.

Finalizando…

Nadie puede hoy dudar de que la ciencia y la religión son, sin lugar a dudas, dos grandes visiones sobre el mundo que las sitúan como las más importantes maneras de observar a éste.

 En general, podemos decir que la ciencia trata de comprender la naturaleza del mundo material que nos rodea, cómo ha llegado a ser, cómo lo conocemos y qué leyes lo rigen. La fe , por otro lado, trata de lo que transciende el mundo material y pone al hombre en contacto con lo que está más allá, lo misterioso, en una palabra con el concepto de Dios y su relación con el hombre y el universo.

Muchas afirmaciones negativas sobre la relación entre ciencia y religión se siguen repitiendo hoy, con insistencia, y algunas  personas ven en la fe, especialmente religiosa, un muro enorme que se opone al progreso de la ciencia, que es capaz de limitar su crecimiento.

 Pero ambas son necesarias, necesitamos tanto de una como de otra. La ciencia nos permite solucionar muchas dificultades y dar explicaciones  a una cantidad de sucesos necesariamente verificables, la fe nos permite  seguir viviendo felizmente en  un mundo complejo, y encontrar soluciones o respuestas que la ciencia no tiene.

Ambas son necesarias, y no tienen que ser incompatibles, solo habrá que darle a cada una el lugar que le corresponde.

Pero sabemos, que en cierto sentido, la ciencia y la fe nunca serán del todo amigas. Mientras que la ciencia fluctúa en la eterna duda de la verificación continua; la fe sigue tratando de mover montañas...con el convencimiento de verdades no comprobables experimentalmente…. Pero la Inquisición y la caza de brujas han terminado. Explicar lo inexplicable, ese es el objetivo, ¿pero cómo hacerlo?

. Ta vez llegó la hora de combinar fe con ciencia, ciencia con fe  porque quizá ambas, son las dos caras de una misma moneda.


En un siglo complejo, repleto de extrañas situaciones, todo es posible y nada puede ni debe ser descartado; donde menos lo pensamos, puede estar la verdad…

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