LOS BENAHOARE: Y EL FOLCLORE SE HIZO ARTE

Carmen Felipe Martell

Mágico espectáculo de arte el que disfrutó Santa Cruz de La Palma la tarde-noche del viernes 22 de enero de 2016. El festival musical al que creíamos asistir, se convirtió en un despliegue de artistas de diferentes disciplinas, que hicieron las delicias de un público de alto nivel.

Como experta en organización de eventos, puedo decir que pocas veces tenemos ocasión de disfrutar de algo tan completo, rico y selecto como el espectáculo que nos regaló el grupo Los Benahoare, para conmemorar su primer aniversario.

Los que conocimos a los antiguos Benahoare de Felipe Vargas, nos emocionamos cuando supimos que algunos músicos, habían decidido rendirle homenaje póstumo con la recuperación del grupo.

Nos sorprendió encontrar al frente a Fernando Felipe Martell, acostumbrados a verlo frente al piano acompañando a músicos y cantantes locales o foráneos de reconocido prestigio internacional, o dirigiendo coros y orquestas. No conocíamos su faceta folclórica, pero sabiendo el gran músico que es, el Teatro Circo ce Marte se llenó por completo de un público con tan altas expectativas, que ponía en un brete a todo el que se subiera al escenario.

Poco a poco, ese escenario se fue llenando de músicos hasta la aparición del director, tras el cual, un elegante Miguel Ángel Daswani, orgulloso dueño de una voz concebida para narrar, dio paso al comienzo de una tarde que nadie esperaba. En primer lugar, hizo pasar a un grupo de cuatro pintores que irían haciendo aparecer obras de arte sobre dos lienzos, mientras a sus espaldas se desarrollaría todo el festival. En ese momento nos explicó el verdadero sentido de lo que íbamos a presenciar.

Estábamos ante un concierto benéfico, no para inmigrantes de otros países ni refugiados de otras guerras, sino para nuestra propia y a veces olvidada guerra interior: El total de la recaudación de la taquilla, la subasta de los dos cuadros que se pintaban en el escenario  y de otros muchos donados por artistas locales que estaban expuestos por los pasillos de todo el teatro, así como todos los recursos puestos en este acto solidario, se destinarían a ayudar a las familias necesitadas de la isla de La Palma.

Pero no acabaron ahí las sorpresas que este concierto nos tenía reservadas.

Hubo solistas invitados que nos regalaron sus voces para enriquecer el ya espléndido sonido: Paco Rodríguez en primer lugar, y Mónica Sánchez Bethencourt un poco más tarde, hicieron pronto las delicias del público, agotado de tanto aplaudir.

“Cazados al lazo”, procedentes de distintos grupos, y unidos para una causa noble y generosa, un grupo de baile formado para la ocasión, apareció sobre el escenario con sus ropas típicas, añadiendo color y movimiento al conjunto.

Y cuando ya parecía que no quedaban más sorpresas, nos informan que los músicos del grupo habían pedido a su director que les regalara una pieza de piano.

Con un silencio casi sepulcral, el respetable espera la aparición del pianista para disfrutar del regalo que nos hace de la conocida pieza de Pablo Milanés, “Yolanda”, con las voces de los dos solistas antes mencionados, Paco y Mónica.

Al margen de todos los méritos descritos, he de felicitar también a Ramón Pérez quien, según me han informado, además de ser uno de los miembros del grupo musical, ha sido el artífice de gran parte del montaje y la coordinación de la “mise en scène”.

Todo lo demás, el sonido, la iluminación, tramoya, apoyo logístico, etc. no son más que ejemplos de profesionalidad a  la que ya nos tienen acostumbrados los chicos de Sonoarte, el técnico de sonido, Manuel Ángel Matín o el personal siempre amable e indispensable del precioso Teatro Circo de Marte, símbolo inequívoco del amor del pueblo palmero por el teatro.

Y a Los Benahoare, solo puedo decirles:

GRACIAS. 

Y a ti, habitante de La Palma, si de verdad eres una persona solidaria, piensa en los tuyos. No eres más generoso por mandar la ayuda más lejos mientras nuestra gente vive en condiciones infrahumanas.

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Y elige la obra que embellecerá tu oficina o tu hogar, hazte con una creación de un valor superior al precio que pagarás por ella, y haz sonreír a un niño que podrá comer mejor con tu ayuda.

NO LO DUDES, LA AUTÉNTICA CARIDAD ES LA QUE SE HACE EN CASA.