Teresa González
Dulce embriague sin conciencia
cuando es delicia pasajera
amarga espina sin clemencia
cuando te asfixias en su borrachera
Naufrago se vuelve el corazón
en su resaca de toxinas,
antídoto mejor es la razón
y de pasiones asesina
Sabia me paseo en tus dominios
con mis zancos y mis guantes
dueña de mi amor sin espejismos
y de mi sueño sin espantos.
Vete de mi puerta lobo-oveja…
que la llave se esfumó con el tornado
aliviándose mi pecho sin cantos a la oreja
lejos de un tal Cupido y su ojo de tirano.
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