Javier Lima Estévez. Graduado en Historia por la ULL
A lo largo de su historia, el municipio de Los Realejos,
como tantos otros puntos de Canarias, ha sido cuna de diversos individuos que
destacaron en múltiples ámbitos por su trabajo y tesón en el continente americano.
Dentro del amplio abanico de personalidades, podríamos resaltar, sin lugar a
dudas, la labor desarrollada por uno de aquellos nombres: Antonio Rojas Abreu.
El doctor en Historia y profesor titular de Historia de América de la
Universidad de La Laguna, Manuel Hernández González, expone algunos detalles en
torno a su vida y obra en el libro El Sur Dominicano (1680-1795)
Cambios sociales y transformaciones económicas. Asimismo, el genealogista e
investigador Antonio Luque Hernández señala en su obra Las familias de Chaves y
Montañés de Tenerife algunos aspectos en relación al contexto familiar de
nuestro biografiado. En ese sentido, a partir de su investigación, sabemos que
Antonio Rojas Abreu nació el 7 de febrero de 1706 en Realejo Alto, siendo hijo
del Alférez Romualdo Rodríguez de Rojas y Abreu, quien contrajo matrimonio en
segundas nupcias con María Fonte del Castillo y Martel. De ese matrimonio
nacieron, además de nuestro biografiado, los siguientes hijos: Juan y María
Rojas Abreu.
Según establece el profesor Hernández González, podemos
saber que la formación de Antonio Rojas Abreu transcurrió en tierras
peninsulares, estudiando Derecho Canónico en la Universidad de Granada y Civil
en la de Salamanca. Fue alcalde mayor de la ciudad tinerfeña de La Laguna,
hasta su embarque para La Española, donde se quedó hasta 1742, accediendo al
cargo de fiscal de la Audiencia dominicana en 1734. Contrajo matrimonio con
Juana Clemencia en la isla de Santo Domingo, siendo nombrado alcalde del crimen
y juez provincial en la real audiencia de México, tal y como establece Víctor
Gayol en su obra Laberintos de justicia:
las reglas del juego. Desempeñó ese empleo hasta su jubilación en 1773. Durante
ese periodo de tiempo intervino en diversos procesos judiciales, destacando su
participación en el juicio emitido contra Lorenzo Boturini (1698-1755),
historiador y cronista de las Indias, acusado por el Virrey del lugar de actuar
de forma ilícita para la recaudación de dinero con la finalidad de adquirir una
corona para la imagen de la Virgen de Guadalupe, siendo, además, acusado de
llegar a Nueva España sin permiso. En ese sentido, tal y como destaca Carlos
María de Bustamente en su obra Mañanas de
la alameda de México, “para la instrucción de ella comisionó al alcalde del
crímen, D. Antonio Rojas Abreu. Compareció ante éste magistrado Boturini en 28
de noviembre, y exhibió porción de documentos con que probaba su ilustre cuna y
nobleza tan antigua, que contaba novecientos catorce años”.
Rojas de Abreu tuvo cuatro hijos, destacando Francisco,
quien llegaría a ser notable oficial del ejército; así como Josefa Elvira, que
se distinguió como poeta, tal y como apunta el profesor Hernández González en
la obra anteriormente mencionada.
En definitiva, a lo largo de nuestro artículo hemos
pretendido dejar constancia sobre algunos aspectos en relación a la vida y obra
de un realejero que destacó en diversos ámbitos de la sociedad de la época. A
juicio de Luque Hernández, la figura de Antonio Rojas Abreu se une a la de
otros dos paisanos representativos del momento: Isidoro González de Mesa y Gonzalo
Machado de la Guardia, formando los tres parte de “los más ilustres y
destacados canarios de su época”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario