Lorenzo Soriano
El desastre electoral que se ha producido, anunciado y
previsto por otra parte, es fruto de dos factores principales y de decenas de
colaterales. Los principales son, de una parte el empecinamiento de los
partidos alternantes por ningunear y faltarle al respeto a la ciudadanía. Y por
otra de la retrograda, desfasada e injusta Ley Electoral.
Yo por el Lenin de Garzón, no siento la menor de las
simpatías y, si, le profeso un desprecio basado en sus afirmaciones y en su
falta de sensibilidad con temas que afectan a la tenebrosa ideología que
abraza. Sin embargo que con más de 800.000 votos en toda España, se le
adjudiquen únicamente 2 diputados, es una vergüenza y deja a muchos españoles
sin derechos por dárselo a otros que no los merecen, y sin ser representados
como ellos quieren. Por muy nefasta que sea su creencia. Como demócrata, no
puedo estar de acuerdo. Seamos sinceros, realistas y justos. El que ha ganado
las elecciones meritoriamente aunque no
mayoritariamente es Alberto Rivera. Acudiendo a Elecciones Generales por
primera vez y solo, su partido ha sacado
40 diputados partiendo de cero. Si Vox y UP y D, y quizás alguno más hubiesen
acudido juntos, habrían sacado más de 60.
Lo que sí han hecho los vivillos y listillos de los Iranovenezolanos,
apelando a la indignación justa y real de muchísimos ciudadanos que no
participan del pastel de los carceleros
del poder.
Optimizando la Ley electoral, se aprovechan los
resquicios de la Ley y se saca adelante un resultado, que de querer plasmarlo,
será de imposible factura. El guirigay de partiditos, creyentes, titiriteros y
piedras de mechero, que conforman la formación de "coleta morada", es
imposible de aplicarse a gobernar en serio un país democrático, europeo, dentro
de la economía occidental y de una cultura y costumbres determinadas. Ya le pasa a Más. Es muy fácil decirles a
todos que vamos juntos para burlar a
Monsieur D´hont, cuando lo consiguen, aplicarlas es imposible. Si a esta
desgracia de los optimizadores, añadimos que estamos en una "burbuja
electoral", que a partir de mañana empieza el contador para que estalle,
estamos muy mal situados para sobrevivir económicamente. Somos un país
"tipo Grecia" y a partir de la semana que viene, sostener a Abengoa,
ayudar a ACS, a Isolux, y a cientos de otros, no será prioridad. Ni los bancos
con su tremendo reajuste anunciado, ni las inversiones que estaban vigilando el
devenir político, y los empresarios demonizados que temen ensañamiento fiscal,
siendo el actual ya confiscatorio, esperaran más. Y todo hará que esa burbuja
se disipe como pompa de jabón y la realidad nos aterrizara. Pasaremos las
Navidades creyendo que hay soluciones posibles para conducir nuestra situación,
y después, pasados los efluvios de la epifanía o manifestación
"divina" de los nuevos parlamentarios que nuestros votos hayan
colocado, nos caerá la realidad encima. Y veremos si hemos acertado en votar a
los que han llegado "forzando" la ley electoral que dicen aborrecer.
A reflexionar.
Reflexiones
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