Sheina Lee Leoni
Siempre me gustó
estudiar, terminé mi carrera docente en el tiempo estipulado y me puse a dar
clases en secundaria casi enseguida de
finalizar. Comencé a trabajar 20 horas a
la semana, pero como el sueldo de docente es bajo aumenté la carga horaria a 30, 40 y casi llegué a 50 horas semanales
.Finalmente, decidí dejar algunas de mis
horas laborales para estar más en casa y descubrí Internet, y lo hermoso que
era poder navegar conociendo gente de
todo el mundo, así como la riqueza que me brindaba para poder dictar
virtuales. Así que decidí ponerme a estudiar en una importante
Universidad Virtual Experto E Learning, y cuando terminé, me inscribí como
tutora voluntaria; posteriormente, me eligieron como coordinadora de la misma
en Uruguay. En mis ratos libres, como descanso retomé mi carrera de escritora,
y aquí estoy, leyendo y escribiendo en forma permanente, dictando clases
presenciales y virtuales mientras continuó especializándome on line, porque
esto de la informática cambia mucho…
Por las dudas, en la heladera de casa hay pegada una foto
mía, para que no me olviden…
¿Es usted trabajólico?
Un trabajólico (o, por su
nombre original en inglés, un workaholic)
es una persona adicta al trabajo.
Es
te término fue acuñado en 1971 por el pastor protestante Wayne Oates, en su
libro autobiográfico Confesiones de un 'trabajólico'. El texto habla de
aquellas "personas cuya implicación en el trabajo se vuelve tan excesiva
que perturba o interfiere su salud física, su felicidad personal y sus
relaciones interpersonales”. El adicto al trabajo es aquella persona que se
autoimpone exigencias, que es incapaz de regular sus hábitos de trabajo y que
se excede en él hasta el punto de excluir actividades de su vida no laboral.
Esta adicción lleva al individuo a darle una prioridad absoluta a su vida laboral en perjuicio de otras facetas importantes de la vida. Se vive para trabajar, dejando de lado la capacidad de vivir y disfrutar de otras realidades de nuestra vida .La meta, a la que dedican todos sus esfuerzos, es el éxito profesional a costa del emocional.
Tengamos en cuenta: Los adictos al trabajo, o trabajólicos,
muestran una obsesión por el éxito profesional que limita o anula a la persona
en el ámbito social o emocional.
¿Quiénes son más propensos a convertirse en trabajólicos?
Esta adicción se da más entre hombres que entre mujeres, especialmente en
la clase media y en zonas urbanas. La edad más
habitual para que se produzca es entre los 40 y los 50 años. Los principales
profesionales que sufren esta adicción son los médicos, abogados, periodistas y los ejecutivos de grandes multinacionales.
Sin embargo, los estudios actuales demuestran que los trabajólicos se van
extendiendo; las mujeres estamos adquiriendo cada vez más este patrón de conducta,
llegando a ser tan competitivas como lo son los hombres, con la diferencia de
que somos capaces de abarcar más actividades a la vez.
¡Cuidado!
Abandonar la llamada 'adicción respetable' no es fácil. El acceso a la
tecnología es uno de los elementos que retroalimentan al 'trabajólico'. Los
celulares, las conexiones wi-fi, el correo electrónico y los teléfonos inteligentes
fomentan esta adicción.
Yo no salgo de vacaciones sin mi laptop o Ipad, asegurándome de llevar
todos los instrumentos necesarios para hacerlos funcionar adecuadamente, y por
las dudas, me aseguro de que haya un ciber cerca.
¿Cómo podría vacacionar sin éstos?
Generalmente, quien es laboradicto, presenta algunas características en
común:
1-Excesivamente ambicioso-Es capaz de llevar a cabo una lucha feroz para
promocionarse e imponer sus proyectos profesionales.
2-Competititivo: Necesita obtener supremacía sobre los proyectos de los
demás, le gusta destacar en su trabajo.
3-Inseguro: Busca aprobación de sus superiores y demás, y solo sabe este
camino para lograrlo
4-Aislado y solitario-Limitados vínculos sociales, pocas amistades, ya
que el trabajo lo absorbe todo.
Un infierno bien visto…
Para las personas que son adictas al trabajo, el trabajo constituye el
centro de su vida, el empleo quita importancia a todo lo demás, incluida la
familia, el ocio y la vida social. Lo consideran como un refugio. El hecho de
llevarse trabajo a casa para acabarlo por la noche o los fines de semana es
algo que resulta habitual en la persona que lo padece. Para un adicto al trabajo la vida es como un juego donde lo
único importante es ganar; su vida va en ello.
Además, la sociedad suele ver con buenos ojos al profesional
dedicado en cuerpo y alma a su trabajo. Se le considera responsable, serio y
confiable. El esfuerzo y la ambición son objetivos admirados, valores
destacados en las sociedades actuales... A diferencia de otras adicciones, esta
es la única que recibe elogios sin reparar en el problema que supone quien la
padece.
¿Qué puedo hacer?
Una persona 'trabajólica' puede ensayar algunos trucos para empezar a luchar contra su
adicción: almorzar sin contestar el celular ni ver los correos; desterrar el computador
portátil de la cama y no revisar correos los fines de semana, ni leer los
titulares de los Diarios cada mañana al
despertar... Limitar a un número adecuado los asuntos laborales que se tratarán
en el día, (es decir, aquellos posibles de atender en horas laborales) con el
fin de establecer prioridades y reconocer que hay temas más importantes que
otros. Sin duda, el primero de ellos será empezar a descansar del trabajo y
ocuparse de los asuntos familiares...
Si usted cree que el trabajo le está absorbiendo más tiempo que el que debería, comience a practicar estos consejitos. ¡Si lo logra, me avisa!!
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