El escritor y periodista
tinerfeño Rafael Ben-Abraham Barreto presentó
su nuevo libro Rehenes del Tiempo, el pasado martes, en el Instituto de
Estudios Hispánicos de Canarias, en el Puerto de la Cruz. Un acto que fue
presidido por Nicolás Rodríguez Münzenmaier, en representación de la entidad
anfitriona, y que contó con la asistencia del presidente de la Asociación de la
Prensa de Tenerife, Salvador García Llanos. Esta segunda entrega recoge una
colección de artículos y greguerías publicadas en el periódico EL DÍA de Santa
Cruz de Tenerife, en la columna dominical “La Ranilla” con el sobrenombre
Herzog, entre finales de 2004 y mediados de 2011.
El autor y editor del
libro recordó su trayectoria profesional en los periódicos Jornada y El Día
comprendida entre 1980 y 2011, y su etapa de colaborador en otros medios escritos
y audiovisuales, y explicó cómo se forjó la columna La Ranilla, que por cierto,
desde 2009 dio su salto también a la red en formato revista digital, según
cuenta a Diario de Avisos.
La primera edición de
“Rehenes del Tiempo”, incluye un prólogo de Hanah Valentín Mezquita, y está
ilustrada con reproducciones de cuatro obras del pintor castellonense Juan
Mezquita Almer (1881-1956), coetáneo del artista grancanario universal Néstor
de la Torre y de José Palomares Rescalvo.
Su autor explica que “en
esta nueva versión de La Ranilla se condensan ocho años de vivencias y
reflexiones personales, muchas de ellas al pie de la actualidad, a medida que
afloraban las ideas o a golpe de impulso, pues, no en vano muchos de estos
comentarios o artículos descendían al teclado en cuestión de pocos minutos
apremiados por la urgencia informativa o la voracidad del tiempo. Ese tiempo sin el cual no maduran las uvas o
es imposible la existencia como la percibimos ahora. Ese tiempo que sella y
marca nuestro rostro y nos susurra sutilmente cuan precario y efímero es
nuestro paso por la tierra”.
Rafael Ben-Abraham
añadió en su alocución que “La Ranilla siempre gozó de libertad de movimiento,
por así decirlo, en el contexto del periódico, apenas pasaba filtro previo,
confianza que siempre agradeceré de su recordado editor y director, que no en
vano, prologó el primer libro”.
“La Ranilla-añadió- se
fraguó en el Puerto de la Cruz, en honor a su núcleo urbano más emblemático y
señero de su mismo nombre, en febrero de
1990, en la casi recién estrenada Delegación del Norte en los apartamentos
Martiánez, apareciendo inicialmente en
la edición del sábado del periódico, y luego de forma prácticamente
ininterrumpida, salvo en períodos de vacaciones o otras causas, los domingos
hasta julio de 2011”.
El autor de Rehenes del
Tiempo agregó, entre otras cosas, que “Ciento ochenta y seis ideas e
idealizaciones de la realidad cotidiana más próxima y de evocaciones de
acontecimientos propios y ajenos a los que, por su trascendencia, no resultan
indiferentes, conforman esta segunda entrega. El discurrir de los años se me
antoja como la escalada de una montaña o el paso de las hojas de un libro que
conducen a la cima o el fin de la lectura”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario