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sábado, 12 de julio de 2014

LAS HACIENDAS DE TIGAIGA Y LA IGLESIA MATRIZ DE LA CONCEPCIÓN DE LOS REALEJOS

Esteban Domínguez

Cuatro haciendas que con el paso de los años han perdido, potestad en el histórico barrio de Tigaiga. Ellas son la de “La Fuente”, la del “Cuchillo”, la de “La Coronela” y la de “La Era”.

 Bien conservadas están la del “Cuchillo” porque son dueños la han querido mantener en pié y por ella han pasado importantes personajes. La de “La Era” sin embargo que cuenta con una casona muy llamativa, ya ha ido perdiendo interés, pero siempre hay quien la recuerde, cuando allí se vendían los famosos vinos de “La Suerte”. Hace algunos días un amigo me lo recordaba, sobretodo, los buenos escaldones que preparaba, Elena la de “La Era”, la carne de conejo en salmorejo, o las costillas con millo y papas nuevas.

 La cocina estaba muy negra debido que a Elena le gustaba cocinar con leña. Son recuerdos que no se olvidan cuando la cocina canaria, va perdiendo calidad y entusiasmo, pero donde siempre ha habido, algo queda, y su forma de cocinar, la practican algunos familiares.

Tanto en la fecha de San Vicente, como por las Fiestas de Tigaiga, Elena, se encargaba de preparar buenos platos, ya que su hermano Vicente, era el encargado de aquella gran finca que perteneció al General Machado, personaje este muy querido en Tigaiga y por los tigaigueros, con la muerte tanto de general, como de don Vicente, la cosa se detuvo. Ahora los herederos de general solo han querido mantenerla y conservarla. Y todos aquellos interesados, van hasta ella, previo permiso del encargado en estos momentos. La otra hacienda como era la de “La Fuente” sólo le       queda el nombre.

En cuanto a la de “La Coronela” decir que allí vivió don Francisco Machado, y doña Ana Machado. En esta casona había un oratorio, donde se custodiaba la Imagen de La Virgen del Rosario, atribuida a Pereira, que sus dueños llevaron a la parroquia de la Concepción, ellos impulsaron su Cofradía, y además ayudaron a costear el magnífico retablo que el fuego del incendio devoró el 5 de noviembre de 1,978, siendo esta imagen milagrosamente rescatada, por un rosarista. Me dicen que fue Antonio Betancourt, otros dicen que fue Kiko Garrido, que abriendo una puerta que se encontraba detrás del retablo y entrado por la sacristía sur, pudo salvarla de las llamas, esta fue la única imagen rescatada de aquel incendio, y una Dolorosa de Rodríguez de la Oliva que en ese momento se encontraba en la casa del Padre Siverio quien le estada realizando algunos retoques.

La lámpara central, de cristal de Bohemia se salvó, porque estaba en la sacristía, y hay quien afirma que fue regalada por los hermanos y hermanas del Santísimo de Icod el Alto, pero no hay nada escrito sobre esta posible donación. Otros objetos de culto fueron rescatados a tiempo, pero se perdieron valiosas obras de arte, como una Dolorosa de Luján Pérez, o una Virgen  de Candelaria de talla de Montañés, un San Juan de Estévez, y una preciosa imagen de la Virgen de Afligidos de Pérez de Andujar y Cantos, entre otras reliquias de gran valor artístico, como la Custodia Franciscana, otra pequeña de autor desconocido, etc.

Anteriormente se conocía a la parroquia de La Concepción de Los Realejos, como la “Catedral del Norte” por su elegancia arquitectónica, y un día desafortunado como lo fue el ya señalado acabó con este tesoro religioso, pero la piedad del pueblo no decayó, y su reconstrucción se la debemos al padre Siverio, quién en una reunión en el teatro Cine Realejos, fue elegido por la multitud, como presidente, para poner en marcha la recuperación del templo del que vemos hoy mirando al cielo, como no podía ser de otra manera.

Don José Siverio Pérez aún no ha sido reconocido popularmente como se merece, y algunos cercanos, le criticaron cuando el Ayuntamiento decidió ponerte su busto en la que antes de llamó “Plaza de General Franco”, y la conocemos  hoy como plaza de la iglesia.  Con la donación de nuevas imágenes por los fieles se va llenando el hermoso templo realejero, muchas de ellas de Ezequiel de León, sin olvidar el gran trabajo de la techumbre del templo a cargo de los afamados carpinteros Hernández Siverio.

En fin mucho hay que escribir sobre la perdida de la iglesia y la reconstrucción de la que ante nuestros ojos, ha llamado la atención de muchos foráneos y visitantes.

También devoró el fuego la artística Urna, pero los Hermanos Siverio, lograron construir una de similares características a la que el fuego se llevo.

 A ellos también se les debe parte del nuevo retablo del Rosario, un trabajo magníficamente logrado, así como el artesonado que vemos. También es importante recordar que con el siniestro señalada, se perdió el artesonado de la Papilla Mayor cubierto de pan de oro, como asimismo el del Rosario.

Algunos calcularon que las perdidas pudieron rondar los 300 millones de las antiguas pesetas.

Y aquel solar, que quedó tras en incendio, algunos pedían que se construyera en el un poli, o una pista de tenis o un campo de fútbol.

Gracias a la acción de los vecinos se pudieron rescatar, casullas de gran valor y ornamentos sagrados, ya que estaban el la sacristía norte donde el fuego no llego.
 Hoy en templo reconstruido mira al cielo, y sus campanas sonaron con mayor gloria aquel 27 de junio, cuando nuevamente se abrieron al culto.

Acto emotivo y que fue bendecido por el Obispo don Felipe Fernández.

Sin lugar a dudas, reconstruir este nuevo templo, fue tarea de todos, y para ello se dispuso de tómbolas en las distintas fiestas de municipio y ventorrillos benéficos. También se recaudaron fondos por los distintos municipios, todos unos como una piña, hemos logrado que la “catedral del norte” volviera a resurgir de las cenizas. Y no cabe duda que el Padre Siverio, se echó sobre sus hombros, llevar adelante, este proyecto y no perder estas viejas e históricas paredes, de columnas remordidas por el fuego; por eso aquí pueden servir de testimonio, estas fotografías, porque vale más una imagen que mil palabras.

Y como es normal en estos casos, entre luces y sombras, la obra se hizo realidad. Los realejeros deben de estar muy satisfechos por lo que nuestros ojos ven y el corazón agradece.    


Hoy cuenta esta parroquia matriz, con retablos tan importantes como el de la Capilla Mayor, el del Rosario, el del Nazareno, el de Afligidos que está a punto de ser terminado, el del Calvario, que aún no ha concluido, y últimamente se la comenzado a construir por los Hermanos Siverio el del Señor de La Cañita. Y así granito a granito, la Parroquia Matriz de la Concepción del Realejo de Abajo, ni es un campo del fútbol, ni una pinta de tenis, en lo que sus fieles deseaban, un lugar donde dar culto a Dios y a sus evangelios, gracias a Ilustre realejo Don José Siverio Pérez y a cuantos con el pusieron el hombre en tan digna tarea.

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