Javier Lima Estévez
Analizando
la figura de Nicolás Estévez Borges, podemos encontrarnos con Leonor Lorenzo,
la cual se casó con Pedro de Aguiar el Mozo, siendo uno de sus hijos Salvador
Pérez de Aguiar y Guzmán, quien contrajo matrimonio por primera vez con
Catalina Pérez y tras enviudar de la misma contrajo segundo matrimonio con Inés
de Évora, hija de Gonzalo Báez y de Magdalena de Évora, su legitima mujer,
según resulta del testamento en el que Magdalena otorgó sus últimas
disposiciones ante el mencionado escribano Pedro Méndez de León, el 18 de mayo
de 1620, por las que ordenó se le enterrase en la Capilla de San Gonzalo, donde
yacía su padre. Era hermana entera de Ana Borges, casada en San Marcos, en
1604, con Antonio Álvarez Estévez, natural de La Orotava, padres éstos de tres
hijos, Marcos, Nicolás y Gonzalo. El
primero siguió la carrera militar mientras que los otros dos optaron por la
eclesiástica.
La marcha
de Nicolás Estévez Borges a Cuba, se produjo por la llamada efectuada por su
tío, al encontrarse el mismo enfermo y sin hijos. Estévez Borges estaba ya en
1644 en Cuba, ayudando en los negocios que su tío tenía en la isla, combinando
tal labor con sus progresos en la carrera eclesiástica. En torno a 1647 ya
podemos observar referencias del mismo en la actividad eclesiástica.
Siendo
Beneficiado de La Habana, practicó, en unión de su hermano el Capitán Marcos
Estévez Borges, información de su limpieza de sangre y de la calidad de sus
ascendientes, ante el escribano Nicolás García del Castillo, en virtud de
petición cursada en 14 de febrero de 1652 al Corregidor de Tenerife don Antonio
Girón. Don Nicolás Estévez Borges, bautizado en Icod de los Vinos el 18 de
marzo de 1617, pasó a La Habana junto a su tío el Capitán Diego González
Borges, Ministro del Santo Oficio (hermano de doña Inés de Évora), que dejó
dotada con diez mil pesos fuertes la Capellanía de la Misa de Doce en la
parroquial de Icod. Tras haber sido Deán de la Catedral de Cuba, murió
preconizado Obispo de La Habana, y por el testamento que, con su poder, otorgó
ante Domingo Fernández Salazar el Ilustrísimo Señor don Juan de Santo Matías,
Obispo de Cuba, en 1665, dejó sus pontificales y otras esmeraldas y perlas,
capa magna y báculo, a la imagen de San Bernardo del convento de las monjas del
Císter. También donación suya la magnífica Cruz de Plata, labrada en Puebla de
los Ángeles (Méjico), una de las joyas artísticas que enriquecen la parroquia
de San Marcos, representando, hoy, la pieza principal del Museo de San Marcos,
de Icod.
Nicolás
Estévez Borges también donó una capa magna, muceta, así como varias mitras
(patriarca San Bernardo y el patriarca San Agustín). Asimismo, podemos observar
también como el pontifical blanco, de tela, y el morado, cáliz, salvilla y
vinajeras doradas lo destinó para la parroquia de San Marcos, lugar donde había
sido bautizado.
En Icod
de los Vinos, un Instituto lleva su nombre.
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