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lunes, 28 de julio de 2014

LA VIRGEN DEL CARMEN NOS LLAMA

ESTEBAN DOMÍNGUEZ


Llega julio, y con él, las fiestas marineras del Carmen como son tradicional, y con ellas la tranquila Villa Realejera, abre sus puestas de par en par. El canónigo don Leopoldo Morales de Armas nos ofreció un pregón que nunca olvidare:

Entre otras cosas decía axial: “El Cielo con ser el Cielo” creo obra necesaria, hacer un cielo en la Tierra, que son las Islas Canarias”, canta la copla popular, y en las islas con su carácter propio, con su característica hidalguía, con su febril actividad, surgió la isla de Tenerife como un palacio gigantesco. Y en ese palacio, un pueblo: Los Realejos. Villa placida, donde se venera con total cariño y esmero a Ntra. Sra. del Carmen, “Alcaldesa Honoraria y Perpetua”, por aclamación popular.

Julio nos llega cargado de emociones, de alegrías de encuentros con la música, la pintura, el arte, la religiosidad, las procesiones, los fuegos de artificio, los conciertos, las funciones solemnes en honor a Ella.

La Señora de las “grandes pestañas” las que alaban los poetas, en sus versos o loas, echamos de menos el banco redondo, la palmera, los frailes y las monjas


Tierra bendita la realejera donde se le da culto y veneración a la Reina de los mares, lugar donde los marinos del Puerto de la Cruz, la zarandean con amor y ternura el “Domingo de su Octava”. Y Ella se deja mecer en los hombros de los marinos como una ola, con el cariño de siempre, con el amor de tantos viejos pescadores y de familias que aún siguen esperando que la Reina y Soberana del Valle de Taoro, baje hacia el Puerto. Promesa que aún no se ha cumplido, esperemos que algún día se haga realidad, pasando por la Ranilla,  porque si tres fiestas han en el Valle que causan admiración, En la Orotava su Corpus y San Isidro,  el Puerto de la Cruz, el Gran Poder de Dios,  y su Virgen del Carmen, y el Los Realejos las Fiestas de Mayo, y la Octava de la Virgen marinera, la Madre de Dios –decía Mario Hernández Siverio- en infinidad de veces. Él  nos dejó ese recuerdo, y a él le recordamos con el mayor cariño, porque no solo era un carmelitano de corazón, sino un mariano profundo. Hoy cuando la Villa noble de Los Realejos, se prepara para celebrar sus fiestas, no sólo recordamos a don Mario, sino también a Don Elpidio Hernández Tosté. Un contemplativo, que cada LUNES DEL CARMEN, con la Máxima atención esperaba la salida de la bella Imagen Realejera, salvada milagrosamente de dos incendios, el último en el año 1952, por tantos hombres que acudieron a su convento de San Andrés y Santa Mónica, y Ella es el mejor testigo de la Fe y el respeto que todos sentimos por ella. Don Elpidio la contemplaba, y decía: “que hermosa eres mujer. Bendita Tú entre las Mujeres”, y vendito el fruto de tu vientre.
Pero ese hombre que aún vive, y que sea por muchos años, tenía la costumbre de desearle a quienes les visitaban en su gestoría, “vaya usted con Dios”.

Y gesto que le honra y que nunca olvidaremos. Un caballero de altura humana, de nobleza y de bondad.

Uno de los que en su día, dio la cara para que una vez terminado su Santuario, se pudieran abrir las puertas, junto con el que fuera alcalde de aquella época, don Domingo Luis Estrada como vemos en la foto, junto con otros que le acompañaron.

Julio nos llega, recordamos la vieja palmera, el Banco redondo, los ventorrillos, las turroneras, la batalla de flores…

Son muchos los recuerdos que por estas fechas de julio, se hacen presente en nuestra mente, sin olvidarnos de las Fiestas de Arte que se celebraban en la ya mencionada “Plaza de Las Flores”.

Hoy a ya ese entrañable rincón no es el mismo, el tiempo, el rumbo de la vida, y el giro desproporcionado de los políticos, le han dado lugar, a que este pequeño recinto, perdiera su primitivo encanto.

Pero la vida sigue, y echamos en falta, muchas cosas, pero quedará para siempre muy grabado el recuerdo y el fervor, que por suerte, que se viene manteniendo en la “MADOGNA DEL REALEJO”, como José Javier Hernández, la describió muy acertadamente.

Anécdotas, en torno a la Virgen del Carmen, hay muchas. Una que me llamó la atención, ya que eran  las familias de aquellos que llamaron para acudir a la guerra, puesto  que depositaban debajo del manto de la Sagrada Imagen una fotografía, para que LA SEÑORA los protegiera, entre otras muchas, como versos o la “popular” SALVE MARINERA.

Notamos algunos vacíos en los últimos años. Recuerdo que la reina de las Fiestas del Carmen se celebraban el en cine Realejos ataviadas con el traje típico, o el Cinturón ciclista “EL CARMEN” que aún se mantiene.

La Octava del Carmen”  es uno de los actos más esperados, donde los marinos portuenses, la mecen con amor y ternura, por las viejas y recoletas calles, del popular núcleo, de San Agustín, tierra de frailes y monjas, hoy todo ha cambiado de un modo vertiginoso, pero en los más hondo del corazón, el realejeros sigue siendo ese ejemplo piadoso, que bien la ha sabido venerar de aeración en generación.

¿Y qué podemos decir del LUNES DEL CARMEN?

En el amplio libro de la vida hay muchos recuerdos junto a la REINA DE LOS MARES.

Las exposiciones que se realizaban en la Sociedad Culturan y de Recreo, eran dignas de ver. Muchos  son los recuerdos, a ellas acudían hombres entendidos en la mar como Juan Antonio Padrón Albornoz, y otros tantos que pisaron con firmeza, las viejas tablas de aquel minúsculo escenario.

Muchas fueron las manos artistas que decoraban con esmero aquella sala, y casi olvidados hoy, como lo fue José Hernández Tosté, al que nunca se le tributo un merecido homenaje.

Don José decía que para él, habían dos fiestas muy importantes: Las Fiestas de Carmen, y las del Rosario, en esta última fundó el Festival de “LA ROSA”. Que se acabó a raíz de pavorosa incendio de la Iglesia Matriz de la Concepción.

Y antes de terminar, permítanme recodar a Don Domingo Luis Estrada, quién dio la cara  en Madrid dada la amistad que le unía con el ministro de la gobernación en aquellos tiempos, el recordado Blas Pérez, que además, considerando la pérdida del convento de San Andrés y Santa Mónica, pudo lograr, a través de “regiones desbastadas”, mucho dinero para levantar este Santuario que mira al mar, y donde reina nuestra venerada Virgen del Carmen, tan querida, ya no sólo por los realejeros, sido también, por la comunidad del Valle de Taoro.


Bajo nuestro homenaje a quienes pusieron el hombre y el coraje, y para que nuestra ALCALDESA HONORARIA Y PERPETUA sigua bendiciendo corazones, arrancando espinas, sanando llagas y siendo la Prenda más amada del Valle de Taoro por muchos años. 

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