Esteban Domínguez
Un año más, los realejeros vivieron el TRES de
Mayo conforme a la tradición, fueron miles los visitantes que el lunes,
visitaron las calles de la vieja y sonora Villa de Arriba, bajo un derroche
sorprendente de fuegos artificiales dicho sea de la mejor manera.
Un
espectáculo único en Canarias y en España, y que tiene lugar en esta noble
Villa, tierra de artesanos y fieles devotos de La Santa Cruz.
Las calles del Sol y del Medio de Arriba, a
pesar del tradicional pique, hicieron espectáculo multicolor a lo grande, como
era de esperar. Dos calles que en buena lid conservan sus tradiciones, como no
podía ser menos, porque los fuegos de la Cruz , hacen posible, que las calles del municipio,
se llenen de visitantes para admirar dos artes singulares: los tapices florales
de sus capillas principales, y el arte que hacen posible nuestros más afamados pirotécnicos.
Pero también hay que destacar, la solemne
eucaristía celebrada el lunes a las doce de la mañana, el la parroquia Matriz
de Santiago Apóstol, y que presidió el canónigo emérito de la Santa Iglesia
Catedral de La Laguna ,
e hijo natural de este municipio, don José Siverio Pérez acompañados de varis
sacerdotes. Entre ellos se encontraba el que fuera párroco de la Concepción del Realejo
Bajo, don Ramón Padilla Brito que tuvo a su cargo la Homilía el la cual nos fue
manifestando el significado de La
Cruz , con total sabiduría, como así mismo, el párroco de
Santiago don Antonio Hernández Oliva, hijo adoptivo de Los Realejos, y el
titular actual de La
Concepción , don Juan Manuel Batista Núñez, entre otros
oficiantes sacerdotes, y con la presencia de la Corporación en Pleno,
y autoridades, religiosas, civiles y militares. Función que fue cantada por el
coro parroquial.
Al finalizar los oficios religiosos, se procedió
a la procesión de la Santa Cruz ,
por el tradicional trayecto de costumbre. Y al término de la misma, tuvo lugar
la acostumbrada “Mazcleta” que una vez más corrió a cargo de los Hermanos
Toste.
A las diez de la noche, la Santa
Cruz sale a la calle, y por el mismo itinerario; en este
recorrido nocturno es cuando se procedió a la gran exhibición de fuegos
artificiales que protagonizan las comisión respectivas de ambas calles, y que
en la presente edición, resultó una de las muestras las espléndidas y completas
de los últimos años.
Así comienzan las Fiestas de Mayo en nuestra
Villa, con olor a pétalos de flores y a mezclas de pólvora que se convierten en
filigranas impresionantes de distintos colores en los cielos de Los Realejos.
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