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jueves, 14 de julio de 2016

HOMBRES MALTRATADOS EN PAREJAS

Evaristo Fuentes Melian

Una noticia alarmante ha salido a la luz recientemente: en España, a lo largo del año 2015, fueron asesinados veintinueve hombres por sus parejas femeninas.

En las parejas de mi entorno social habitual nunca se ha llegado a males mayores, ni mucho menos al asesinato, ni del hombre ni de la mujer. Son parejas burguesas de más de sesenta o setenta años de edad que siguiendo la norma de entonces todos eran jóvenes cuando se casaron por la Iglesia y por el Juzgado. Por estadística, en  la mayoría de matrimonios el porcentaje de viudas es muy superior al de viudos. En este caso concreto, de un  total de treinta matrimonios han enviudado once mujeres (37 %), y solamente  hay un viudo (3 %), que casualmente, ni antes casado ni ahora viudo, nunca ha participado en las reuniones mixtas de su grupo.

En mi entorno social observo que el  mal trato, en especial el sicológico--difícil de demostrar con hechos--es superior el de mujeres sobre ‘su’ hombre, que al contrario.  

Los hombres casados maltratados, ya cercanos a la ancianidad, ni se quejan ni denuncian. Por varios motivos: bien por miedo a represalias sibilinas o exteriorizadas (de palabra, obra u omisión) de su pareja femenina; bien por pasotismo y conformismo en una situación rutinaria de hastío mutuo, irremediable pero llevadero; bien por guardar las apariencias de un cariño en realidad hace tiempo tibio o inexistente, en otras palabras, por el  tan temido “el qué dirán”.

En España son más las mujeres maltratadas físicamente y asesinadas por sus compañeros sentimentales, sucesos tan publicitados por las asociaciones ONGS de colectivos feministas. Es el  llamado “maltrato de género”, concepto mal utilizado, puesto que solamente está referido a mujeres maltratadas, cuando en realidad también hubo veintinueve casos de hombres en pareja que fueron víctimas mortales. Los hechos son los hechos, pero la Administración y la Justicia se encargan de ocultarlos. La consigna es hacer creer que la mujer es la gran víctima y el varón el gran culpable. Pero no es del todo así. Ni mucho menos.


Espectador

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