Javier Lima Estévez. Graduado en Historia por la ULL
Cada año, con la llegada del mes de julio, el municipio de
Los Realejos se transforma en un pueblo que se orienta en torno a los cultos de
la Santísima Virgen del Carmen. Julio es, sin lugar a dudas, el mes dedicado a
rendir un gran homenaje que se extiende a través de diversas actividades en el
ámbito religioso, cultural y deportivo que toman como punto central el
Santuario de la Patrona del Valle y Alcaldesa Honoraria y Perpetua de la villa
histórica, en el espacio de un recinto religioso que se levanta sobre el
Convento de San Andrés y Santa Mónica, devorado por las llamas en el año 1952.
En tal contexto de devoción y fe, se sitúa el origen de
diversas competiciones deportivas, siendo el año 1956 “un buen escaparate de
muestra con la celebración de partidos de futbol, carrera a campo través y
baloncesto. A esto se incluye el año siguiente [1957], la primera carrera
ciclista, germen del reconocido Cinturón Ciclista El Carmen”, según destaca el
historiador del arte e investigador Manuel Jesús Hernández González en su
contribución al estudio de las fiestas del Carmen de Los Realejos en la obra Vitis
florígera. La Virgen del Carmen de Los Realejos. Emblema de fe, arte e
historia. Se trata de un evento deportivo ampliamente tratado en la obra del
periodista Agustín Arias Rodríguez bajo el título 50 años. Cinturón ciclista el
Carmen. Entre sus páginas, podemos obtener un interesante análisis y recorrido
del origen y la evolución de una competición que durante seis décadas ha
supuesto un referente en el ámbito del ciclismo tinerfeño, destacando su autor
que se trata de “la segunda prueba con más solera del panorama insular, sólo
superada por la Vuelta Ciclista a la Isla de Tenerife”, siendo Esteban González
Quintero el vencedor de aquella primera edición de julio de 1957.
No cabe duda de que nombrar tal evento deportivo entre
realejeros y aficionados al ciclismo nos sitúa ante innumerables anécdotas y
personajes representativos. Una muestra de ello sería el nombre del ciclista
local José Manuel González Espinosa, vencedor en los años 1973, 1974, 1975,
1979, 1980 y 1981. Su participación generaba año tras año una gran expectación,
logrando obtener con gran esfuerzo y preparación toda una serie de victorias
que convierten su nombre en una leyenda inalcanzable hasta la actualidad por
otros ciclistas de tal competición. En esa misma línea, Agustín Arias Rodríguez
recoge en su libro el triunfo desarrollado en diversas ocasiones por Toñín
Salas González y Juan Francisco Guillama Expósito, anotando, además, las
victorias de otros ciclistas en una o dos ocasiones.
Durante mucho tiempo, jóvenes y adultos se han preparado con
gran motivación para participar durante hoy y mañana en una prueba deportiva
modélica y única por su categoría y longevidad en nuestro panorama. Un evento
que, cada año, congrega a un gran número de seguidores ante una competición
que, de forma anual, ha dejado toda una serie de galardones, premios e
historias en el recuerdo.
Sesenta años que son, en definitiva, testigo y reflejo del
incansable trabajo desarrollado por múltiples instituciones y personas en pro
del deporte del pedal, ofreciendo la imagen de una cita obligada en la que los
protagonistas son los numerosos participantes del histórico Cinturón Ciclista
El Carmen de Los Realejos.
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