Salvador García Llanos
Simple curiosidad, de verdad.
El 24 de noviembre de 2017 se
publica una información con este título:
“El Ayuntamiento inaugura el
nuevo punto de recarga para vehículos eléctricos”. Subtítulo: “Los usuarios de
automóviles o motos eléctricas podrán realizar la recarga en la plaza de
estacionamiento reservada, situada en la calle Santo Domingo”. Por supuesto,
foto que acompaña. Plácemes y sonrisas.
El 8 de octubre de 2012, en
'Diario de Avisos' aparecía una información titulada:
“Puerto de la Cruz estrena el
primer punto para recargar coches eléctricos”. Foto adjunta del concejal de la
época, con la instalación en el mismo punto de la información de 2017. Que se
sepa, un solo vehículo utilizó el punto de recarga.
Repasando los textos, se
descubre una coincidencia, como si el tiempo no hubiera pasado, como si el
mercado no hubiera experimentado ningún tipo de fluctuaciones o como si los
presupuestos no hubieran sido modificados:
El coste en 2017 se ha elevado
a 9.491 euros, de los que 2.600 han sido subvencionados por el Instituto para
la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), del ministerio de Industria,
Energía y Turismo. El resto ha sido financiado por el Consorcio Urbanístico
para la Rehabilitación de Puerto de la Cruz, “teniendo en cuenta las propuestas
contenidas en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS)”.
En 2012, la información de
'Diario de Avisos', después de precisar que en la iniciativa habían participado
ni más ni menos que tres concejalías (Hacienda, Patrimonio y Nuevas
Tecnologías; Urbanismo y Medio Ambiente y Movilidad y Transporte), detalla que
el “coste es de 9.491 euros, de los cuales 2.600 serán subvencionados por el
Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), del ministerio
de Industria, Energía y Turismo, (…, probablemente aquí un error de composición
de texto; debía decir el resto) es del Consorcio Urbanístico para la
Rehabilitación de Puerto de la Cruz, “teniendo en cuenta las propuestas
contenidas en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS)”.
Simple curiosidad, ciertamente.
O sea, aquí hay algo raro a la hora de informar sobre la actualización del
punto de recarga. Este no debió funcionar jamás. Ahí quedó, para curiosidad de los
viandantes, sobre todo. Y ahora, ha servido el mismo expediente con el mismo
gasto público, si acaso, cambiando el poste. Lástima que la buena voluntad de
querer reponer o hacer que funcione de verdad se haya visto ensombrecida por
una extraña duplicidad, incluso presupuestaria.
Pasaron cinco años entre un
hecho y otro. Será que la vida sigue igual. Bueno, cambiando de postes.
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