Teresa
González
En mí… todo se
vuelve locura,
desenfreno,
desesperación, guerra
de sentidas
corolas que en la Tierra
no caben más
cuando veo tu cara…,
…tu boca cual
corazón de miel,
tu boca que me
enloquece al besarla
con fuego como
ardiente maripola
que desea el
placer de un clavel.
Me embriagas
con tus ojos de luna,
con tu cuerpo
que para mí fortuna
ha sido mío
ante los ojos de la Luna…
Me ahoga tu
imagen de niño mimado,
tus labios de
amor, de placer deseado…
y tus caricias
que hoy recuerdo.
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