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lunes, 27 de noviembre de 2017

LIBERTAD Y EDUCACIÓN SEXUAL

Evaristo Fuentes Melián

Veo con frecuencia en mi comarca la tremenda libertad sexual que hay en los grupos de chicos y chicas. Mas realicemos un ‘flash back’ para contar el  caso de un joven amigo tinerfeño, que hace algunos años fue a un camping inglés de ambos sexos, a trabajar de ayudante o camarero. Tanto le habían hablado de la libertad sexual en la pérfida Albión, que pensaba que nada más bajar del avión empezaría a follar (perdón: fornicar) a diestro y siniestro. Pero la realidad fue bien distinta.  Pasados cuatro días, las chicas no habían aparecido por ningún lado. Por fin, a la semana siguiente les dijo el jefe de grupo que las chicas llegarían ese día, y que lo primero que tenían que hacer es ayudarlas a cargar las maletas. Al pasar al comedor hubo una separación total, los chicos a un lado y las chicas al otro.  Después del duro trabajo y a la hora de la sobremesa había ‘convivencia’ en un salón grande, con pequeña discoteca y una pista de baile. Al mes y pico, el separatismo ya fue a menos, y para algunos españolitos empezaron las invitaciones a los apartamentos, a tocar la guitarra y oír música, algún que otro besito fraternal y conocer a sus familias enseñando fotos.

En fin: que cuando empezaron a conocerse mejor y a formar una gran pandilla habían pasado dos meses de un total de los cuatro que tardaba la estancia en aquel lugar. La intimidad sexual solo lograron  alcanzarla algunos, y los encuentros eróticos no se realizaron jamás en público, ni a la vista de los demás. Ni siquiera un ‘hot kiss’. Había libertad, pero también gran respeto para con los demás.

Volvamos a la actualidad. Algunas parejas quinceañeras de mi comarca tinerfeña se muestran en las plazas públicas unos ¿sentados? sobre otras, o viceversa, “al aire el muslo bello”, como diría Espronceda… Pero creo que les falta aprobar una asignatura pendiente de la Educación General Básica, que es el comportamiento en público, para no caer en ese exhibicionismo hortera y palurdo tan flagrante.

Espectador

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