Lorenzo de Ara
Preguntarse si la ley hace bien o mal a la política. El
suicidio de una nación comienza por ahí. Cuando el miedo se instala en la
sociedad porque existe de verdad separación de poderes, entonces es cuando se
oye el caer de las estructuras del Estado. Si los políticos y, a veces hasta
los periodistas, se preguntan, ¿por qué ahora, señora Lamela?, queda claro que
la enfermedad de la democracia es muy grave, tan grave que en circunstancias
como las actuales prevalece la opinión de los golpistas y el victimismo de un
pueblo borracho de tanto cretinismo consumido.
Acertado Carlos Herrera en puntualizar que la justicia
trabaja a su ritmo, que la política al suyo. Por cierto, que Rajoy al convocar
elecciones el 21 de diciembre debió haber pensado que la justicia también es
protagonista de este proceso, como lo es en los múltiples casos de corrupción
que sobrecogen a España entera, incluida la región catalana.
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Fernando Garea se gana el sueldo. ¿Le paga El Confidencial?
Ah, pues entonces, ¡Bravo por Garea! Su columna, su "trabajito", es
digno de ser publicado también en Público, en el Diario de Ignacio Escolar, en
InfoLibre, en Ara y, por supuesto, en los medios “libres” del mundillo vasco
siempre apegado al pasado ¡tachán! (con sus consecuencias). Antes Garea curraba
en El País.
Por el PP yo no doy un duro. Por el régimen del 78, sí.
También apuesto, y fuerte, porque el imperio de la ley se
mantenga firme y enseñe músculo.
Oh, sí, ya pueden escribir muchos "Gareas" sobre
lo mal que se ha hecho todo en España y que España sigue siendo rancia,
pueblerina, enlutada y aficionada al mamporro; da lo mismo, yo insistiré que
ningún Fernando Garea me obligará a tener que dejar de ser esclavo de la ley.
A mí el PP, repito, no me importa nada.
Prefiero leer a Garea, que me deja helado, eso sí, porque
en él encuentro las "verdades" de Podemos y de otros organismos
capaces de destruir todo lo bueno que entre casi todos hemos construido desde
1978.
Ciertamente también hemos levantado un edificio con
corrupción, partidocracia, mal periodismo, reino de taifas, educación para
personitas lobotomizadas, y la lista es grande.
Si tengo que elegir, me quedo con Fernando Garea, aun a
sabiendas de que Garea es pamema. ¿No lo sabían?
España es sobre todo postureo en el presente.
Los que somos tildados de rechonchos, franquistas o
fascistas, exponentes de la derechona irascible, democristianos petulantes (mi
caso) o levantiscos a la primera oportunidad, nosotros rechazamos el postureo,
no por ser lo que nos llaman, sino porque no tenemos miedo al imperio de la
ley.
Es más, sin la Ley, la democracia se pude ir a tomar por
culo.
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