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sábado, 25 de noviembre de 2017

DESARROLLO TURISTICO SOSTENIBLE Y TOMA DE CONCIENCIA

Antonio-Pedro Tejera Reyes

“El turismo es riqueza para la persona, para la familia, para la comunidad, para el mundo entero” Organización Mundial del Turismo.

2017 AÑO INTERNACIONAL DEL TURISMO SOSTENIBLE, PARA EL DESARROLLO

Dentro de nuestros programas de estudios, sobre la maestría en calidad turística ambiental, y la promoción de la paz, tenía que ser preferente por fuerza mayor, la búsqueda de la excelencia en el concepto de la calidad de vida, en lo cual entra necesariamente el arreglo del territorio, y el desarrollo sostenible en todo el espectro de su amplio contenido. Nada más importante entonces, que algunos de los frecuentes comentarios periodísticos que hiciéramos durante los memorables años que duraran esos brillantes estudios, como es el caso referido a algunos lugares de América, donde en estos pasados años, la transformación de su entorno ha llegado a las más altas cotas.

Muchas son las vueltas que ha dado el mundo por lo que es difícil identificar ciudades y paisajes donde arbitrariamente han intervenido personajes sin otros conocimientos que sus títulos “académicos”, pero sin ninguna preparación en las ciencias humanísticas necesarias para dirigir el complicado entramado del desarrollo socio-económico que provoca el turismo mundial.


UN EJEMPLO CARACTERÍSTICO

En estas lides, nos encontramos de frente hace solo pocos años, con la irreconocible ciudad balneario de Chile, Villa del Mar. Irreconocible para quienes en el año 1974 tuvimos la suerte de visitar aquella hermosa población que se anonadaba en las riberas del Estero Marga-Marga, con su mítica Quinta Vergara, su incipiente festival de la canción, su espectacular tradicional casino y todo un ambiente turístico lleno de la mística de sus caballos tirando de las “victorias” y sus “lolas” recorriendo sus bien cuidadas calles. El Hotel Miramar era un encanto al borde mismo del mar desde donde veíamos sus concurridas playas y disfrutábamos del típico “canelazo” chileno compuesto con el inigualable pisco…

El Palacio Imperial de Hofburg, en Viena, con su “parada” de carruajes, un evidente signo del respeto a la tradición y a su histórico pasado, de la nación austriaca, hoy un valor de promoción turística de ca- cárter excepcional. (Internet)

Hoy Viña del Mar es un ejemplo de un desarrollo turístico que hay que tener en cuenta. Sus grandes hoteles están situados en las mismas playas, algunos sobre el mar, un panorama que nos recuerda el lujoso restaurante de Lima, La Rosa Náutica a donde se llega por una pasarela situada sobre las olas del mismísimo Océano Pacífico, algo inaudito si tomamos en cuenta la disparatada Ley de Costas española – que no sabemos quién se la inventó - hoy afortunadamente, al parecer, en revisión por el Gobierno Español, según hemos conocido últimamente.

Y es que el desarrollo turístico sostenible hay que interpretarlo en todo su justo contenido haciendo uso de una sensibilidad y unos conocimientos que solo se pueden adquirir mediante una cuidada experiencia y una alta capacitación de la cual carecen esos que se jactan de sus largos currículos “académicos”, llenos de rayitas que significan estudios que han debido realizar con asistencia presencial, y que, como conocemos de sobra, donde solo han aparecido a recoger su diploma final. Eso es lo que hay en este mundo donde la política ha acabado con todo.

Pueblo Antiguo, en San José de Costa Rica, es una representación de pasado que tiene una bonita historia, un lugar donde hemos pasado unos maravillosos momentos recorriendo las réplicas de algunos de sus lejanos signos de identidad como su estación del ferrocarril, su cuerpo de bomberos, la primera librería de la ciudad, y hasta una iglesia donde tuvimos la suerte de presenciar una boda cristiana, con vestimenta de la época, algo poco usual pero que es como un rito para los costarricenses. Desarrollo sostenible habemus. F/ Tejera Reyes.

UNOS FRUSTRADOS PROPÓSITOS

En unas lejanas fechas que sirven de soporte a este artículo de opinión, comentábamos en la FITUR con  destacados profesionales experimentados del turismo español., el tema de la sostenibilidad, lo que nos llevó al escenario creado en la publicación digital de Luis Mesalles, nuestroturismo.com, donde el eminente tratadista turístico, Jesús Felipe Gallego, comenta el fiasco que ha sido la Cumbre de Río de Janeiro - Junio1992 - sobre el desarrollo sostenible, donde sus conclusiones comienzan con una declaración de principios que dice así: “Nosotros los jefes de estado y de gobiernos y representantes de alto nivel, reunidos en Río de Janeiro, Brasil los días 20 al 22 de Junio de 2012, con la plena participación de la sociedad civil, renovamos nuestro compromiso con el desarrollo sostenible para garantizar la promoción económica y ambiental, y el futuro social y ambientalmente sostenible en nuestro planeta, para las generaciones presentes y futuras.”

“Por lo tanto, reconocemos la necesidad de integrar más el desarrollo sostenible en todos los niveles de concentración de los aspectos sociales y económicos del medio ambiente, reconociendo su interrelación con el fin de lograr su desarrollo sostenible en todas sus dimensiones.”

Luego de transcribir estas sesudas consideraciones, se pregunta Jesús Felipe Gallego algo que nosotros tenemos siempre en mente y que hemos reiterado hasta la saciedad en nuestros artículos y reportajes de prensa: ¿Sabemos realmente cual es el significado de la sostenibilidad o del desarrollo sostenible? Añadimos: ¿Sabemos lo que quiere decir desarrollo turístico sostenible?


Alfombras de flores en una calle de la Villa de la Orotava, el día del Corpus Christi, una “seña de identidad" irrebatible del sentido acendrado en la hermosa ciudad de la isla de Tenerife, muestra evidente de un desarrollo turístico sostenible, que prestigian a sus mandatarios políticos y a todos sus habitantes. 

UNA FUNDAMENTAL ACLARACIÓN

Lo habíamos tratado en nuestros anteriores artículos y ahora lo reiteramos: en la Carta de Lanzarote (Canarias 1995) producida por los asistentes a la Conferencia Mundial del Turismo Sostenible, se indica que “siendo el turismo un potente instrumento de desarrollo, puede y debe participar activamente en la estrategia del desarrollo sostenible con una buena gestión que garantice la sostenibilidad de los recursos identificativos de los respectivos lugares, ampliando esta definición del desarrollo turístico sostenible y concretándolo en “aquellas actividades turísticas respetuosas con el medio ambiente natural, cultural y social de los valores de su comunidad que permiten disfrutar de  un positivo intercambio de experiencias entre residentes y visitantes, donde la relación entre el turista y la comunidad es justa, y los beneficios de la actividad es repartido de forma equitativa, y donde los visitantes tienen una  actitud verdaderamente participativa en sus experiencias del viaje.”

Reiterar estos conceptos, es más que conveniente en este “2017 Año Internacional del Turismo Sostenible para el desarrollo”, ante la confusión que sigue existiendo sobre el tema y la manipulación inescrupulosa que se hace del tema en muchos lugares del mundo.

Según el Informe Bruntdlad, Nuestro Futuro Común, realizado para la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo (1989), el concepto de desarrollo sostenible, publicado en la introducción de la Carta Europea del Turismo Sostenible en los Espacios Protegidos, señala este como “un desarrollo que satisface las necesidades de las generaciones actuales sin poner en peligro la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras”. Ampliando este concepto, como vemos en La Carta de Lanzarote (Canarias 1995) producida por los asistentes a la Conferencia Mundial de Turismo Sostenible. Así, con esta diáfana claridad se expresaron los experimentados técnicos en la materia y dejaron plasmada una hoja de ruta que al igual que la célebre Agenda 21 (Cumbre de La Tierra, Río de Janeiro, 1992) en muchos de los casos no han servido absolutamente para nada.

Perder las “señas de identidad” está demostrado ha sido el peor de los males que azotan a los destinos turísticos tradicionales.


La localidad española de Sierra de las Nieves, muy cerca de la andaluza Marbella, es un magnífico ejemplo de un desarrollo sostenible en sus “señas de identidad”. Esta fotografía tomada desde el mirador de Ojén, es una muestra evidente de su conservación. ((Internet)

OPORTUNAS RECOMENDACIONES Y CONSIDERACIONES

Renovarse y adecuarse a los tiempos, no puede ser destruir lo que era el valor turístico más importante de los antiguos destinos tradicionales, que como decimos, son su “señas de identidad”,  maltratadas y desvirtuadas, por aquello de la “innovación”, por dirigentes políticos carente del conocimiento y la sensibilidad necesaria para saber valorar el movimiento cultural que está movilizándose en el medio socio-económico del turismo moderno, donde la historia, la cultura y todo ese ancestro, forman una muy importante parte de la motivación del viaje. Insistir en estos conceptos, comentarlos y llevarlos a la letra impresa, es algo que a través de los años hemos seguido puntualmente, extendiéndolo a una buena parte del mundo hispano siguiendo programas docentes, conferencias, foros, seminarios, etc., sin otro interés que buscar denodadamente la capacitación profesional de las mujeres y hombres de este mundo que saben que en el desarrollo del turismo está el porvenir, la erradicación de la pobreza, la elevación del nivel socio-cultural de los pueblos, de su nivel de vida, de su sensibilidad por la compresión y la paz mundial… Un panorama de esperanzas que se ha venido estrellando ante el despótico poder político que ha destrozado todo lo que ha encontrado por delante, pensando solo su propio ego personal y su bienestar económico.

Hasta aquí otro punto de reflexión, que nos recuerda tiempos de sacrificio, ilusión y de esperanzas, frustrados precisamente por el triste y desolador sistema político imperante donde la justicia, la razón, la comprensión y el entendimiento, están brillando por su ausencia, por no nombrar el conocimiento…

* Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo. OMT.

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