Evaristo Fuentes Melián
Lo publicó ayer viernes 10.11.17
LA PROVINCIA DE G C Y LA OPINIÓN DE TF
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Un partido que es un chollo
Alfonso González Jerez 10.11.2017
UN PARTIDO QUE ES UN CHOLLO
En su declaración como testigo del caso Gürtel el
presidente Mariano Rajoy ofreció una respuesta que posteriormente no fue
demasiado citada por nadie. En un momento dado la acusación particular le
pregunta a Rajoy por unas vacaciones en Canarias con su familia en la etapa en
la que ejercía como líder de la oposición. El abogado concreta: "¿Quién le
pagó las vacaciones? ¿El partido?" Rajoy no pestañea demasiado al
reconocer que es así, por lo que recuerda. Es muy sorprendente. En las
democracias parlamentarias europeas (en Francia, en Alemania, en el Reino
Unido) los partidos no pagan las vacaciones de sus máximos dirigentes. Ya lo
ganan bien. Rajoy, en particular, espléndidamente. En la época de las
vacaciones en Gran Canaria por las que fue interrogado, Rajoy era el presidente
del grupo parlamentario del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, y
en ese concepto ganaba más de 6.000 euros netos mensuales, con dos pagas extras
anuales en verano y en navidades: unos 12.500 euros. A eso se sumaban otros
12.300 euros anuales, libres de impuestos, que percibía como indemnización, un
dinero supuestamente destinado a hospedarse en Madrid, a pesar de disponer de
un amplio piso en la capital de España. Por cierto, actualmente sigue cobrando
esos 12.300 euros, a pesar de vivir en el Palacio de la Moncloa.
Un señor con esposa e hijo y que cobraba 12.500 euros netos
en junio podía pagarse holgadamente unas deliciosas vacaciones en Canarias. Pero
no. Rajoy y el resto de la cúpula del PP articularon un régimen de sueldos y
gratificaciones al margen de la regulación reglamentaria de la organización.
Según informa el propio Rajoy en sus declaraciones fiscales, percibió entre
2003 y 2011 más de 1.390.000 euros de las arcas del PP, lo que significa que
cobró como media unos 12.800 euros brutos mensuales de su propio partido, al
margen de que fuera ministro, diputado o líder máximo de los conservadores. Son
cifras realmente impresionantes y que explican el importante incremento del
patrimonio del señor Rajoy en los últimos 15 años: solo es necesario revisar
sus depósitos bancarios, el fondo acumulado de su pensión privada o sus
propiedades. Cuando el partido le abonó los gastos de sus vacaciones a Rajoy el
actual jefe del Gobierno podría estar cobrando, en todos los conceptos, unos
14.000 euros mensuales netos. En junio y diciembre, por supuesto, más. ¿Qué
diablos hace un partido pagándole las vacaciones a un líder al que ya le abona
un generosísimo salario al margen de lo que percibe como cargo público o
representante político?
Los apuntes de la contabilidad B del Partido Popular y la
información policial y judicial sobre la trama Gurtel cuentan con sólidos
indicios de que Rajoy y su numerosa santa compaña -desde Rodrigo Rato a Ángel
Acebes, pasado por Javier Arenas- pudieron embolsarse, suplementariamente,
cantidades que no dejan rastro en sus declaraciones tributarias. Dinero en
negro. Los sobres panzudos que subían y bajaban en los ascensores de la sede de
la calle Génova y que se nutrían, en una hipótesis cada vez más sólida,
verosímil y documentada, de la corrupción en la concesión de obras y contratos
de servicios públicos. Rajoy debió dimitir después de la publicación de los
mensajes intercambiados con Luis Bárcenas. Rajoy debería estar amortizado por
una corrupción colmatada de escándalos y fechorías. La tranquilidad con la que
admitió que el PP le pagaba las vacaciones, como si se tratara del derecho
natural de un señor feudal, denuncian la actitud moral del que se cree dueño de
un partido concebido como empresa financiera y dispensador de privilegios para
su élite. Solo por eso Rajoy debería marcharse para siempre jamás: por su
decisiva contribución, pesetera, ansiosa y arrebatacapas, al hediondo encanallamiento
del país.
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