Salvador García
Llanos
El Puerto de la
Cruz ensaya hoy una fórmula para la dinamización comercial de la ciudad, con
tal de mostrarla abierta y diferente, “como ese centro comercial en movimiento
-señalan fuentes del gobierno local- donde las tiendas y sus clientes tienen
que ser los grandes protagonistas”. “Ando por el Puerto” es el título de la
iniciativa, que tiene sus antecedentes en “La noche en blanco” y en aquel
“Pacto por la noche” que promovimos desde la alcaldía a principios de los años
2000.
Entonces, en plena
metamorfosis del ocio nocturno y con un problema latente de ruidos molestos y
alteraciones frecuentes que requerían la actualización y aplicación de
ordenanzas, se hacía necesario idear y llevar a la práctica alternativas que
siguieran distinguiendo a la ciudad que había tenido en ese ámbito nocturno una
actividad febril para todas las edades, pero especialmente para los jóvenes.
El paso de los años
ha ratificado que los cambios en los usos y hábitos sociales eran viables. Se
trataba de ser imaginativos y emprendedores. Lo conseguimos pese al escaso
entusiasmo que, inicialmente, despertó la convocatoria de aquel “Pacto por la
noche”. En efecto, el gobierno municipal de entonces llevó a la práctica
algunas iniciativas que nacieron con propósito de continuidad: durante una
temporada, las canchas deportivas estuvieron abiertas los fines de semana;
incluso acogieron alguna competición doméstica. En varias ocasiones, en horario
de tarde-noche, el complejo turístico “Costa Martiánez” reunió juegos de mesa
-¡quién lo iba a decir: anticipo del posterior casino de juego!-, actuaciones
musicales y cuentacuentos. Reecordamos que hubo programas de fomento del ocio
sin consumo de bebidas alcohólicas. Durante varios meses, establecimientos de
ocio, pubs y cafeterías recibieron bonificaciones al albergar actividades
culturales que favorecieron la proyección, por cierto, de grupos musicales
locales. Todas estas actuaciones desembocaron en Inspiración, una singular
convocatoria enmarcada en la “culture-club” de entonces que encontró un
escenario extraordinario: el Lago de Martiánez. En estas tareas de promoción y
organización se esmeraron los concejales Esteban Padilla, Jesús Galindo,
Ángeles Marrero y Carmen María González.
Repasando el
programa de “La noche en blanco” primero, y el “Ando por el Puerto” ahora, se
contrasta que, con otros nombres y en otros espacios públicos, las actividades
son similares a las de entonces. Haber sido precursores también en esta materia
es motivo para alegrarse.
La iniciativa
actual surge de la puesta en común de la concejalía integrada en el área de
Turismo y el tejido comercial del municipio. Se quiere que la dinamización del
sector sea un hecho fehaciente. Dicen desde el gobierno local que el objetivo
principal del proyecto es dar vida a la zona comercial abierta de la ciudad,
callejeando, abriendo camino de la mano de las diferentes actividades que se
programan para llenar el Puerto de vida, haciendo que eso repercuta
favorablemente en los establecimientos y en los comercios. Los propietarios y arrendatarios
de ellos van a experimentar: de ellos depende pues el enriquecimiento de lo que
se programe, las innovaciones y las tendencias con vistas al futuro. Hasta la
frecuencia temporal debería ser motivo de debate.
En asambleas
previas de comerciantes se apostó desde el minuto uno por diferenciar la
dinamización comercial de un municipio que desde siempre ha sido cuna de
talento y creatividad, también en el arte de la venta de productos que no se
encuentran en ningún otro sitio. “Hay que subrayar también el servicio que años
de experiencia otorgan a los comercios de la ciudad una relación preferente con
su clientela fidelizada durante años”, señaló Roberto Medina, concejal-delegado
quien ha aprovechado para colar en la programación, acaso con pretensión de un
estímulo participativo, la elección popular del cartel anunciador del Carnaval
2020.
A ver qué resulta
de este invento que parece apto para los objetivos diseñados y hace que el
Puerto se siga proyectando. Está de moda. Se anda por él.
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