Lorenzo
de Ara
“Un
hombre, un voto” es uno de los grandes males que tiene una democracia enferma,
cobarde, miserable e inculta como es la nuestra. Eso de un hombre un voto está
bien para contárselo a los analfabetos funcionales, a los borregos y
cretinizados que militan en partidos de todo pelaje. Está bien para la
universidad cochambrosa. Un hombre con derecho a voto, cualquier hombre, es
confirmar que lo del hijo pródigo fue una pérdida de tiempo.
Si
el hijo pródigo que se va de putas y a malgastar el dinero no aprende la lección
al regresar a casa en busca de comida, trabajo y amor, mejor que se quede donde
esté y no moleste al personal.
Pues
lo mismo sucede con esos votantes ignorantes que acuden a depositar un voto sin
tener idea de lo que es la política y mucho menos sin querer informarse para
ejercer el derecho a voto con algo de criterio.
A
mí me asqueó escuchar lo que el pasado domingo se decía a las puertas o en el
interior del colegio electoral donde voté.
Y
yo voté porque soy hombre libre, informado, educado, como lo era mi padre, un
hombre analfabeto, que tenía el mismo derecho que yo para votar, porque su
curiosidad y las ganas de aprender y memorizar y preguntar no desaparecieron
jamás de su maravillosa cabeza.
Pero
hay chavales y no tan chavales que dan asco y pena, y esa misma gentuza que
vota hiede ante la hondura de una vaciedad cultural que arrambla con todo lo
bueno.
Pero,
claro, esa masa infecta (no los 3,6 millones de votantes de VOX) son en su
mayoría amantes de lo fácil.
Ni
un palo al agua; que el dinero caiga del cielo; que el Estado ponga el dinero y
siempre llegue puntual la ayuda para seguir teniendo lo suficiente para la
cerveza, el paquete de cigarros y, de vez en cuando, ¿por qué no?, meter la
polla en cajero extrarradio.
Yo
seguiría hoy guerreando por mantener viva la democracia que nació en 1978. Creo
que las personas libres tenemos derecho a votar y vivir en democracia.
Pero
si un gusarapo, ya digo, académico, ingeniero, doctor, periodista, astronauta,
abogado, intelectual o cura, es portador del mismo derecho que yo, entonces lo
más natural es hacer volar por los aires la democracia que engorda la
inmundicia.
Arcadi
Espada asegura que el problema no es Sánchez, no es Torra. Y tiene razón. “El
problema no es Sánchez sino el 53% de españoles que han votado a formaciones
capaces de incorporar a un partido sedicioso a un acuerdo de Gobierno.”
¿Un
hombre, un voto? No creo.
Si
es libre y analfabeto como lo era mi padre, sí, sin duda. Siempre.
Pero
si es esclavo y es parte de la masa/vulgo, que no se acerque a las urnas.
¡Es
el pirómano de la democracia!
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