La humanidad se
enfrenta a revoluciones sin precedentes. Todos nuestros relatos antiguos se
desmoronan y hasta el momento no ha surgido ningún relato nuevo para
sustituirlo. ¿Cómo prepararnos y preparar a nuestros hijos para un mundo de
transformaciones sin precedentes y de incertidumbres radicales?
Un recién nacido
ahora, tendrá treinta y tantos años en 2050. Si todo va bien, ese bebé todavía
estará vivo hacia 2100, e incluso podría ser un ciudadano activo en el siglo
XXII. ¿Qué hemos de enseñarle a ese niño o esa niña, que le ayude a sobrevivir
y a prosperar en el mundo de 2050, o del siglo XXII? ¿Qué tipo de habilidades
necesitará para conseguir trabajo, comprender lo que ocurre a su alrededor y
orientarse en el laberinto de la vida? Por desgracia no tenemos respuestas a
estas preguntas. Dice el Profesor Yuval Noah Harari.
Probablemente,
algunas personas vivirán mucho más que en la actualidad, y el cuerpo humano
podría experimentar una revolución sin precedentes gracias a la bioingeniería y
a interfaces directas cerebro-ordenador. De ahí que muchas de las cosas que los
chicos aprenden hoy en día serán irrelevantes en 2050. Demasiadas escuelas se
centran en que se aprenda de memoria, la información. En el pasado esto tenía
sentido, porque esta escaseaba, e incluso el lento goteo de la información
existente era repetidamente bloqueado por la censura.
Cuando aparecieron
las escuelas modernas, que enseñaron a todos los niños a leer y a escribir y
les impartieron los datos básicos de geografía, historia y biología, supusieron
una inmensa mejora. Sin embargo, en el siglo XXI estamos inundados de una
cantidad enorme de información, y ni siquiera los censores intentan impedirla.
En cambio, están atareados difundiendo desinformación o distrayéndonos con sin
importancia.
La gente necesita
la capacidad de dar sentido a la información, de señalar la diferencia entre lo
que es, y no es importante, y por encima de todo, de combinar muchos bits de
información en una imagen general del mundo. Ahora nos hemos quedado sin tiempo.
Las decisiones que tomemos en las próximas décadas moldearán el futuro de la
propia vida, y podemos tomar estas decisiones solo a partir de nuestra visión
actual del mundo. Si esta generación carece de una concepción cabal al
respecto, el futuro de la vida se decidirá al azar.
¿Y por qué arde la
educación? ¿Qué tendremos que enseñar? Muchos pedagogos expertos indican que en
las escuelas deberían dedicarse a enseñar las 4 ces: Pensamiento crítico.
Comunicación. Colaboración y Creatividad. De manera más amplia, tendrían que
restar importancia a las habilidades técnicas y hacer hincapié en las
habilidades de uso general para la vida.
Lo más importante
de todo sería la capacidad de habérselas con el cambio, de aprender nuevas
cosas y de mantener el equilibrio mental en situaciones con las que no estemos
familiarizados. Para estar a la altura de 2050, necesitaremos no solo inventar
nuevas ideas y productos. Sobre todo necesitaremos reinventarnos una y otra
vez. Si no te molesta que te llamen, culo de mal asiento, “El cambio, es la
única constante”.
*Miembro de la
Asociación Iberoamericana de Periodistas Especializados y Técnicos (AIPET).
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