Lorenzo
de Ara
Escrachando.
Eso mola.
Si
votas PP, Cs, VOX, coño, no te quedes en casa. Sal a la calle como un pimiento
de Padrón. Orgulloso, joder. Escucha con deleitación cuando te llaman facha,
fachita, franquista, fascista, criminal, enemigo del pueblo.
Pero
qué haces arrugado en casa, entre libros, calderos, con la tele apagada y sin
levantarte de la cama. ¡Arriba, Lázaro! Vuelve a la vida. Ahora más que nunca.
“Los
pirómanos exaltan a los pirómanos”, escribe León Gross; que sepan entonces esas
cerillas andantes que van a encontrarse con enemigos del fuego, más que
dispuestos a combatir las llamas del oxímoron pacifismo pero siempre de
izquierda.
“Despierten
las almas dormidas y sobre todo las anestesiadas. Las elecciones de mañana no
van de amigos o adversarios de Franco, que por mucho que insistan los
rentabilizadores de tumbas no tiene intención de volver. Tampoco tratan de
izquierdas generosas y derechas cicateras, amigas de los privilegiados. Fíjense
un poco y verán que no faltan privilegiados de izquierdas en el mundillo
cultural, en los medios de comunicación, en los puestos de gestión que nunca
cambian de manos y sobre todo entre los aprovechateguis que proclaman
identidades maltratadas para subvencionarse mejor.”
Es
lo que tiene leer a Fernando Savater en El País. Aunque si continúa pora línea,
el hombre libre y gran pensador tiene las horas contadas en la redacción de la
sectaria Soledad, con Carlos Cúe fregando el suelo y Almudena Grandes
empalmando a los viejos verdes de la vieja guardia socialista local,
provincial, regional y nacional. “Las edades de Lulú” es una buena novela. La
Sonrisa Vertical era un buen certamen literario presidido por el genial
cineasta Luis García Berlanga. Hasta Vargas Llosa lo ganó una vez con “Elogio a
la madrasta”. Ten muy presente que el novelista hispano-peruano cada dos
semanas limpia de basura el periódico del grupo Prisa.
Mi
enfado, que arrastro desde que el psoe dejó de creer en el obrero y sobre todo
en España, cobra aún más virulencia cuando, por ejemplo, un admirado Jorge
Bustos se permite (está en su derecho) escribir que VOX es un partido radical.
O sea, un mal. O sea, que no hay que votar a VOX. Pase. Jorge Bustos, insisto
en ello, es un columnista fetén. Y lo digo en serio. Pero hablando de extremismos
en España, le pasa como a otros excelentes juntaletras (también con el debido
respeto). Si al psoe se le deja fuera de ese animoso grupo de extremistas,
entonces la cosa se complica. Bien está que a Bustos le parezca un crimen que
millones de españoles tengan decidido votar a VOX (yo no lo haré), pero a mí me
desquicia que desde el liberalismo y desde el mejor columnismo (Bustos lo
representa) se le perdone la vida (política) a Sánchez y su psoe.
¡Escrachando
desde las columnas!
¿Te
has parado a pensar en esta posibilidad? Después de mañana domingo, 17 partidos
en el Congreso. Bueno, pues cabe la desgracia de que 10 defenderán su región
(autonomía) y uno de ellos el barrio cantábrico. ¿Así se puede construir más
España?
Bunkerizar
la democracia es a lo que no se atreven dos partidos, sobre todo uno, que
enfermo de cesarismo, prefiere el hedor del cainismo, antes que la paz social y
el bien común.
Resulta
enternecedor ver a esos zombis de la izquierda dar lecciones de democracia.
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