Lorenzo de Ara
Certezas las justas. ¿Verdad?
Hoy leí, ya no recuerdo en qué periódico, que las dudas
son necesarias en política. Pienso que son necesarias cuando se gobierna, pero
son inútiles en la oposición. En la tarea de gobierno es bueno tener dudas,
pero es malo hacerse amigo de ellas. Lo correcto es saber que están ahí. Que
acompañan. Pero las dudas no pueden figurar como personal de confianza. Son
igual de gangrenosas que las lenguas del personajillo que el líder enchufa
porque es primo o amigo de toda la vida.
En la oposición es una pérdida de tiempo albergar dudas.
La oposición tiene que ser un arma de destrucción masiva. Un asesina a sueldo
implacable y perfeccionista. ¿Con cara de buena gente? Sí. A esa apariencia en
política se la llama tener un programa alternativo de gobierno.
Fiscalizar no es otra cosa que estar dispuesto siempre a
descerrajar un tiro en la nuca al que gobierna. ¡Hablamos de política, así que
no se lleven las manos a la cabeza!
A Lope Afonso lo quieren crucificar desde el minuto uno
que se apoderó del bastón de mando. Lógico. Lope Afonso es consciente de que
despierta animadversión entre ciudadanos que perdieron su amistad, su
confianza, o sencillamente, entre quienes no pueden por cómo habla, por su
política diaria en el ayuntamiento. ¡La vida!
A Marco González, líder incontestable y nacido para hacer
grande de verdad al PSoe del Puerto de la Cruz, le pasa lo mismo que al alcalde
conservador (¿o será liberal y de centro?). El "chief" de la oposición
se sabe arropado y querido hasta el extremo por sus más fieles, que es todo el
PSoe. Pero también admite que hay zascandiles en la ciudad que lo consideran
una carga, un mal político, un streaper adicto al Facebook.
¡Y no, carajo!
La política es injusta muchas veces. También es generosa
con el que manda. Con los que mandan. También con los que están en la
oposición, siempre y cuando pertenezcan a un partido que gobierna (en el
Cabildo, un suponer), y al mover los hilos oportunos se haga posible que la
vida se convierta en un paseo para niños.
No todos nacemos para la política. Por carencia de
estudios (servidor), porque comunica fatal(servidor), porque es un don nadie en
la calle (servidor), porque no sabe gestionar (servidor), porque no tiene amigos
y los familiares tampoco votarían por él (servidor).
¡Y usted es como yo!
Hay una cosa clara en política: las dudas existen. Si las
carga el que gobierna, bien está que sepa que debe alimentarse de ellas. Las
dudas las carga el diablo, o sea, los más afines. Si las padece el que oposita,
los elfos del partido deberían buscar cuanto antes un remedio siquiera casero
para que el líder se quite de encima tremenda maldición.
Certezas las justas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario