Antonio-Pedro Tejera Reyes
“El
turismo, una actividad generalmente asociada al descanso, a la diversión, al
deporte, al acceso a la cultura y la naturaleza, debe concebirse y practicarse
como un medio privilegiado de desarrollo individual y colectivo”
Diploma de visitante, un imperecedero recuerdo de nuestra visita allá por los años setenta del pasado siglo, a la joya de la corona del turismo Peruano: MACHU PICCHU, un ejemplo de una promoción turística muy bien ideada...
LOS CAMINOS HACIA UN MUNDO MEJOR
De una de nuestras constantes asistencias a los
seminarios celebrado en la FITUR, de Madrid, bajo la convocatoria de la
Organización Mundial del Turismo (OMT), recordamos ahora, las nuevas experiencias
que estamos contrastando con variados personajes oriundos de nuestra América
Hispana, inclusive “in situ”, como es el caso de Venezuela, donde
estudiamos promisorios proyectos que seguro marcarían un hito
histórico en el desarrollo turístico socio-económico del país, como en su día
ocurrió en Canarias con la implantación de los estudios de turismo, allá por el
año 1965, que señalaron un antes y un después de su creación, aunque nunca han
estado bien estructurados ni han seguido las pautas y el desarrollo que
debieron continuar.
Estamos tratando de un tema fundamental para la
evolución mundial ya que el turismo es hoy, sin ninguna duda, la primera
actividad mundial, moviendo millones de personas y de capitales, como una
revolución socio-económica que no tiene fin, desafiando las más espectaculares
tragedias de la naturaleza y las producidas por el hombre.
Encuentro en Madrid, en un curso de la
Organización Mundial del Turismo, propiciando el conocimiento necesario para
desarrollar la innovación en la educación turística
Parece entonces más que oportuno, que se hable en
su entorno de la gestión del conocimiento, algo que no podrán nunca entender
muchos de los dirigentes que, amparados por sus cargos políticos o
empresariales, mueven los complicados hilos de toda esta trama, convertida hoy
en la mayor gran empresa mundial, desarrollando su actividad por toda la faz de
la tierra, con mejor o peor resultado, según los conocimientos de sus gestores.
Países como Venezuela, que lo tienen todo para
asentar el turismo sobre su territorio, han debido poner todo su empeño en
obtener el mejor de los resultados en esta gestión, para que estos sean
repartidos entre su población de una forma equitativa y eficaz, en todos los
sectores: culturales, económicos y sociales… Este ha sido el reto que no
supieron nunca gestionar sus dirigentes políticos.
Un reto que difícilmente volverá a presentarse en
este mundo cambiante donde una inmensidad de países ha tomado la delantera
dejándonos sin poder cumplir la gestión necesaria que comentamos, basada en una
selección adecuada de sus recursos turísticos y humanos y ponerlos en el
escenario mundial de la promoción turística, una oportunidad perdida que no
podremos nunca ni olvidar, ni recuperar, de ninguna de las maneras.
AL FRENTE, LA CALIDAD
No cabe la menor duda de que la Organización
Mundial del Turismo, sabe por dónde va. Su dirigencia no ha dudado nunca en
poner a los miembros de la organización, ante el panorama mundial del futuro,
apoyando todas las iniciativas que puedan reportar un desarrollo turístico
sostenible de la mayor categoría.
Así vimos como en su momento se incorporó
oportunamente a su organigrama el Consejo de Destinos, dentro de su Consejo
Empresarial, para que, junto al consolidado Consejo de Educación, aportaran al
sector público los conocimientos y la experiencia de unos empresarios y
Antonio Pastor, distinguido profesional del
turismo, imparte una de sus brillantes y documentadas exposiciones cargadas de
positivas experiencias, ante un grupo de estudiantes americanos de cinco países
distintos, durante una de las sesiones internacionales del INSETI-UPAZ, dentro
de su programa sobre la calidad en el turismo y la promoción de la paz.
profesionales que se expanden por el mundo y que
tienen su punto de comunión en el llamado “grupo de expertos” que analizan y
estudian el movimiento mundial de la sociedad, y sus implicaciones en el
desarrollo del turismo, para, no solo informar a la OMT sobre el desarrollo del
mismo, sino a la vez aconsejar a propios y extraños, sobre su evolución y sus
posibles tendencias, correctivos y consecuencias, buenas y malas.
En este orden de trabajo, desde hace ya algunos
años, sobresale la calidad. Esa entelequia que muchos confunden con el costo,
la ostentación, o el lujo. Algo que nos trae a la memoria las declaraciones que
hizo en su día nuestro amigo el vice-presidente de la empresa Sol-Meliá,
Sebastián Escarrer, en una entrevista concedida a la revista Nexotur, dejó
sentado que, para él, la calidad debe empezar por la formación del personal.
Sin personal formado, no hay ninguna calidad que valga.
Alumnos suramericanos, recogiendo conocimientos
turísticos sobre la calidad total y la promoción de La Paz, dentro de las
clases profesionales desarrolladas en el Centro Internacional de Estudios
Turísticos de Canarias, en la primera década de estos años 2000, en las Islas
Canarias
Ni que decir que estamos completamente de acuerdo
con Sebastián Escarrer, y su planteamiento, como consecuentemente publicamos
reiteradamente, dando la vuelta al mundo, y que afirmamos, una y otra vez,
dentro de la maestría que impartimos sobre “calidad turística-ambiental
sostenible y promoción de la paz”, donde compartimos conocimientos con
licenciados en turismo de países de América que se encuentran en pleno
desarrollo turístico. Una actividad que en pocos años se verá recompensada con
el aumento de la calidad de vida de sus habitantes, tal como ha ocurrido en las
Islas Canarias, pero que, conociendo las experiencias existentes en estas
islas, deben de aplicarlas en su propio beneficio, conformando auténticos
paraísos para el turismo como ya podemos ver en República Dominicana, Cuba y
Costa Rica, por poner solo conocidos ejemplos.
LA SENDA DE LA FORTUNA
Entrada a
la Cueva del Guácharo (Caripe) Venezuela, uno de los varios recursos turísticos
del país, “seña de identidad”, situado en el Estado Monagas, de muy alto valor
como de carácter excepcional por sus especiales características, que puede
fácilmente ser aprovechado para su promoción turística internacional.
Volviendo a la realidad de los comienzos de este
trabajo, ocurre que en Venezuela hemos podido constatar que existen proyectos –
quizás hasta nacidos en nuestras aulas de Canarias – que debieron ser apoyados
por los poderes públicos y privados y que seguro hubieran propiciado ese “antes
y después” que comentamos, ya que fueron
estudiados a fondo desde el punto de vista social, algo que hubiese hecho
integrarse a la población autóctona en los proyectos aludidos, consiguiéndose
con ello salvaguardar las tan comentadas “señas de identidad de los pueblos”
así como propiciando la toma de conciencia necesaria de los grandes beneficios
que el turismo reporta a la población
venezolana.
La “cartilla de turismo” que existe hoy en Puebla
(México) o la que en su día existió efímeramente en España, allá por los años
sesenta del pasado siglo, serían un buen aporte para el cuidado y la delicadeza
con que se debe tratar el desarrollo del turismo.
La cartilla turística escolar, un instrumento
ideal para la toma de “conciencia turística” nacida en España, en la era de los
años sesenta-setenta del pasado siglo, un acierto sin límites de aquel
ministerio de turismo, que catapultó el ministro Manuel Fraga Iribarne.
Hoy, sumidos hasta los tuétanos, en esta idea
innovadora nacida en las aulas de la Universidad para La Paz, de las Naciones Unidas, como es
la unificación de los altos estudios del turismo, con la cultura de La Paz,
vemos desde otras perspectivas esta revolución socio-económica mundial que es
el desarrollo turístico, en las que sobresalen las experiencias acumuladas,
producto de las vivencias que nos han enseñado a valorar los grandes recursos
que La Humanidad posee para irse asentando sobre sí misma, bajo esas premisas
que la cultura de la paz le ofrece, como una esperanza cierta que
imparablemente avanza con pasos seguros, que cada vez se hacen más precisos y
eficaces debido a la implantación de la experiencia y el conocimiento.
No es una casualidad que la Organización Mundial
del Turismo, OMT, haya presentado ahora en este mes de junio en Bruselas – por medio de su Secretario General, Mr. Zurab
Pololikashvili. durante las Jornadas Europeas del Desarrollo, el informe
«Turismo para el desarrollo» que incluye recomendaciones concretas para
servirse del turismo como medio eficaz para lograr el desarrollo sostenible,
que muestra que el turismo tiene alcance mundial y efectos positivos en muchos
otros sectores. No solo es motor de crecimiento, sino que el turismo también
mejora la calidad de vida de las personas, fomenta la protección
medioambiental, promueve un patrimonio cultural diverso y consolida la paz en
el mundo. Es más, con una planificación y gestión adecuadas, el turismo puede
contribuir de forma directa y eficaz al avance hacia estilos de vida y patrones
de consumo y de producción más sostenibles. “Para ello, el sector turístico, en
calidad de agente de un cambio positivo, debe tomar decisiones basadas en la
evidencia, que garanticen una contribución estable al desarrollo sostenible”
EPILOGO
“Turismo, pasaporte para La Paz”, fue el lema de
la UIOOT (antecesora de la OMT) allá por el año 1967, que dio la vuelta al
mundo como una aseveración, real y absoluta.
Ahora, cuando “la cultura de paz” la hemos hecho
llegar hasta las más altas cúspides de los estudios turísticos, relacionándola
con el “desarrollo sostenible”, no podemos sino que sentirnos satisfechos del
logro, sintiendo por lo hecho, ese orgullo sano que allá, por los años ochenta
del pasado siglo, nos nombrara, en San Antonio de Texas, nuestro desaparecido y recordado amigo Emeterio
Teobaldo Padrón Cruz, refiriéndose a la restitución del nombre de la “Plaza de
las Islas”, a la plaza mayor de la sin par ciudad del sur de los Estados Unidos
de América.
Gestión del Conocimiento. Eso es lo que hace falta
en el mundo… Lo sabe la Organización Mundial del Turismo.
(Del Grupo
de Expertos de la Organización Mundial del Turismo, ONU)
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