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sábado, 23 de junio de 2018

TURISMO Y GESTION DEL CONOCIMIENTO: LOS AVANCES NECESARIOS


Antonio-Pedro Tejera Reyes

 “El turismo, una actividad generalmente asociada al descanso, a la diversión, al deporte, al acceso a la cultura y la naturaleza, debe concebirse y practicarse como un medio privilegiado de desarrollo individual y colectivo”


Diploma de visitante, un imperecedero recuerdo de nuestra visita allá por los años setenta del pasado siglo, a la joya de la corona del turismo Peruano: MACHU PICCHU, un ejemplo de una promoción turística muy bien ideada...

LOS CAMINOS HACIA UN MUNDO MEJOR

De una de nuestras constantes asistencias a los seminarios celebrado en la FITUR, de Madrid, bajo la convocatoria de la Organización Mundial del Turismo (OMT), recordamos ahora, las nuevas experiencias que estamos contrastando con variados personajes oriundos de nuestra América Hispana, inclusive “in situ”, como es el caso de Venezuela, donde estudiamos  promisorios  proyectos que seguro marcarían un hito histórico en el desarrollo turístico socio-económico del país, como en su día ocurrió en Canarias con la implantación de los estudios de turismo, allá por el año 1965, que señalaron un antes y un después de su creación, aunque nunca han estado bien estructurados ni han seguido las pautas y el desarrollo que debieron continuar.

Estamos tratando de un tema fundamental para la evolución mundial ya que el turismo es hoy, sin ninguna duda, la primera actividad mundial, moviendo millones de personas y de capitales, como una revolución socio-económica que no tiene fin, desafiando las más espectaculares tragedias de la naturaleza y las producidas por el hombre.


Encuentro en Madrid, en un curso de la Organización Mundial del Turismo, propiciando el conocimiento necesario para desarrollar la innovación en la educación turística

Parece entonces más que oportuno, que se hable en su entorno de la gestión del conocimiento, algo que no podrán nunca entender muchos de los dirigentes que, amparados por sus cargos políticos o empresariales, mueven los complicados hilos de toda esta trama, convertida hoy en la mayor gran empresa mundial, desarrollando su actividad por toda la faz de la tierra, con mejor o peor resultado, según los conocimientos de sus gestores.

Países como Venezuela, que lo tienen todo para asentar el turismo sobre su territorio, han debido poner todo su empeño en obtener el mejor de los resultados en esta gestión, para que estos sean repartidos entre su población de una forma equitativa y eficaz, en todos los sectores: culturales, económicos y sociales… Este ha sido el reto que no supieron nunca gestionar sus dirigentes políticos.

Un reto que difícilmente volverá a presentarse en este mundo cambiante donde una inmensidad de países ha tomado la delantera dejándonos sin poder cumplir la gestión necesaria que comentamos, basada en una selección adecuada de sus recursos turísticos y humanos y ponerlos en el escenario mundial de la promoción turística, una oportunidad perdida que no podremos nunca ni olvidar, ni recuperar, de ninguna de las maneras.

AL FRENTE, LA CALIDAD

No cabe la menor duda de que la Organización Mundial del Turismo, sabe por dónde va. Su dirigencia no ha dudado nunca en poner a los miembros de la organización, ante el panorama mundial del futuro, apoyando todas las iniciativas que puedan reportar un desarrollo turístico sostenible de la mayor categoría.

Así vimos como en su momento se incorporó oportunamente a su organigrama el Consejo de Destinos, dentro de su Consejo Empresarial, para que, junto al consolidado Consejo de Educación, aportaran al sector público los conocimientos y la experiencia de unos empresarios y


Antonio Pastor, distinguido profesional del turismo, imparte una de sus brillantes y documentadas exposiciones cargadas de positivas experiencias, ante un grupo de estudiantes americanos de cinco países distintos, durante una de las sesiones internacionales del INSETI-UPAZ, dentro de su programa sobre la calidad en el turismo y la promoción de la paz.

profesionales que se expanden por el mundo y que tienen su punto de comunión en el llamado “grupo de expertos” que analizan y estudian el movimiento mundial de la sociedad, y sus implicaciones en el desarrollo del turismo, para, no solo informar a la OMT sobre el desarrollo del mismo, sino a la vez aconsejar a propios y extraños, sobre su evolución y sus posibles tendencias, correctivos y consecuencias, buenas y malas.

En este orden de trabajo, desde hace ya algunos años, sobresale la calidad. Esa entelequia que muchos confunden con el costo, la ostentación, o el lujo. Algo que nos trae a la memoria las declaraciones que hizo en su día nuestro amigo el vice-presidente de la empresa Sol-Meliá, Sebastián Escarrer, en una entrevista concedida a la revista Nexotur, dejó sentado que, para él, la calidad debe empezar por la formación del personal. Sin personal formado, no hay ninguna calidad que valga.


Alumnos suramericanos, recogiendo conocimientos turísticos sobre la calidad total y la promoción de La Paz, dentro de las clases profesionales desarrolladas en el Centro Internacional de Estudios Turísticos de Canarias, en la primera década de estos años 2000, en las Islas Canarias

Ni que decir que estamos completamente de acuerdo con Sebastián Escarrer, y su planteamiento, como consecuentemente publicamos reiteradamente, dando la vuelta al mundo, y que afirmamos, una y otra vez, dentro de la maestría que impartimos sobre “calidad turística-ambiental sostenible y promoción de la paz”, donde compartimos conocimientos con licenciados en turismo de países de América que se encuentran en pleno desarrollo turístico. Una actividad que en pocos años se verá recompensada con el aumento de la calidad de vida de sus habitantes, tal como ha ocurrido en las Islas Canarias, pero que, conociendo las experiencias existentes en estas islas, deben de aplicarlas en su propio beneficio, conformando auténticos paraísos para el turismo como ya podemos ver en República Dominicana, Cuba y Costa Rica, por poner solo conocidos ejemplos.

LA SENDA DE LA FORTUNA


 Entrada a la Cueva del Guácharo (Caripe) Venezuela, uno de los varios recursos turísticos del país, “seña de identidad”, situado en el Estado Monagas, de muy alto valor como de carácter excepcional por sus especiales características, que puede fácilmente ser aprovechado para su promoción turística internacional.

Volviendo a la realidad de los comienzos de este trabajo, ocurre que en Venezuela hemos podido constatar que existen proyectos – quizás hasta nacidos en nuestras aulas de Canarias – que debieron ser apoyados por los poderes públicos y privados y que seguro hubieran propiciado ese “antes y  después” que comentamos, ya que fueron estudiados a fondo desde el punto de vista social, algo que hubiese hecho integrarse a la población autóctona en los proyectos aludidos, consiguiéndose con ello salvaguardar las tan comentadas “señas de identidad de los pueblos” así como propiciando la toma de conciencia necesaria de los grandes beneficios que el turismo  reporta a la población venezolana.

La “cartilla de turismo” que existe hoy en Puebla (México) o la que en su día existió efímeramente en España, allá por los años sesenta del pasado siglo, serían un buen aporte para el cuidado y la delicadeza con que se debe tratar el desarrollo del turismo.


La cartilla turística escolar, un instrumento ideal para la toma de “conciencia turística” nacida en España, en la era de los años sesenta-setenta del pasado siglo, un acierto sin límites de aquel ministerio de turismo, que catapultó el ministro Manuel Fraga Iribarne.

Hoy, sumidos hasta los tuétanos, en esta idea innovadora nacida en las aulas de la Universidad  para La Paz, de las Naciones Unidas, como es la unificación de los altos estudios del turismo, con la cultura de La Paz, vemos desde otras perspectivas esta revolución socio-económica mundial que es el desarrollo turístico, en las que sobresalen las experiencias acumuladas, producto de las vivencias que nos han enseñado a valorar los grandes recursos que La Humanidad posee para irse asentando sobre sí misma, bajo esas premisas que la cultura de la paz le ofrece, como una esperanza cierta que imparablemente avanza con pasos seguros, que cada vez se hacen más precisos y eficaces debido a la implantación de la experiencia y el conocimiento.


No es una casualidad que la Organización Mundial del Turismo, OMT, haya presentado ahora en este mes de junio en Bruselas –  por medio de su Secretario General, Mr. Zurab Pololikashvili. durante las Jornadas Europeas del Desarrollo, el informe «Turismo para el desarrollo» que incluye recomendaciones concretas para servirse del turismo como medio eficaz para lograr el desarrollo sostenible, que muestra que el turismo tiene alcance mundial y efectos positivos en muchos otros sectores. No solo es motor de crecimiento, sino que el turismo también mejora la calidad de vida de las personas, fomenta la protección medioambiental, promueve un patrimonio cultural diverso y consolida la paz en el mundo. Es más, con una planificación y gestión adecuadas, el turismo puede contribuir de forma directa y eficaz al avance hacia estilos de vida y patrones de consumo y de producción más sostenibles. “Para ello, el sector turístico, en calidad de agente de un cambio positivo, debe tomar decisiones basadas en la evidencia, que garanticen una contribución estable al desarrollo sostenible”


 Los dos volúmenes de este informe presentan 23 estudios de caso de todo el mundo del turismo que contribuyen al desarrollo sostenible en todas sus dimensiones. «Este informe ofrece pruebas tangibles y amplias de la contribución sustancial y significativa que el turismo puede hacer para lograr el desarrollo sostenible y la Agenda 2030», dijo entonces el secretario general de la OMT.

EPILOGO

“Turismo, pasaporte para La Paz”, fue el lema de la UIOOT (antecesora de la OMT) allá por el año 1967, que dio la vuelta al mundo como una aseveración, real y absoluta.

Ahora, cuando “la cultura de paz” la hemos hecho llegar hasta las más altas cúspides de los estudios turísticos, relacionándola con el “desarrollo sostenible”, no podemos sino que sentirnos satisfechos del logro, sintiendo por lo hecho, ese orgullo sano que allá, por los años ochenta del pasado siglo, nos nombrara, en San Antonio de Texas, nuestro  desaparecido y recordado amigo Emeterio Teobaldo Padrón Cruz, refiriéndose a la restitución del nombre de la “Plaza de las Islas”, a la plaza mayor de la sin par ciudad del sur de los Estados Unidos de América.

Gestión del Conocimiento. Eso es lo que hace falta en el mundo… Lo sabe la Organización Mundial del Turismo.

 (Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo, ONU)

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