Agustín Armas Hernández
Mucho se habló, discutió y estudió, en todo el
Mundo, acerca del cometa Halley, cuando en aquellos años 85/86 del siglo XX se aproximó
a nuestro planeta Tierra en tono amenazador.
Setenta y cinco o setenta y seis años tardará el
Halley en dar la vuelta al Sol, para que lo podamos ver de nuevo por estos
lares. Muchos ya no lo verán. Sobre todo, las personas mayores. Pero los que
son jóvenes, seguramente, sí. Se acercará a la Tierra, de nuevo, el año 2062.
Nuestros científicos, descubrieron desde la isla
de la Palma algo que no se sabía anteriormente sobre dicho cometa. Veámoslo:
¡Sorprendente! El diámetro del cometa Halley, ocho
veces superior al anteriormente conocido. El mencionado descubrimiento lo
hicieron público y para todo el mundo por los cuatro científicos descubridores
de esta novedad, desde el observatorio astrofísico Roque de los Muchachos (isla
de La Palma) el año 1986, y que naturalmente todos lo hemos leído en los
diarios de estos siete peñascos, llamados antaño “Afortunadas.
En sus comentarios sobre este descubrimiento, y
por lo leído, dos de los astrónomos, concretamente Mork Kidger y Mercedes
Prieto, que llevaban trabajando un año sobre la corneta, no creen en la
«leyenda negra» que se atribuye a Halley y demás cometas, como mensajeros y
portadores de grandes calamidades. Los científicos modernos no creen en eso;
será conveniente así, para que los grandes jefes no cobren demasiado miedo.
¿No se creyó siempre que los cometas eran «aves de
mal agüero? Cuando fue asesinado Julio César apareció uno de estos cometas en
el cielo y siempre como preludio de la muerte de grandes personajes. La vidente Juana Dixon, católica
norteamericana, anunció en aquel entonces, que una corneta colisionaría estos
años con la Tierra, aunque quizás no sea el Halley del que hablamos. Ella y
Edgar Cayce pronosticaron también cataclismos geográficos futuros. Ya lo
estamos viendo por ejemplo en Guatemala, Hawái y también en otras partes del
Mundo.
Los
anteriormente citados astrónomos nos dicen también que el Halley no es el único
cometa que ha pasado por la Tierra, ni el mayor. Además del Halley, también lo hicieron otros
en 1910 y 1977, pasando este último casi desapercibido.
Antaño,
cuando estos acontecimientos eran comunicados, todos los cristianos creyentes
nos poníamos inmediatamente en oración y penitencia. ¿Serán ahora otros
tiempos? De todas formas, Dios quiera que la estela del Halley no sea lúgubre,
sino que nos mueva el amor de Dios y a buscar la paz y justicia para todos los
habitantes de este sufrido planeta Tierra.
Que así sea.
Posdata: aún se perciben los coletazos de la
estela del Halley al pasar por la Tierra el año 1985/6. Ya está bien, ¡Que pose
de lardo y que nos deje en paz!
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