Isabel
Miranda De Robles
Si vas
a mirar, procura enfocarte en lo bello.
Si
escuchas presta tu atención a las palabras que edifiquen, levanten, construyan,
a las de fe y esperanza.
Huye
del que pronostica desgracias. Y si escuchas música canta si te sabes la letra,
si no, invéntala y de paso, si puedes, baila. De la gente que más me acuerdo en
la vida es a la que vi bailar como si nadie los viera. Quizá no supe su nombre
ni cruce palabra con ellas, pero esas personas son inolvidables por una razón
única: son superiores a sus propias penas.
No le
temas a la policía de la vida, de las cosas que te detuviste de hacer porque
unos ojos te miran, o porque sabes que te juzgan, te vas a acordar cuando estés
postrado en algún sitio del tiempo del que ya no te podrás devolver.
Los que
son infelices quisieran que todo el mundo lo fuera y no soportan la alegría
ajena. Aléjate de los amargados, de los desenamorados de la vida, nadie tenemos
la culpa de que no sepan identificar las bondades de esta existencia, que no te
roben a ti la posibilidad de una borrachera sana de alegría.
Que el
arrepentimiento no alcance nunca tu corazón, que cuando estés a solas sonrías
mucho y que tengas muchas, muchas historias que contar. Sé celoso con tu
felicidad, cuídala, no te la dejes robar, que no te corten las alas jamás.
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