José Peraza Hernández
Recopilando de todo un poco de los que se ha escrito.
De esta manera pretendo de refrescar la mente. Porque el que más, y el que
menos, te dice, te cuenta. Por lo cual, con el paso de los años, hay que darle
vida, a esta tradición que viene, de los años de antaño, como es el baño de las
cabras, cada año se revive este día, con alegría y entusiasmo, desde primeras horas de la mañana, en nuestro muelle pesquero de Puerto de la Cruz.
Hay que decir que se ha escrito mucho, sobre esta
tradición, como no puede ser de otra manera.
El tradicional rito del Baño de las Cabras protagonizó
en la mañana en que caiga el día 24 de junio, de cada año. los últimos actos de
celebración con motivo de las Fiestas de San Juan en el Puerto de la Cruz.
Uno de los protagonistas principales son los Cabreros,
y sus cabras, que vienen de varios puntos del valle, con sus animales, tomado
laderas, a tajos como carreteras, saliendo desde la madrugada, para poder estar
a primeras horas en el emblemático muelle portuense, de esta ciudad marinera, como
es hoy día, donde esta todos preparado que recibir a estos hombres y mujeres,
que los acompañan, para llegar con toda seguridad a este Puerto de la Cruz.
Hay que decir que también vienen muchos hombres y
mujer con sus caballos, los que viene muchos juntos a los cabreros donde a la
fecha de hoy, la mayoría vienen desde las medianías y del Valle de La Orotava, como
de la medianía de los realejos, a la llegada, entra el ganado dentro lo que es
la playa, donde se van colocando por grupos.
Si ha dicho, que el Baño de las Cabras, es un rito
ancestral, que tiene su arraigo desde los guanches, que, como sociedad
prominentemente pastoril, utilizaban este día para desparasitar las el ganado,
en este caso cabras, baifos y ovejas, y fomentar el apareamiento, donde el agua
saladas es un “sanador”, un ritual para la “fecundidad”.
Se dice que, la tradición se perdió entre los años 1960
y 1982 y fue recuperada en 1983, cuando el Colectivo Cultural Valle Taoro la
recuperó para que el amigo hoy descansa en paz. Este es Chucho Dorta, le diera
continuidad.
Es verdad que, desde la pérdida de nuestro amigo
Chicho, tomó las arrienda la Asociación Cultural Amigos del Baño de las Cabras,
con el amigo y conocido, Amílcar Fariña al frente de esta tradición, con el fin
de seguirla, cosa que hasta el día de hoy sigue funcionando.
El baño de las cabras:
Esté día, desde primera hora, van llegando ciento de
personas de diversos puntos, para celebrar este baño de las cabras, donde van pasaron
por el muelle, para contemplar el ganado variado, donde también hay intercambio
de ganados, ya que también vienne otros tratantes a ver, y hablar sobre el
ganado. Al mismo tiempo se quedan a presenciar el dicho baño, donde se reúnen más
de 800 cabras en el esperado día de San Juan, tradición que el historiador
Lorenzo Perera, considera herencia de los viejos guanches.
Lorenzo Perera, es una persona que también a escrito
mucho, por lo que adjunto su escrito, donde podemos revivir los que realizó en
esas fechas pasada y dice así:
Una vez al año, en el día de San Juan, la cabra no
tira para el monte, sino para el muelle. Ayer volvió a celebrarse en Puerto de
la Cruz el rito ancestral del baño de las cabras en el mar. Cinco rebaños del
Valle de La Orotava, más de mil cabezas, llenaron la playita del puerto viejo
para, una por una, pasar el ritual de entrar en el agua, sumergirse y regresar
a tierra "purificadas". Miles de personas pasaron por el muelle,
entre las siete de la mañana y las doce del mediodía, para contemplar una
costumbre que el historiador Manuel Lorenzo Perera considera una herencia de
los viejos guanches.
Los cabreros, casi siempre marginados por la sociedad
y las instituciones públicas, fueron ayer orgullosos protagonistas en una jornada
que supone un regreso al pasado más remoto de Canarias. "La cultura
pastoril es la cultura más antigua de las Islas. Los guanches eran
pastores", destaca Lorenzo Perera, el historiador que más ha indagado
sobre el baño de las cabras.
Perera subraya que este rito está relacionado con la
fecundidad. Recuerda que los cabreros viejos le contaron en los años 70 del
siglo XX que bañaban las cabras por tradición, "porque antes lo habían
hecho sus padres y sus abuelos".
"En 1974, hablando con un señor de Teno Alto de
94 años de edad, que toda la vida tuvo cabras y vivía en una cueva, don Modesto
Martín Dorta, me contó que bañaban las cabras para que se revolcaban y entrarán en celo. Era un ritual relacionado con la fecundidad, con la continuidad
vital", evocaba ayer Lorenzo Perera.
"La tradición se perdió entre 1960 y 1982. En
1983 fueron unos cabreros a bañar las cabras a la playa de El Charcón y la
Policía Local los quiso echar. Yo les pedí que los dejaran, que aquello era una
tradición inmemorial que había que proteger. Luego el Colectivo Cultural Valle
de Taoro la recuperó unos años, hasta que la cogió Chucho Dorta. Desde su
muerte, en 2002, la mantiene la Asociación Cultural Amigos del Baño de las
Cabras en el Mar, liderado por Amílcar Fariña", detalla el historiador
portuense.
Organizadores y cabreros volvieron a cumplir, pero se
echó en falta más implicación institucional, que dé más brillo y promoción a
una cita de gran interés etnográfico, "que ha desaparecido en casi todo el
mundo y se ha mantenido aquí y eso es un privilegio", recalca Lorenzo
Perera.
Había paneles informativos traducidos a varios
idiomas, pero por la falta de un sistema adecuado de colocación, tuvieron que
retirarse porque se caían. Una lástima que no pudiera ofrecerse más información
sobre el baño, por ejemplo, mediante un folleto explicativo, ya que muchísimos
turistas volvieron a contemplar sorprendidos una costumbre que estuvo perdida y
se recuperó gracias al tesón de unas pocas personas.
Esta cita con la tradición ganadera más añeja aspira a
convertirse en Bien de Interés Cultural (BIC). Una petición que ya cuenta con
el apoyo unánime del Pleno del Ayuntamiento de Puerto de la Cruz.
Hoy queremos recuperar un artículo escrito por el
profesor Manuel Lorenzo Perera acerca de las Fiestas de San Juan y que trata de
manera muy particular el tradicional baño de las cabras en la mañana del día de
San Juan. Un trabajo que pese a estar escrito hace ya algunos años sigue
sirviendo para entender estas tradiciones plenamente recuperadas y donde buena
parte de los portuenses participan de una u otra manera. Fue la de San Juan,
hasta mediados del siglo XX, la fiesta más celebrada en Canarias, 1 / 5 Los
orígenes del baño de las cabras disfrutándose en la mayor parte de las
poblaciones grandes, medianas o pequeñas, contaran o no con estatua o iglesia
bajo la advocación del Bautista, lo que solía acaecer en contadísimas
ocasiones, denotando con ello su carácter de fiesta popular y profana. Se
desarrollaba durante la víspera y la onomástica del Santo, 23 y 24 de junio
respectivamente, pletórica en animación variedad y plena participación de la
comunidad, mediante la práctica de actividades muy diversas, asignadas, según
sus particularidades a los diferentes sexos y edades. La fiesta de San Juan
hunde sus raíces en tiempos muy remotos que en el Archipiélago Canario tienen
por referente a la fiesta del Sol, del solsticio de verano o de comienzo del
año que ya conmemoraban sus primitivos habitantes: los guanches. A finales de
junio en época guanche y durante mucho tiempo todo estaba preparado para que la
vida prosiguiera: el estado de la mar o de la floración del drago indican de
qué modo iba a presentarse el nuevo año, siendo el momento indicado para soltar
a los machos con las cabras y estaba el grano recogido; es decir, todo se
encontraba dispuesto para que la vida prosiguiera y se renovará.
EL BAÑO DE LAS
CABRAS EN EL MAR
Se trata de una de las tradiciones Sanjuanista más
interesantes y curiosas. Ha pervivido hasta la actualidad en el Puerto de la Cruz,
aunque también se recuerda en otros enclaves del norte 2 / 5 Los orígenes del
baño de las cabras de Tenerife. El baño de las cabras en el mar aparece
recogido en el libro titulado “La fiesta de San Juan en el Puerto de la Cruz”,
publicado en 1987 y editado de nuevo el año 2002. Tenía lugar antes de salir el
sol, momento también elegido para desarrollar otras prácticas: baño de las
personas en el mar, salpicar las casas y todas sus dependencias con el agua
“bendita” recogida al atardecer del día de la víspera, curar la hernia a los
niños en la mimbrera o en el drago… Hasta el bañadero ubicado en el viejo
muelle pesquero del Puerto de la Cruz se dirigían los cabreros de la localidad,
miembros de la raza o gran familia de “los Abejones” y otros oriundos de diversas
localidades del Valle de la Orotava, quienes descendían, incluso desde la parte
alta a través de alguno de los caminos verticales que lo recorren: el de
Chasna, el de la Cruz Santa… Al terminar de bañarlas y mientras los animales se
secaban, sus dueños hacían acto de presencia en algunos de los cafetines o
bares próximos, al objeto de cambiar impresiones, tomar unas copas,
aprovechándose la ocasión para entablar algún negocio (adquisición de reses, de
algún perro…). Mientras los muchachos de la localidad acostumbraban a “fajarse”
con los niños de los cabreros, situación que concluía al rato, cuando se les
reclamaba para que fueran alcanzando las cabras al objeto de ordeñarlas, a fin
de vender la leche, lo que ocurría en el muelle o por las calles próximas. El
baño de las cabras en el mar cumplía también, ese otro cometido: aproximar, relaciona la gente de la mar con la gente del campo, mundos mucho menos
distantes que en la actualidad. Ahora bien, la razón principal del ritual del
baño de las cabras era otro.
EL MOTIVO DEL BAÑO DE LAS CABRAS EN EL MAR
Por tradición heredada de sus padres. Esa fue la
respuesta que nos proporcionaron algunos de los viejos pastores del Valle de la
Orotava a los que entrevistamos, entre ellos a Adrián Morales 3 / 5 Los orígenes
del baño de las cabras García, natural de Benijos. Encontrándonos en 1974 en
Teno Alto (Buenavista del Norte), le preguntamos a Don Modesto Martín Dorta,
quien contaba con 92 años de edad, por la explicación del baño de las cabras
del día de San Juan, y nos refirió lo siguiente: “para que se revolcaban y
entrasen en celo” a fin de que quedaran preñadas, factor que en las comunidades
pastoriles como ha sido Teno Alto supone poder seguir contando con nuevos
animales de quienes dependerá en el futuro. La víspera de san Juan, al
anochecer, se prendían las hogueras y, en torno a ellas, se tocaban los bucios,
instrumento musical que en Canarias se ha utilizado, entre otros muchos fines,
para llamar la atención de alguien, en este caso de los promotores de la
transmisión vital. Hogueras que se formaban en lugares altos, de amplia
resonancia y visibilidad hasta el punto que la de Los carrizales, pueblito
próximo a Teno Alto, se encendían toda vez que contemplaban de qué modo
empezaban a arder las de la isla de La Gomera. Y al día siguiente, 24 de junio:
“se soltaban” o “se ponían a padrear” a los machos al objeto de que las crías
no nacieran a destiempo: “antes los soltabamos del 24 de San Juan parriba”; de
esa manera, unos cinco meses más tarde, las cabras y sus recentales, después de
las primeras lluvias, encontraban suficiente alimento y pastizal. LA
RECUPERACIÓN DEL BAÑO DE LAS CABRAS EN EL MAR
Hasta los años sesenta del siglo
pasado el baño de las cabras resultó ser una continuada y entrañable tradición.
Con posterioridad se fue difuminando. En 1984 algunos cabreros del Valle
volvieron a bañar a sus reses. Al año siguiente, dos de ellos lo organizaron el
baño de las cabras. Su recuperación, tal y como reflejan las fuentes
periodísticas y la cartelería correspondió al Colectivo Cultural Valle Taoro,
con quien colaboraba no siendo miembro del mismo, el poeta Jesús Eustaquio
Dorta Díaz, popularmente conocido como Chucho Dorta o Benahuya. Los actos
discurrían de la siguiente manera: el día 23 de junio por la noche, tenía lugar
un festival de marcado sentido cultural (folklore musical, poesía, teatro,
ventorrillos…) y al día siguiente, a media mañana, los pastores bañaban a sus
cabras en el mar. El esfuerzo y el dinero lo conseguían y aportaban los propios
promotores, limitándose el Ayuntamiento a cubrir la megafonía. Tal cosa se
reprodujo durante varios años. Cuando el citado colectivo, por diversas
razones, decidió dejar de organizarlo, fue entonces cuando Chucho Dorta lo
llevó a cabo hasta que falleció. 4 / 5 Los orígenes del baño de las cabras Años
después de la recuperación del baño de las cabras se recreaba, en 2001 el
capítulo del enramado de los chorros públicos. En un primer plano, no en
segundo, debe figurar apoyar, por parte de las instituciones (Ayuntamiento del
Puerto de la Cruz…) lo eventos que dan contenido a nuestras raíces históricas.
Es una suerte de la que debemos sentirnos muy agradecidos contemplar de qué
manera expresiones como el baño de las cabras en el mar o la tradición de
“matar la culebra”, hayan tenido su último palpitar en la cosmopolita y
turística ciudad del Puerto de la Cruz desde donde para la dicha de todos,
pudieron ser revitalizadas y dignificadas.
Bueno vamos a incorporar, el reciente artículo, que
recibí del Ayuntamiento, de esté años con fecha 22 de junio de 2018, que dice
así:
EL RITO DEL BAÑO DE LAS CABRAS PONE EL
COLOFÓN A LAS FIESTAS DE SAN JUAN DEL PUERTO DE LA CRUZ ESTE DOMINGO
Como cada año, los actos de celebración
con motivo de las Fiestas de San Juan en el Puerto de la Cruz vivirán su
culminación con el tradicional rito del Baño de las Cabras, que en este 2018 se
llevará a cabo en la mañana del próximo domingo, 24 de junio.
Como es habitual, está previsto que
varios rebaños de cabras, procedentes de las zonas de medianías y cumbres del
Valle de la Orotava, protagonicen este ancestral y esperado acontecimiento en
la céntrica playa del Muelle del Puerto de la Cruz.
Desde primera hora de la mañana, los
cabreros y sus animales iniciarán su ruta desde distintos puntos de la
geografía cercana en dirección a la Ciudad Turística, en cuyo mar se llevará a
cabo este rito de fertilidad, orientado a renovar y encomendar a la divinidad
el celo en los animales.
Unos de los responsable. el primero Amilcar y Moises |
Sandra Rodríguez, concejala de Cultura y
Hacienda del Puerto de la Cruz, considera que hechos “como este añejo baño de
las cabras son parte importante de nuestras tradiciones y enriquecen de una
manera singular nuestra oferta cultural. Es el legado de nuestros antepasados
es una un orgullo y una obligación mantenerlos”.
El Baño de las Cabras tiene su arraigo
en la época de los guanches, que, como sociedad prominentemente pastoril,
utilizaban este día para desparasitar las cabras y fomentar el apareamiento; es
por lo primero que tiene valor “sanador” y por lo segundo un ritual asociado
con “la fecundidad”.
La tradición se perdió entre 1960 y 1982
y fue recuperada en 1983 cuando el Colectivo Cultural Valle Taoro la recuperó
para que Chucho Dorta le diera continuidad. Desde el fallecimiento de éste
último, la Asociación Cultural Amigos del Baño de las Cabras, con Amílcar
Fariña al frente es quien abandera esta tradición.
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