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sábado, 2 de junio de 2018

PARACAS: LOS DESTINOS TURÍSTICOS EMERGENTES Y SU PROBLEMÁTICA


Antonio-Pedro Tejera Reyes

Son muchos los recuerdos que atesoramos sobre el desarrollo del turismo en el mundo que nos hacen entrever las grandes posibilidades de los importantes núcleos que hoy sueñan con un porvenir exitoso dentro de todo el contexto mundial de este fenómeno – que diría el profesor Berneker – hoy impulsor de un mundo mejor donde su espectacular avance nos tiene a todos ilusionados como se desprende de las acciones del nuevo Secretario General de la Organización Mundial del Turismo, Mr. Zureb Pololikashvili, que en su poco tiempo en este cargo ya ha tomado importantes medidas para conseguir encauzar de la mejor manera, su participación en esta transformación que el movimiento turístico está consiguiendo en el mundo, ofreciendo a sus habitantes la  consecución de un ideal nivel de vida generalizado dentro de unos parámetros que lo hacen ser la ilusión de un mañana mejor, en muchos lugares del mundo.


La espectacular vista sobre la bahía y sus instalaciones desde el Restaurante Paracas, nos acompañaría durante nuestra visita al mismo, con las finas atenciones de su creador y alma mater, José Carlos Rosas. 

Paracas, en ese espectacular Océano Pacífico de las costas de Perú, no es una excepción dentro de este panorama del desarrollo del turismo mundial, en un marco más que ideal para conseguir situarse como un destino turístico de excepcional primera categoría, en el más breve de los tiempos. Todo depende de cómo tratar debidamente el tema de su desarrollo, con profesionalidad y el conocimiento necesario.


La inolvidable excursión marítima a las Islas Ballestas, una experiencia de muy alto contenido turístico. (Fotografías del autor del reportaje)

Son muchos e importantes los recuerdos que guardamos de nuestra pasada reciente visita a este privilegiado enclave turístico de Perú, tan cerca de Lima, que le hará muy pronto ser el punto preferido del turismo capitalino a poco que se lleven a cabo en el lugar las acciones necesarias para ofertar a todos sus habitantes las condiciones y servicios, que llenen sus ilusiones.

Aquellas pasadas noches observando y disfrutando del contacto directo con esa nueva generación que llamamos los millennials, en aquel extraño lugar – Hotel Kokopelli – donde hasta su entrada era para nosotros algo inédito, que nos traía recuerdos de Puerto de la Cruz, Tenerife, y su romántico Skandinavia de los años sesenta, o de la tasca “El Gato Viudo”, en la mítica Torremolinos de la Costa del Sol malagueña, inmortalizado por el célebre profesional hotelero y premiado escritor, Ángel Palomino, con su obra “Torremolinos Gran Hotel”. Todo un tratado sobre la historia del turismo que hoy debía ser texto obligatorio en todas las escuelas turísticas del mundo. ¿Qué decir de TAGOMAGO la imponente sala de fiestas – así se llamaban antes las que más tarde pasaron a denominarse en su evolución, discotecas – en aquella espectacular Palma de Mallorca, la de los 1.400 hoteles en los años sesenta del pasado siglo, y cuyo recorrido nos trae a la memoria este lugar, Paracas, recordando sus recoletos rincones, alrededor de sus playas, sus clásicos pescadores… estampas y más estampas que nos llevan, una y otra vez a nuestras Islas Canarias y su refugios marítimos con sus polvorientas calles como el caso de Los Cristianos en la isla de Tenerife, hoy un emporio turístico con millares de visitantes diariamente - un ejemplo que bien puede servir en el caso de Paracas - ya dimensionado y calificado cuando en 1970 era solo un proyecto creado por la imaginación y el conocimientos de unos empresarios que supieron convertir un auténtico desierto en uno de los destinos turísticos más importante del mundo. Algo que vivimos íntimamente por varias razones fundamentales, debido al trabajo que nos ocupaba por aquellos años y que nos impulsó en nuestra ilusión en el estudio del fenómeno turístico entendiéndolo como el beneficio más grande que se pueda reportar a La Humanidad.

La irresistible fotografía del autor de este reportaje, ante la entrada a la Marina Turística de Paracas

Hechos y realidades que se agolpaban en nuestra mente paseando por los solitarios paseos y callejuelas de Paracas, a las nueve de la noche, esperando encontrar a cada paso, esos lugares de diversión sana que el turismo de todas las épocas busca para su relax, su diversión, su “vuelta a la vida” luego del estrés, al que la época moderna nos tiene sometidos…


 Desde la Marina de Paracas embarcaciones listas zarpar hacia las Islas Ballestas, en las excursiones organizadas  como uno de sus principales atractivos turísticos de excelente calidad.

Fotografías del autor del reportaje.


El espectacular paseo que circunda la Bahía de Paracas, uno de sus atractivos turísticos para desarrollar la “animación touristique” temática especialmente estudiada en los cursos de la UIOOT, en Torino. Italia, años 1970.

Las ilusiones que nos traían a la mente Paracas, eran algo profundo que concluíamos en la noche descansando en nuestra limpia y aseada habitación del Hotel Emancipador, con su acogedor  silencio, y nos recibía cada mañana con su hermoso ramo de flores vivas en la recepción o el esmerado servicio de buffett del desayuno atendido por un personal solícito, que nos daba la bienvenida a un día que nos llevaba de un lado a otro soñando con las inmensas posibilidades del lugar donde hay un mundo por hacer, detrás de unas obras que ya dan un aspecto turístico muy importante a Paracas, como es su bien ordenada marina, o la singularidad de la organización del Restaurante Paracas, con su espectacular vista a la bahía, o el esmerado servicio que se encuentra en él, lleno de singularidades como su creación del “pisco sour a la menta” de muy especial característica e inigualable sabor y presentación, como toda una seña de identidad.


Una modesta estampa de los paseos que recorren el litoral de Paracas, con sus típicos restaurantes que dominan la zona, con sus excelentes variedades de comidas populares.

Simbolismo tradicional, el pisco sour en el Restaurant Paracas, se saborea con deleite debido a su característica delicada preparación, típica del prestigioso lugar. Es un acierto, el toque especial en esta deliciosa bebida.

Paracas, tiene un excepcional porvenir a poco que se apliquen las directrices necesarias para su consolidación como lugar que “lo tiene todo”, una realidad que conocemos, no porque lo hayamos leído o no los hayan contado, sino porque lo hemos vivido en unas islas fraccionadas de apenas 7.000 kilómetros cuadrados, donde llegan actualmente más de 16.000.000 de turistas todos los años*, y porque nuestras andanzas por el mundo del turismo han estado desde los años cincuenta del pasado siglo, conociendo los pasos en el mundo de este fenómeno que ha transformado países, ciudades, pueblos y lugares, en envidiables destinos turísticos, siguiendo con rigor la afortunada y verídica frase de la antigua UIOOT: “En algún lugar hay un turista para usted”.

La excepcional obra del muelle desde donde zarpan las embarcaciones para la excursión a las Islas Ballestas, presentaba este aspecto aquella soleada mañana del pasado mes de Marzo, con unos personajes al pie de la hermosa playa ofreciendo unas bien logradas muestras de la artesanía local de la cual adquirimos una verdadera colección, para integrar nuestro particular museo… Cosas de la actividad turística que ya es un símbolo en Paracas. /Fotos del autor del reportaje.

“Todos los destinos tienen características especiales” Una verdadera realidad que en el caso de Paracas, podemos concretarlas en la variedad de ellas, capaces de atraer ingentes masas de visitantes, ya que su entorno dentro del habitad en que se encuentra dispone de un mercado cautivo por su cercanía al núcleo poblacional de Lima, donde los sectores de posibles turistas están a la espera de una oferta que Paracas puede concretar con las máximas garantías, a poco que se organice debidamente ya que tiene todas las máximas condiciones para ello.

Hoy, conscientes de haber disfrutado de la amable acogida de sus habitantes, de las excelencias de su gastronomía, la eficacia de sus servicios y la vivencia de su excursión a las Islas Ballestas, la imagen de este hermoso lugar de Perú, es para nosotros algo más que un maravilloso recuerdo. Es el descubrimiento de un emblemático destino turístico, al que solo le falta una cuidada planificación en el tiempo y el espacio, para convertirse en uno de los principales recursos del país para todo tipo de turismo, ya que la variedad de sus recursos – como decimos – lo hace ser un inmejorable lugar para desarrollar un turismo de alta calidad debidamente organizado, produciendo empleo y bienestar de la mejor calidad para su población.

Excelente presentación de los productos típicos de la dulcería de Paracas, un sector que ya se beneficia de la visita del turismo, con una muy cuidada presentación, que hay que felicitar.

Esos paseos alrededor del mar son un encanto y un regalo de la naturaleza, a los que sólo les falta lo que el profesor Priklir - llamaría allá por los años 70 de pasado siglo - la “animación touristique”, en uno de los famosos cursos que el CIEST, en Torino, Italia, nos convocó, y donde tanto aprendimos sobre un tema que más tarde hemos trasladado a nuestros cursos en América, a Colombia, Brasil, Chile, México… Paraguay…

Paracas lo tiene todo para ser una meca del turismo en Perú. Lo dice la experiencia, que es la madre de la ciencia.

* (73.140, en 1960.  300.000, en 1970.  1.300.000, en 1980. 10.00.000, en el año 2000)

*Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo, de las Naciones Unidas. 

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