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sábado, 13 de febrero de 2016

LA DISCRIMINACIÓN NO ES EL CAMINO


Sheina leoni Handel

Prólogo

Vivimos en una época en la cual los avances tecnológicos y científicos han conseguido un desarrollo social, económico y cultural como nunca antes en la historia de la humanidad.

Éticamente, sin embargo, las relaciones humanas parecen haber sufrido un retroceso en el cual, muchos valores se han dejado de lado. En el camino del éxito individual parecemos haber olvidado la solidaridad, el  respeto, la tolerancia…

Qué es lo que está pasando? ¿Por qué siguen aumentando los prejuicios y la discriminación pese a tantos esfuerzos qué se hacen por detenerlos?
¿Puede una persona perder o ver limitados sus derechos por su sexo, etnia, orientación sexual, peso o cualquier otra condición específica?
¿Podemos perder el respeto a nuestros semejantes por el color de la piel, por su sexualidad, o por su forma de pensar?

La mayoría de científicos sociales sostienen que vivimos en la Sociedad del conocimiento o de la información, pero ¿estamos aprovechando  éstas ventajas para el desarrollo de los derechos humanos, tales como la igualdad, la libertad, la tolerancia y la dignidad, entre otros?
¿O nos hemos quedado simplemente en hermosas palabras que todos conocemos y juramos respetar, pero qué olvidamos sistemáticamente en nuestra vida diaria?

Ha llegado la hora de que apliquemos ese conocimiento a favor de la raza humana, única raza que realmente existe en el planeta tierra, y  que dejemos  de utilizar esas diferenciaciones particulares como instrumentos de desigualdad social.
Si queremos vivir en un mundo mejor, en esa sociedad que tanto hemos plasmado en cientos de leyendas y poesías, es mejor que empecemos ahora. Mañana, ya será tarde.

Prejuicio y Discriminación

Creo importante destacar algunos conceptos, que nos servirán de guía en todo el planteo que voy a hacer.

Según el texto de sociología de Plummer y Macionis, prejuicio es un juicio hecho en relación  a una categoría de personas, a las cuales juzgamos y evaluamos en forma indiscriminada de acuerdo a ciertas creencias sobre la calidad de esas personas, e independientemente de sus cualidades reales, ya sea por el sexo, orientación sexual, creencias, raza o cualquier otra característica que la distinga.

Los prejuicios son parte de la cultura de una sociedad, y se aprenden, mediante la socialización a través de la familia, amigos, instituciones educativas y los medios masivos de comunicación. Suelen ser muy emotivos e irracionales, lo que puede llevarnos a tener ciertas conductas violentas o de rechazo hacia las personas que consideramos diferentes. En una palabra, pueden llevarnos a la discriminación.

Discriminar, en cambio, es tratar en forma diferente a las personas según a la categoría a la que pertenece, o al grupo en el cual las ubicamos. Prejuicio y discriminación suelen ir juntos, pero no son la misma cosa.

Mientras que tener prejuicios implica juzgar sin conocer realmente   ciertas condiciones a tribuidas a determinadas personas o grupos de personas, discriminar es manifestar conductas diferenciales hacia esas éstas.

Los autores mencionados anteriormente consideran a los prejuicios como generalizaciones rígidas e irracionales hacia un grupo o categoría de personas...
En definitiva, significa juzgarlos, por ciertas cualidades  que nosotros les imponemos y que creemos ciertas antes  de conocer la realidad.

Lamentablemente, es algo que la mayoría de las personas hacemos, más allá de que solemos sostener y defender  las diferentes declaraciones de Derechos Humanos como algo imprescindible para la buena marcha de la sociedad.

Y en los albores del siglo XXI, podemos , por características personales sin ningún tipo de rigurosidad científica.

El término minoría no indica que estas personas sean siempre grupos  numéricamente pequeños, sino más bien que, por sus características personales tiene una posición subordinada en la sociedad en que viven. Muchas veces, los miembros de una misma minoría tienden a  identificarse y a unirse entre sí, tratando de esta manera de tener una posición más favorable en su comunidad.

Más grave aún, suele ser ,que muchas veces estas personas son utilizadas como chivos expiatorios por muchos miembros de la sociedad, por ejemplo, cuando en algunos sitios se ha dicho que el desempleo ha ido en aumento desde que la mujer ha  entrado en el mercado de trabajo, o cuando en los comienzos de los años ochenta se empieza a conocer la enfermedad del sida y se mira a los homosexuales como una de las principales causas del problema.

Los chivos expiatorios son personas o categorías de personas con poco poder o prestigio en la sociedad en que viven, y a quiénes otros, en forma irracional culpan de sus propios problemas.

Estos individuos, lamentablemente, quedan muchas veces estigmatizadas, es decir, obtienen una marca negativa  que el resto de las personas utilizará  para definirlas o ubicarlas en la sociedad durante mucho tiempo, o tal vez toda su vida. Estos marginados sociales, se convierten en personas que, poco a poco son apartados de las actividades políticas, económicas, culturales y educativas de la sociedad en que viven, transformándose en parias sociales. (Estigmas, Irving Goffman, 1963)

En ciertos sitios, o entre quienes sostienen  algunas creencias  religiosa especiales, las mujeres siguen ocupando posiciones notablemente inferiores, o son sometidas  a costumbres bárbaras, como la mutilación genital femenina que  se trata de una tradición pre-islámica aunque no en todos los países musulmanes se practica.

Prejuicios y discriminación: Generalmente de la mano

Como ya hemos visto, los prejuicios hacen referencia a las creencias de ciertas  personas o grupos de personas ,mientras que la discriminación se refiere a las conductas que tenemos hacia ciertos  individuos, es decir a las acciones o comportamientos que podemos tener respecto a éstos.

Y así como hay sociólogos que consideran que hay prejuicios positivos o negativos, hay también quienes dicen que la discriminación puede ser beneficiosa para algunos y perjudicial para otros.

Es decir sería positiva cuando se llevan a cabo medidas compensatorias que benefician a determinados grupos de personas, y negativas cuando se ponen obstáculos que impiden que otras puedan desenvolverse socialmente  en las mismas condiciones. Por ejemplo, conceder a las mujeres ciertos beneficios por motivo de la maternidad podría considerarse una forma de discriminación positiva. Generalmente, los prejuicios y la discriminación están estrechamente vinculadas, y suelen potenciarse en forma recíproca, dando lugar a un círculo vicioso que suele mantenerse durante  mucho tiempo.

           Este círculo vicioso implicaría:

1.      Desarrollo del prejuicio y la discriminación, ya sea por el etnocentrismo (juzgar a una cultura de acuerdo a la nuestra) o buscando a quien culpar de nuestros problemas.

2.      El grupo minoritario ve cerrado por esta causa muchas opciones, y tiene menos oportunidades que el resto de la sociedad. Por lo tanto va quedando en las posiciones más bajas de la sociedad.

3.      El ocupar esos lugares, parece dar la razón a la sociedad sobre la inferioridad natural de esa minoría. Como consecuencia el círculo vicioso comienza nuevamente

Es importante destacar lo que es discriminar  a otras personas por sexo, género, discapacidad, etc. y lo que es hacer distinciones individuales. Es decir continuamente hacemos distinciones entre las personas: unas nos parecen más inteligentes, otras más simpáticas, otras más lindas, etc.

Estas distinciones son inevitables, pero no implican discriminación. El que discrimina, no valora cualidades individuales de los individuos, sencillamente, las ignora, y solo ve el  color de su piel, su sexo, su identidad sexual...

Es decir, no se detiene para observar aquellas características reales que la persona puede tener.

Sobreviviendo en  Sociedades  Homofóbicas, Obesóficas, Xenofóbicas…:
Prejuicios actuales.

1-     La Homofobia:

Describe un sentimiento de miedo o rechazo hacia los homosexuales. El término fue acuñado a comienzos de los años 70 setenta  por  el psiquiatra norteamericano George Weinberg, que lo definió como el temor  de entrar en contacto cercano con los homosexuales.

 La homofobia es una enfermedad social que transmite valores negativos hacia  determinadas categorías de personas, en este caso los homosexuales, y que trae como consecuencia el menoscabo de los derechos que todos los seres humanos deben tener y usufructuar  en igualdad de condiciones.

Muchas sociedades están tratando de reivindicar estos  derechos a través de algunas conquistas específicas, como por ejemplo: Matrimonio igualitario, derecho de adopción, etc.

2- Obesofobia

La escuela  de Evolución Humana y Cambio Social de la Universidad de Arizona (EE.UU.) en un estudio reciente de investigación, demostró que la obesidad y la gordura, son vinculadas con fealdad, a sexualidad e inestabilidad, mientras que la delgadez es asociada con salud, belleza, juventud, éxito, entre otras cosas.

Lamentablemente estos patrones van en aumento, aún cuando en la mayoría de las sociedades la obesidad también se extiende, y tal como lo establece la Antropóloga Alexandra Brewis, el ideal de delgadez está en aumento por el mundo y se está transformando en un nuevo patrón cultural.

3- Xenofobia:

 Es el odio y rechazo al extranjero, con manifestaciones que van desde el  desprecio y las amenazas, hasta las agresiones y asesinatos. En la última década de siglo XX y principios del siglo XXI la xenofobia  se ha manifestado violentamente , en todas las sociedades y en lugares donde conviven diferentes grupos étnicos, que no están ni mezclados, ni integrados en las comunidades, muchas veces en forma involuntaria.

Cabe destacar, qué en una época  en la cual los movimientos migratorios y la globalización ha ido en aumento, la xenofobia sigue existiendo y siendo  tolerada en diferentes sociedades.

4-Sexismo- Las creencias sexistas, sostienen que los individuos pueden ser entendidos o juzgados basándose simplemente en las características del grupo al que pertenecen: en este caso, a su categoría sexual, masculino o femenino.

El sexismo contra las mujeres sería el conjunto de discriminaciones y estereotipos de género que perjudican a las mujeres. El término «sexismo» en su uso corriente se refiere al sexismo contra las mujeres, debido a que éste fue la primera forma de sexismo comúnmente identificada.

Es de esperar que la universalización de la educación contribuya definitivamente a erradicar estas nefastas creencias que en mayor o menor medida, existen en las diferentes sociedades.

¿Cómo surgen éstos prejuicios?

Estos estereotipos, van surgiendo en el transcurso de la socialización de los individuos a través de ciertos agentes socializantes, como la familia, amigos, etc.

Estereotipos que suelen ser rígidos e irracionales, y que tienden a llevar a grandes problemas de discriminación social, al poner en tela de juicio la calidad de esas personas independientemente de los hechos reales que pudieran demostrar lo contrario.

Estos prejuicios generalizados, se hacen evidentes en todos los aspectos de la vida  de las personas, y suelen generar falta o disminución de oportunidades culturales, económicas, políticas o de cualquier otra índole  en los individuos que los padecen.

Muchos de estas personas, viven incluso en una situación de marginalidad social, qué  significa la imposibilidad  de integrarse y participar normalmente en la vida de la comunidad a la que pertenecen.

¿Qué pasa a nivel laboral?

La discriminación en el empleo y la ocupación consiste en otorgar un trato desigual y poco favorable a las personas debido a criterios como raza, sexo, religión, ideas políticas, etc., en dicha actividad. Esto nos lleva a dejar de lado cualificaciones y méritos reales de las personas, desperdiciando talentos y perjudicando así el progreso económico de la sociedad, y menospreciando a dichas personas. La Organización Internacional del Trabajo, considera imprescindible la eliminación de la discriminación en el plano laboral, por el bien de cada persona y de toda la sociedad.

Sin embargo, no se considera discriminación:

1- Diferenciar o premiar a los individuos por méritos personales como aptitudes específicas, conocimientos etc.

2- El facilitar el acceso al mercado laboral a las personas con discapacidad.
3- El asegurar que algunas personas (embarazadas, menores, etc.) tengan protección especial en ciertas ocasiones. Por ejemplo, en Uruguay las mujeres tenemos un día al año para exámenes ginecológicos (obligatorios) sin que se nos descuente el día.

Estas acciones positivas, no tienen como objetivo discriminar, sino equilibrar la balanza hacia aquellas personas que lo necesiten. Este es el concepto de justicia que nos planteó Aristóteles, no tratar a todos por igual, sino dar a todos las mismas oportunidades para competir en igualdad de condiciones.

Debemos entonces trabajar en forma conjunta para llegar a este criterio de igualdad y de justicia, y una de las formas principales es la educación, la calidad educativa que debe alcanzar a todos los habitantes .Una buena educación es el elemento clave para erradicar prejuicios y evitar la discriminación, pero además deben existir leyes, normas jurídicas, que garanticen el respeto y la igualdad de oportunidades.

Señalando a nivel de los sexos, todavía existen muchas sociedades en las cuáles a las mujeres les cuesta llegar más a puestos directivos, o dónde son prejuzgadas por ocupar determinados cargos de jerarquía, atribuyéndoselos a “sus atributos físicos”

Y ni que hablar en materia de salarios, dónde muchas veces, a igual jerarquía entre ambos géneros las mujeres obtienen salarios más bajos.

Conclusión:

En este nuevo siglo, los seres humanos seguimos traspasando las fronteras del conocimiento con mayor velocidad que nunca antes. Las Nuevas tecnologías de la Información y la Comunicación nos han permitido llegar a sitios inimaginables  un tiempo atrás.

Sin embargo, el crecimiento ético y moral parece ir en sentido contrario al  crecimiento científico.  Probablemente la prisa con que vivimos no nos permite  detenernos a comprender  e integrar a nuestra personalidad todos esos principios que quedan redactados y protegidos en papel, pero que no quedan en el lugar más importante: Nuestra Conciencia.

Es hora de que aprendamos de una vez por todas a respetar y tolerar los derechos de  todas las personas, aceptando nuestras diferencias y salvaguardando sus  cualidades con toda nuestra fuerza, tratando de desterrar los prejuicios y la discriminación definitivamente.

Es importante comenzar a actuar de una vez por todas, porque mañana, los diferentes podemos ser nosotros. ¿Qué pasará entonces?

Profesora Sheina Leoni

Y permítanme terminar mi trabajo con esta breve párrafo, qué, según creo no necesita explicación

Primero vinieron a por…

Palabras del Reverendo Martin Niemöller en 1945 a propósito de los Nazis:

Primero vinieron a por los comunistas,
Y yo no hablé porque no era comunista.
Después vinieron a por los judíos,
Y yo no hablé porque no era judío.
Después vinieron a por los católicos,
Y yo no hablé porque era protestante.
Después vinieron a por mí,

Y para entonces, ya no quedaba nadie que hablara por mí.

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