Teresa González
Veía su
curiosidad
mi sideral
cintura
y esperaban
con ansias
su canto de
estrella
Explotó mi
planeta de vida
ante los dos
centinelas, impúberes,
que
custodiaban sus sueños…
El viento
sopló estaciones,
secó la leche
de sus bocas,
creció el
jardín.
Poblándose de
grama espesa
mi primera
piel.
Su sapiencia
creció hasta el sol,
asombrando a
las exigencias del mundo
con su eco
virtual que hoy ilustra
a estos pasos
viejos que le enseñaron a vivir…
Corta es la
vida
para reír con
aquella inocencia,
ahora que sus
pupilas inmaculadas
aún, han
abrazado mi corazón…
Hay diamantes
cascabeleando
siempre en mi jardín
Hay sueños
gestándose en
las hornillas de mi cueva
Hay amor
en los
pulmones chicos-gigantes
de mi reino
Hay ternura
ahora que,
corta es la vida,
resume mi
conciencia,
mientras me
sonrío sola.
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