Evaristo
Fuentes Melián
No hay que
llegar ni mucho menos al extremo del terrible chiste de humor negro, del extinto Chumy Chúmez, sobre parejas que se
llevan mal, en el que se ve en una
viñeta grafica al marido que ha asesinado a su esposa y confiesa ante el
tribunal que lo juzga: “¡la maté, pero fue en legítima defensa!”.
En las relaciones más frecuentes y normales entre maridos y esposas,
cónyuges en el género común, se suelen dar de todos los casos, desde los más
felices a los más tristes o rutinarios,
especialmente cuando llevan decenios de años durmiendo en la misma cama.
En nuestros lares aún no se ha extendido la muy buena costumbre de las parejas
de suecos y otros nórdicos, que duermen desde hace siglos en camas separadas. Lo cual evita una serie
de inconvenientes que no es necesario detallar aquí.
A lo que
iba: quiero resaltar hoy, queridos lectores, los casos de tres matrimonios ejemplares, tres, que vivieron decenas de años juntos, que no
soportaron la muerte del cónyuge y murieron poco tiempo después, tristes en la
soledad sobrevenida. Veámoslos:
1.- El premio Nobel de Fisiología y Medicina
en 1959 fue el asturiano doctor Severo Ochoa. Pasan los años felizmente y en
mayo de 1986 falleció su esposa, Carmen García Cobián, a quien llamaban ‘el
bastón de Severo’. El óbito de su cónyuge fue un golpe muy duro que sumió a don
Severo en una profunda depresión hasta su propio
fallecimiento, el 1 de noviembre de 1993.
2.- Hace pocos días se cumplieron
veinte años de la muerte de Federico Fellini, cineasta italiano sensacional, y
también extravagante, cursilón y amanerado. Había estado casado felizmente a lo
largo de medio siglo casi exacto con aquella prodigiosa actriz, Giulietta
Masina, tan corta de estatura como inmensa y magistral en la pantalla, en
películas tales como ‘Las noches de Cabiria’.
Giuletta se fue también a los pocos meses, tras las huellas de su
esposo, por no resistir tan definitiva
separación en viudedad.
3.- Este
último caso es cercano a mi familia y me concierne personalmente. Lo citaré
solamente por los nombres de pila. El 15 de abril de este año 2013 fue el duelo
de Isabel, esposa de Antonio, matrimonio que siempre estuvo muy unido. Antonio
murió pocos meses después, en agosto. Al verse sin ella en este mundo, no
soportó la falta de cariño que Isabel siempre le había profesado.
Descansen en
paz estas tres parejas muy bien avenidas, se lo merecen. Fueron matrimonios
ejemplares.
Espectador
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