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sábado, 14 de julio de 2018

"LA VIRGEN DEL CARMEN, SOBRE LA SAN RAMÓN. ¡QUE GUAPA ES...!


Gregorio Dorta Martin

...Y tras la subida de la Virgen del Carmen a la San Ramón, quince minutos llevaba agarrado a un poste (disculpen no sé cómo se llama entre los pescadores, pienso que mástil) que llevaba la bandera canaria y con la cámara entre mis manos haciendo fotos a todo lo que se movía, junto a mi lado a un señor mayor, pescador y familia de gente de la mar, padre de Del Pino entrenador de fútbol. En serio, que cuarto de hora más largo...entre los nervios y el agobio de tanta gente fueron quince minutos muy eternos. Sin embargo, con la Virgen del Carmen bien puesta sobre la falúa, con los cantos de los fieles ¡No pasa nada la Virgen está embarcada! la situación se estabiliza, todo parece indicar como si todo terminara en ese momento mágico. 

Seguramente era el único que iba por primera vez a disfrutar de la procesión marítima y ellos estaban acostumbrados hacerlo durante muchos años. Esa fue la impresión que a mí me dio, aunque las sensaciones son muy buenas para mí. Visito con cierta frecuencia la Peña de Francia y ahí veo la Virgen de cerca en su santuario. Sobre la San Ramón y a pocos metros de mí me pareció aún mucho más bella. Dios mío ¡Que guapa es...! A tan corta distancia te entran ganas de arrodillarte, de rezar por mi familia, por los amigos, de acercarte, de abrazarte y de darle un beso o muchos. De secarte las lágrimas en su bello manto. Encima ornamentada con bellas flores. Que me disculpe no tienes competencia en cuanto a belleza, eres la mejor, la más natural, la más guapa. La madre de todos los pescadores de la Ranilla. 


¡Que aura tiene nuestra Virgen! —Mientras tanto, hubo cierto debate y escucho valoraciones del momento de la subida del Carmen a la misma falúa. “No fue la mejor subida, pero lo importante es que ya se encuentra bien sobre la barca” “Fue poca estética el paso de los cargadores de tierra a los de la barca”. “La San Ramón toco fondo” “Los cargadores de tierra dentro del agua casi se hunde y tuvieron que levantar muy alto” “Que grande es mi puerto”, algunos se abrazaron, algunos siguieron con sus lágrimas y otros los trabajadores del barco seguían en su faena. Otra vez a la escalera a recoger más gente, al Alcalde Lope Afonso, al concejal de fiesta el joven Ruiman García y a las reinas de la fiesta Susana Conde Alba y su corte de honor y al párroco, todos sin problemas a la hora de saltar a la falúa ayudados por gente de un lado y otro del muelle. Aunque entre los cargadores hubo sus sonrisas picaras y jocosas, tal vez porque tenían a todos los poderes de la ciudad dentro de la San Ramón. 


Tras los saludos de bienvenida. Llegaba la travesía. Uno de los dueños de la San Ramón, Manuel (me comentaron sobrino del gran pescador Cecilio, que en paz descanse, lo recuerdo porque fue un gran aficionado al fútbol Club Barcelona), un pescador muy conocido años atrás no solo en el muelle sino en toda la ciudad. Manuel, su sobrino comentó a todos. “Hay marejada”. Era una alerta que tuviéramos presente por los movimientos de la falúa a la hora de su recorrido. El muelle estaba de bote en bote, miraba a la gente y no conocía a nadie, seguro que todos nos veían a nosotros. Éramos los protagonistas de la embarcación, aunque la gran estrella era la Virgen del Carmen que iba en nuestro barco. La San Ramón dentro del muelle prácticamente ni se movía o se movía muy poco. Con la tranquilidad del momento y después del repaso a la Virgen del Carmen, a los trabajadores y autoridades, nos familiarizamos con las caras de los cargadores y que me disculpen por nombrar sus apodos, creo que lo llevan con mucho orgullo, porque procede de sus padres o abuelos, estaban el Cambio, Chongo, Coyote, Titere, Mofora, Culata, Tetei, Pelenque...Que gente más chistosa es parte de su cierta idiosincrasia. Cualquier cosa se lo toman con muchas gracias, su gesto, sus comentarios nos hacia reír al resto de la tribulación. Lo cierto que se conocen la costa mejor que yo la palma de mi mano. Todos tienen historias que contar. El Alcalde y el concejal de fiestas no paraban de reír, los escuchaba con mucha atención y cuando la situación se hacía un par de segundos en silencio se inventaba cualquier excusa para cantar e incluso para tomar el pelo al más pintado. El palenque llevaba la voz cantante: —Padre, dirigiéndose al párroco: “¡Diga un sermón, hable algo!” y el sacerdote, respondía: ¡Viva la Virgen del Carmen! Y todos entre sorpresas y risas ¡Viva! Y cuando no el famoso estribillo. «Carrascal, carrascal que bonita serenata, Carrascal, carrascal que me estás dando la lata» O otra como... «...y los del Realejos lloran, lloran» Hubo tiempo para contar las hazañas en el mar de algunos. Hablaban de su trabajo en la costa con muchos conocimientos e incluso con recuerdos de todo lo que había pasado. Como era la fiesta antes lo que ha evolucionado. 


La cantidad de pescado que antes había a lo poco que se puede pescar hoy en día. Vamos una biblia entera con la historia contada de abuelos a padres y de estos a sus hijos. —Como se preveía la San Ramón con la Virgen se movía que daba gusto. Los patrones, pescadores y trabajadores ni se inmutaban, daban sensación de tranquilidad que nos trasmitía a todos los demás, aquello todo era una cosa muy normal y lógica con marejada. Las lancha, barcas y zodiac que acompañaban gritaban y cantaban muy cerca de la San Ramón. Todos quería estar presente en ese acto importante de nuestras fiestas. Fuimos desde el Muelle hasta pasado San Telmo y de aquí hasta cerca de Punta Brava. La ciudad de Puerto de la Cruz desde cualquier punto de la misma se le veía con todo su encanto. Hubo entre los barcos intercambios de agua, cerveza—todo era perfecto. La tarde comenzaba a morir y empezaba a entrar la noche. La llegada al muelle sin tanta gente fue triunfal. El rato de la embarcación quedó para el recuerdo. Duro tan poco todo ese día que me hubiera gustado que fuera mucho más largo. No es lo mismo desde fuera, que ver la embarcación desde dentro al lado de la más grande: La Virgen del Carmen. Ahora, me han puesto el caramelo en la boca como los niños y espero estar de nuevo en la del próximo año, si me vuelve a invitar y son tan generosos como lo han sido conmigo. Muchas gracias. Un fuerte abrazo a todos.

¡Viva la Virgen del Carmen! ¡Viva San Telmo! ¡Viva Puerto de la Cruz!"

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