Evaristo Fuentes Melián
Siento de veras lo del fallecimiento de Antonio
Santos Cruz. Hay dos etapas en nuestras respectivas vidas en que coincidimos:
Una, en el
colegio salesiano, en el curso 1954-55. Al final de la tarde / noche teníamos
más de una hora de estudio agotador, juntos 4º, 5º y 6º de un bachillerato de
seis cursos. Yo hacía alguna travesura a don Juan Urbistondo (clérigo
vigilante), y Antonio se reía con aquel envidiable bigotazo que ya tenía a los
14 años de edad.
Luego, más tarde, en los últimos años cincuenta y
primeros sesenta, coincidimos en el baloncesto orotavense. Se llamaba el equipo
Águilas del Valle, y hay una foto en que estamos en un partido en la antigua
Ciudad Juvenil, entrada por la calle del Pilar de Santa Cruz.
Antonio Santos fue un empresario que sin alharacas
supo crecer eficientemente en su especialidad de óptico. Serio y honrado a
carta cabal.
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