Antonio-Pedro Tejera Reyes
ROTARY INTERNACIONAL,
UN MUNDO DE ESPERANZAS
“La inteligencia, la buena voluntad y la paz entre las
naciones, por el compañerismo de sus hombres de negocios, profesionales y
componentes sociales, unidos todos por el ideal de servicios”.
En el año 1981, publiqué mi primer libro sobre Rotary. Eran
tiempos difíciles en mi entorno anímico que esta dedicación me ayudó a soportar
algo, refugiado en la soledad de una sobria habitación de un hotel de Las
Palmas, con el aliento diario de mi amigo José Calero, gerente de ese hotel por
aquel entonces, y asistiendo al nacimiento del Club Rotario de Las Palmas, que
tan gratos recuerdos me traen a la memoria, como su ceremonia de entrega de sus
cartas constitucionales con al padrinazgo del Club Rotario de Santa Cruz de
Tenerife, y la egregia figura de nuestro llorado amigo Cándido Luis García Sanjuán
que, como presidente de ese club tinerfeño, era la figura representativa más
significativa del acto, magnificada por ser el único personaje que había
ostentado la calidad de rotario antes de la guerra civil española, por lo tanto
había sido rotario desde los años treinta del pasado siglo.
El segundo libro sobre Rotary salido de nuestras actividades
públicas, aparecía en el año 2001, fruto de mi presencia ya en el Club Rotario
de Puerto de la Cruz, en Tenerife. Es otro compendio del resumen de mis
actividades en esos largos veinte años entre el primero y segundo, en ambos con
sentidos prólogos de los añorados amigos, Carlos de Yrissarry y Gregorio
Llanos, tristemente desaparecidos ambos.
Junto al autor,
presidente de Rotary Internacional, Rajendra K. Savoo (derecha) y el Gobernador
del Distrito venezolano Oscar Salazar (centro) celebran la presentación del libro
“SOCIOLOGÍA ROTARIA I”, en un memorable encuentro en Caracas.
Presidentes de Rotary Internacional, internacionales,
nacionales, gobernadores de Rotary, y toda una larga lista de personalidades
relacionadas con esta prestigiosa institución que tiene asiento en la propia
Asamblea General de las Naciones Unidas, pasan por nuestras páginas poniendo
muy alto el ideal de servir, meta principal de esta organización uno de cuyos
lemas principales es “servir es mi ocupación”.
El tercer libro, lo hemos publicado con el apoyo
incondicional de mis hermanos María de los Milagros y Marco La Fata, nuevamente
en la ciudad de Maturín, Venezuela, cuna de mis alegrías y mis desdichas…
LOS ROTARY CLUB Y SU FILOSOFIA
Desde los primeros compases dentro de estos modélicos
clubes, observamos la íntima relación que los mismos tenían con el desarrollo
del turismo, ya que por su filosofía encajaban perfectamente dentro del
movimiento de personas que significa este fenómeno socio-económico de nuestra
época.
Después, veíamos como en todos los clubes que militábamos
era permanente la visita de miembros de otros clubes – de otras ciudades,
nacionales e internacionales - que asistían a nuestras reuniones con el fin de
compensar sus asistencias, con lo cual se estimulaba un compañerismo que crecía
de forma generalizada y que más tarde desembocaba en animados encuentros en las
asambleas generales que los clubes rotarios celebran cada año, en las distintas
regiones del mundo donde están asentados.
Así en Maturín, Venezuela – lugar donde, como hemos
reiteradamente publicado, me incorporé a movimiento rotario – Barcelona,
Venezuela, donde también tuve presencia unos pocos años, o en la propia Caracas
con mi exitosa actividad en el Rotary Club de Montalbán, estuve siempre
pendiente de la evolución del ideal que informa la actividad rotaria, quizás
estimulada por nuestra vocación docente, para más tarde tener el honor de mi
participación como fundador del Club Rotario de Las Palmas.
Nos acude a la mente el recuerdo de las palabras de Rajendra
K. Savoo, el presidente de Rotary Internacional, procedente de India, que, en
su visita a Venezuela, nos estimulase a seguir escribiendo sobre los principios
de Rotary, ante la entrega de nuestro primer ejemplar del libro “Sociología
Rotaria I”, con el cual le obsequiamos en un memorable acto.
La justa presencia
del ex presidente de Costa Rica, Oscar Arias, Premio Nobel de La
Paz, en el monumento principal de la UPAZ.
Sumidos en la constante de un entorno donde la avaricia, el
desconocimiento, la infidelidad y el engaño, pululan sin orden ni concierto,
las páginas de ese libro, y sus dos predecesores, nos llevan al ilusionante
mundo que conocimos en los finales de los años noventa del pasado siglo, entre
las paredes de la memorable Universidad para La Paz, allá en los confines de
esa nación, Costa Rica, que gasta su presupuesto del ejército en la educación,
prescindiendo de toda esa parafernalia de tanques de guerra, aviones de
combates, fusiles y granadas, y las enormes nóminas de personal que conlleva
toda esa imponente operación. Un ejemplo mundial entronizado en esa modélica universidad
en cuyo campus tuvimos la reprimida emoción de ver colocadas las estatuas de
cuatro ilustres descendientes de las Islas Canarias.
Cultura de Paz: un reto que debería de llegar hasta las más
íntimas ideas de quienes administran la justicia en todos los países del mundo,
donde deberían de imperar los principios de Rotary Internacional como base primordial
de toda su actuación.
ROTARY UNA ILUSIÓN
En todo este espectro que conforma la actividad de los
clubes rotarios, es justo que destaquemos esa vocación universalista que les
une y que por las circunstancias que comentamos en Canarias se hacen más
evidentes, ya que el acercamiento entre culturas, el fomento del compañerismo y
toda la carga que nos traen los viajes que realizan los componentes de los
clubes de las islas al exterior, son motivos más que suficientes para destacar
de forma excepcional la importancia de estos clubes en las islas, como
promotores de un turismo cultural y profesional de la más alta calidad.
La edificación de las instalaciones de la Universidad para La Paz, guardan un imponente respeto a un entorno natural de referencias, dentro de un espacio único en Centroamérica.
Vamos a copiar íntegramente un párrafo que publicamos en el año 2009, relacionado con un hombre a quién siempre admiré como promotor del turismo en Canarias, y con quién tuve una estrecha relación de amistad profesional.
“En una amigable charla con buenos amigos rotarios de este
Puerto de la Cruz de nuestras alegrías y lamentaciones, fuimos informados
recientemente de la cesión benemérita que este prócer del rotarismo canario
hiciera a la ciudad, de la concesión que tenía frente a su obra, el Hotel
Tenerife Playa, en la mismísima actual Avenida de Colón, concesión que abarcaba
el frente de su hotel y cuya acción trasladó al objeto de salvaguardar este
castigado entorno, que cuando se trató – él también fue artífice en esta
oportunidad – del célebre proyecto de regeneración de toda esa franja del
litoral portuense con la magnífica obra del genial César Manrique, no dudó un
instante en donar todos los derechos que poseía otorgados por esa concesión
para que la obra adquiera la importancia y el espacio que necesitaba.”
“Otra evidente razón para que en los honores que se le
rindan a tan preclara figura del resurgir de la mejor ciudad turística de
Canarias - meca del turismo europeo durante muchos años – se incluya en
denominar AVENIDA DE CANDIDO LUIS GARCIA SANJUAN, a la hoy llamada Avenida de
Colón, donde, dicho sea de paso, deberían concentrarse los impulsos, los
estudios y las más razonados conocimientos, de los dirigentes políticos,
empresariales y de los entes sociales, para conseguir restaurar lo que un día
fuera el punto de atracción más importante de Canarias, comparado únicamente a
los mejo-res del mundo. Sabemos lo que decimos.”
“La figura emblemática de Don Cándido – como popularmente se
le conocía – fue un serio referente para el nacimiento del conocimiento del
rotarismo en las islas, y nos ha parecido justísimo que haya nacido la idea de
su reconocimiento en el seno del club de la ciudad donde también fue un
referente en su desarrollo, destacándose por sus conocimientos, sus visiones
futuristas y su desprendido afán de servicios que le llevó, como hacemos
referencias obligadas acá, a protagonizar colocándose en un discreto plano, la
consecución de la hermosa avenida que hoy reclama su nombre como una deuda
histórica que perpetúe al hombre que hizo posible la realidad de un sueño.”
Envidias aparte, y posturas negativas, no deberían paralizar
este justo reconocimiento a toda una figura prodigiosa de la historia del
turismo en España.
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