EL HISTÓRICO BARRIO DE
TIGAIGA. CELEBRA SUS FIESTAS EN HONOR A LA INMACULADA CONCEPCIÓN
Esteban Domínguez
Desde el año 1775 el barrio
de Tigaiga, celebra sus tradicionales fiestas el honor a La Inmaculada.
Tradición fiesta, que nunca se ha perdido. Una tradición que, gracias a la
generosidad de sus fieles, se viene celebrando desde la fecha indicada, a
pesar, de los difíciles tiempos que nos acompañan.
Tigaiga a partir del día 2 de
septiembre, se viste como no podía ser de otra manera, sus mejores galas. Una
fecha que, con tanta armonía, preparaban nuestros antepasados. Fecha en la cual
muchas personas acuden a sus actos religiosos y populares.
Anteriormente, los
“tradicionales fuegos artificiales”, eran visibles, de cualquier lugar del
Valle, ya que el lugar de exhibirlos era muy cercano donde hoy vemos el Mece
Bentor, costumbre esta que con el paso de los años y debido a los incendios
ocasionados, para evitar el peligro que ello conlleva, se han trasladado a un
lugar más seguro.
Hablar de las centenarias
fiestas de Tigaiga, es pensar como nuestros padres y abuelos preparaban
aquellos antiguos “mechones” que, de alguna manera, daban un cierto contenido a
esa noche mágica cuando la Sagrada Imagen concluía su tradicional procesión.
Decir también que son unas
fiestas, en la cual los vecinos de Tigaiga que residían fuera, volvían al
encuentro con sus familias. Pues muy muy bien agasajados por sus familias
pasaban estos días.
Si estas fiestas se
caracterizan de algo, es el gran empeño de sus vecinos, los cuales, realizan un
gran esfuerzo para no perder esta hermosa tradición que como ya dijimos se
remonta al lejano año de 1755. Ya qué el investigador orotavense don Manuel
Rodríguez Mesa, y nuestro recordado, don Guillermo Camacho, nos dicen que ya en
el año 1757 se venían celebrando.
A este ilustre orotavense le
debemos el empeño de las distintas vicisitudes por la cual paso esta imagen,
así como su ermita, que, si bien se abría al culto, una vez al año, por sus
fiestas, ahora se ha convertido en parroquia
auxiliar de la parroquia Matriz, de La Concepción de Los Realejos, en la cual
los oficios religiosos se celebran semanalmente, los sábados, y vísperas de
festivos. Gracias al empero del salesiano don Guillermo Navarro González.
Este hombre después de 12 de octubre del año
1972, y con el permiso del párroco de aquel entonces, don Rubén Santana,
celebraba la Eucaristía, todos los sábados.
A él le debemos que esta histórica ermita, se
abriera al culto.
De esta ermita se pueden
escribir muchas cosas importantes, pero el tiempo pasa, y las gentes se olvidan
de tantas personas que desinteresadamente, han prestado una gran ayuda.
Tigaiga está en Fiestas como
otros tantos rincones de la Isla. Aprovechemos estas fechas y alcemos la copa
de la amistad, como buenos ciudadanos, y que esta hermosa tradición, nunca se
pierda.
En su programa se recogen los actos religiosos
y populares en su honor.
¡bienvenidos los que lleguen
ahora y siempre, a este simbólico barrio, realejero!
En otro momento hablaremos de
este barrio realejero.
Hay que añadir también que fue el obispo D0n
Luis Franco Gascón quien
autoriza a don Carlos González, el
traslado de S.D.M. a Tigaiga con toda solemnidad, el 27 de enero de
1974 en un día muy Solemne hasta la histórica ermita; la historia de ella nos
habla de ella don Manuel Rodríguez Mesa, quien hace una importante memoria de
este recinto sagrado en el programa de las Fiestas del año 2000. Algo que hasta
aquella fecha era totalmente desconocido anteriormente, y que gracias a él
ahora conocemos de ese programa, en el cual se recogen datos muy importantes.
Y como es normal, todos nos
podemos equivocar, menos el que nada ha hecho.
Con el paso del tiempo se
perdieron unas importantes tradiciones, como eran sus “novenas” que no eran
siete como sus cuarteles. Don Guillermo decía, que eran tantas como la piedad
de sus gentes deseaban. Los que a ellas acudían eran obsequiadas con las
primeras uvas del año, y tanto el cura como el sorchante, el sacristán y
monaguillos, se les regalaban unos elegantes ramos de frutas, de las cuales
desprendían, cintas de colores y variados flotes.
Otra tradición que se perdió,
fueron los tradicionales bailes de salón, así como la “danza de las cintas” los
viejos ventorrillos, las populares “verbenas” y las muchas veces, las turroneras
que desde Tacoronte, nos llegaban.
La procesión de la imagen ha
cambiado su recorrido primitivo, ahora es mucho más largo con el fin de que la
sagrada Imagen de autor desconocido pueda ser contemplada por todo el
vecindario.
Y fin, Tigaiga está en
fiestas, esperemos que los que, a este histórico lugar, compartan el pan y la
sal como verdaderos hermanos.
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