Siento mi respirar en el tiempo, en el tiempo y en el hervor del río rojo en mis venas Está solo mi silencio, solo, ente el mutis bullicioso de la hierba No escucho cantar el horizonte frente a un cielo infinito despejado El árbol me pregunta por mi mundo mientras acaricio la frescura de su sombra Mi mundo es tu verde reflejado en mis ojos en mis ojos reflejado aun en el desierto de mi nido. Un día no tendré que robarte el alma cuando me traigan los pasos de la infancia y abraces mi cuerpo besando tus raíces las mías.
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