Rosario Valcárcel Quintana
El arte no es más que una tontería, escribe Breton, parafraseando a
Rimbaud, si no concierne a producir objetos bellos.
Osvaldo Cipriani es un fotógrafo, un
creador que se asoma al mundo y lo interpreta a través de su cámara. Un artista
que experimenta con la realidad, y a través de ella realiza montajes que se
convierten en sugerencias y destellos líricos. Un fotógrafo al que le gusta
cortejar el alma de la poesía, la creación cargada de alegorías y referencias
mitológicas. Un artista que crea imágenes surrealistas, sensuales, oníricas.
En esta colección, titulada Mitos, Leyendas e Invenciones, ha tratado de
plasmar, como él bien dice, momentos descritos o imaginados que tuvieron
relación con los antiguos, mitos que forjaron nuestra historia y nuestras
sociedades.
Y nos ofrece montajes fotográficos, composiciones articulados de un
Universo repleto de tonalidades y dramatismo, en el que evoca de una forma casi
teatral la estructura del mundo clásico. La cultura común a mitos y pasajes
religiosos, leyendas y tradiciones, en donde los protagonistas son dioses o
héroes. Refleja las coincidencias de todas las culturas inclusive las humanas.
Quizás, porque los seres humanos seguimos teniendo la necesidad de reflejar la
Humanidad que nos ha rodeado y nos rodea en historias alegóricas.
Nos muestra referencias Bíblicas, el vino y el pan como dador de vida, el
retorno al principio del Universo y la expansión de África. El Antiguo Egipto
simbolizado en la arqueología y momias y el animal sagrado: el gato. Y La
Tierra como Paraíso, la tentación y el pecado y Eros y Thanatós. Los minaretes,
las cruces cristianas y las egipcias. Representa la violencia de género y la
intolerancia, la mujer sometida. Y nos sumerge en el túnel infernal de La
Apocalipsis, en la Tierra que se rebela y el desastre nuclear. El ángel
castigador y la destrucción y la muerte que apacentó Hermes, el dios del
Inframundo, dejando tras de sí, máscaras y calaveras, el éxtasis de los
finales: Guerra, hambre y epidemias.
Nos presenta deidades y dioses, derrotados pero invencibles, como el
nacimiento de Dyonisio y la Venus encadenada, o a Tetis pariendo a Aquiles en
el murmullo de la Laguna de Estigia y el Retorno a la Diosa Madre. Aunque la
mayor parte de la obra que hoy expone Osvaldo Cipriano gira en torno a la
sexualidad, al concepto de lo femenino, la estética y la sensualidad del
desnudo repleto de fondos oscuros con un cielo sibilino.
Hace un homenaje a los grandes de la pintura, a los relojes, el huevo y a
la eterna Gala de Dali, a La Gioconda juguetona y a los inventos de Leonardo de
Vinci, a Chagall, a los contextos amorosos e idealizados del Jardín de las
Delicias del Bosco, a la isla flotante de Magrit y a muchos otros.
Osvaldo Cipriani nace en Bahía blanca, Argentina y desde muy joven comienza
a trabajar en la fotografía. Concluye sus estudios en la Escuela de Arte
Dramático de Bahía Blanca. Ha trabajado en reportajes sociales, periodísticos y
científicos; fotógrafo en locales nocturnos, publicidad, retratos en plató,
fotos de ballet, música y teatro. Y ha dedicado más de treinta años a la
enseñanza de la fotografía. Ha expuesto en varias partes del mundo, como
España, Italia, Francia, Argentina, Corea o China.
Una exposición que ha sido dirigida por el curador Diego Casimiro y pueden visitarla en el Centro Comercial El
Muelle desde día 31 de marzo al 17 de abril
de 14 a 21 horas.
Osvaldo Cipriani transmuta la realidad, juega con el culto de los sentidos,
nos manifiesta la condición humana, así como el espíritu de la cultura de todos
los tiempos. Y lo realiza a través de sus composiciones, imágenes repletas de
los delirios y los sueños de esa faceta sagrada y espiritual que abarca Mitos,
Leyendas e Invenciones.
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