Lorenzo Soriano
No dirán que no suena bonito. La música y la letra.
Pues bien, mientras este lema no sea el objetivo único a perseguir por la
estructura fiscal de los gobiernos, será imposible disminuir las cantidades
evadidas por quienes se sienten estafados por el sistema, unidos a los que de
por sí, se lo saltan sin más. Extorsionar hasta el desaliento a la clase
productiva, al elemento creador y activo, para entregar su esfuerzo a quien
parasite el sistema, es a la corta incentivar el abandono de la intención de
contribuir.
Y se hace mayormente para comprar el voto, aun a sabiendas de que la
economía se retraerá cuando los impulsores de la maquinaria productiva, se
aburran, dejen de contribuir y se sitúen en la situación de solicitar
igualmente, o simplemente se vayan del país. Cuando el sistema provoca que en
muchísimos casos sea más rentable vegetar que producir, la solución al problema
se vuelve imposible. Mientras la contabilidad del Estado sea
"colectiva" y no individual, con asignación a cada cual de los
miembros útiles y completos de acuerdo a su nivel contributivo y aportación al
flujo, muchas personas se consideraran, repito, estafadas.
Si esforzarse, desvelarse, trabajar más y mejor, no va a significar obtener
rédito o ventaja alguna, estamos cayendo en las economías socializadas, todas
fracasadas y destructoras de vidas, haciendas, economías y generaciones
enteras. Si no se amerita ser contribuyente y como a tal se le considera y
respeta en vez de tacharlo de "negrero" y se demoniza al empleador, a
quien si bien si hay que controlar pero dejándole margen suficiente para
sentirse compensado de su riesgo y esfuerzo, este paro, esta crisis, jamás
dejara de ser endémica. La burbuja era mentira, el crecimiento era irreal, los
controladores unos cómplices necesarios que deberían estar encerrados. Tenemos
un erróneo concepto de la solidaridad, provocado e inducido por demagogos
irredentos, enemigos de todo avance que los descoloque del escenario. Si todo
va bien y hacia adelante su espacio se reduce y queda disminuido. Solo florecen
en la crisis social, política o económica que pretenden crear para poder mejor
captar al descontento. El dinero se gana en buena lid también, y el discurso de
que nadie gana mucho honradamente es falso. Solo depende de lo brillante que
sea su idea, lo grande del esfuerzo, lo especial de su creatividad, el ámbito
de su actividad, y el beneficio que aporte a la comunidad que está esté
dispuesto a pagarlo. Solo y únicamente, cuando la necesaria fiscalidad rigurosa
y escrupulosamente aplicada basada en leyes pensadas en conjunto, a lo ancho, y
sopesando todas las variables, por sesudos Legisladores bien dotados de experiencia
y capacidad, solo entonces, se podrá aplicar con el consenso de la inmensa
mayoría de los recaudando, y con la alegría de contribuir al bien común y en
ayuda de los realmente necesitados. La sociedad no se da cuenta al parecer, que
gasto público no es gasto social, ni la mitad que fuese este. Nos hacen creer
que los impuestos son para las pensiones y es mentira. Eso se debería cubrir
con las cuotas malignas que nos detraen de nuestros ingresos de manera
inflexible y confiscatoria. Es nuestro dinero que se nos devuelve al tiempo. Es
una operación de matemática Financiera, entregamos ahora y nos devuelven cuando
no tengamos ingresos, pero es nuestro dinero. ¿Porque tiene deuda el Estado y
porque debemos pagarla nosotros y no quien se ha beneficiado de ella comprando
votos y voluntades. Solamente con lo que se ha llevado Pujol se mantendría la
dependencia 10 años. Y sigue libre. Si sumamos el latrocinio, el sobrecoste y
los pagos diez que "legales" o aceptados de toda esa patulea que
abreva alrededor de los gobiernos, no necesitaríamos pagar nada o simbólica
seria la necesidad de contribuir.
Si cada cual decidiera como se jubila, cuanto quiere cobrar y cuanto quiere
pagar, y si decidiera como ya hacen 4 millones de españoles, tener además
seguridad sanitaria fuera de la publica tan recortada y tan mal atendida en
primaria y especialidades por los abusos que el sistema permite y provoca, y si
además se concediera el cheque sanitario, todo sería mucho más justo. Si
hubiese cheque escolar, asimismo se respetaría el deseo y criterio de la
inmensa mayoría, de los sostenedores del sistema que es a quien hay que bien
tratar para que sigan aportando flujo y se pueda sostener la dependencia y a
las discapacidades sociales. Hay tanto que cambiar. No quiero dejar de
mencionar la indefensión absoluta de los ciudadanos ante las Haciendas, entre
más cercanas peor. Es un hecho. De suyo han tenido que cerrar agencias
recaudatorias en muchos lugares por los abusos tremendos cometidos contra
ciudadanos desprotegidos. Cuyos asesores, que necesitan sin poder pagarles
apenas, les recomiendan pagar antes de perder el tiempo en farragosas peleas que
a nada conducen por el ansia recaudatoria y la complicidad de las instituciones
en saquear al vulnerable. En ellos les va sus emolumentos parece. A todos los
de bien nos gustaría contribuir con la añadida alegría de saber que ayudamos y
que cumplimos. El feliz contribuyente, desprendido porque le sobra y quiere
ayudar a los demás, a través de una hacienda amiga, querida, respetuosa. Lo que odiamos es que nos maltraten y nos
esquilmen el fruto de nuestro trabajo, además para sus componendas y
latrocinios. Es una tarea de Titanes, y si las asociaciones profesionales, de
empresarios, colectivos de pensamiento e ideas o partidos no involucrados en el
poder ayudaran, podríamos intentarlo. Una Unión de contribuyentes poderosa
necesitaríamos, como en todo el mundo civilizado existe para defendernos de los
ataques y la voracidad del Estado que necesita miles de millones para tapar sus
vergüenzas a la sombra de "sostener" el Estado. Si hasta las derechas
más recalcitrantes, cuando tocan poder piden la absoluta asfixia al que
produce, como estamos viendo a diario, que será cuando gobiernen las izquierdas
más desnortadas.
No nos dejaran ni respirar.
A reflexionar.
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