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sábado, 9 de abril de 2016

LA HACIENDA AMIGA, Y EL CONTRIBUYENTE FELIZ

                                                                                          
Lorenzo Soriano

No dirán que no suena bonito. La música y la letra.

Pues bien, mientras este lema no sea el objetivo único a perseguir por la estructura fiscal de los gobiernos, será imposible disminuir las cantidades evadidas por quienes se sienten estafados por el sistema, unidos a los que de por sí, se lo saltan sin más. Extorsionar hasta el desaliento a la clase productiva, al elemento creador y activo, para entregar su esfuerzo a quien parasite el sistema, es a la corta incentivar el abandono de la intención de contribuir.  

Y se hace mayormente para comprar el voto, aun a sabiendas de que la economía se retraerá cuando los impulsores de la maquinaria productiva, se aburran, dejen de contribuir y se sitúen en la situación de solicitar igualmente, o simplemente se vayan del país. Cuando el sistema provoca que en muchísimos casos sea más rentable vegetar que producir, la solución al problema se vuelve imposible. Mientras la contabilidad del Estado sea "colectiva" y no individual, con asignación a cada cual de los miembros útiles y completos de acuerdo a su nivel contributivo y aportación al flujo, muchas personas se consideraran, repito, estafadas.  

Si esforzarse, desvelarse, trabajar más y mejor, no va a significar obtener rédito o ventaja alguna, estamos cayendo en las economías socializadas, todas fracasadas y destructoras de vidas, haciendas, economías y generaciones enteras. Si no se amerita ser contribuyente y como a tal se le considera y respeta en vez de tacharlo de "negrero" y se demoniza al empleador, a quien si bien si hay que controlar pero dejándole margen suficiente para sentirse compensado de su riesgo y esfuerzo, este paro, esta crisis, jamás dejara de ser endémica. La burbuja era mentira, el crecimiento era irreal, los controladores unos cómplices necesarios que deberían estar encerrados. Tenemos un erróneo concepto de la solidaridad, provocado e inducido por demagogos irredentos, enemigos de todo avance que los descoloque del escenario. Si todo va bien y hacia adelante su espacio se reduce y queda disminuido. Solo florecen en la crisis social, política o económica que pretenden crear para poder mejor captar al descontento. El dinero se gana en buena lid también, y el discurso de que nadie gana mucho honradamente es falso. Solo depende de lo brillante que sea su idea, lo grande del esfuerzo, lo especial de su creatividad, el ámbito de su actividad, y el beneficio que aporte a la comunidad que está esté dispuesto a pagarlo. Solo y únicamente, cuando la necesaria fiscalidad rigurosa y escrupulosamente aplicada basada en leyes pensadas en conjunto, a lo ancho, y sopesando todas las variables, por sesudos Legisladores bien dotados de experiencia y capacidad, solo entonces, se podrá aplicar con el consenso de la inmensa mayoría de los recaudando, y con la alegría de contribuir al bien común y en ayuda de los realmente necesitados. La sociedad no se da cuenta al parecer, que gasto público no es gasto social, ni la mitad que fuese este. Nos hacen creer que los impuestos son para las pensiones y es mentira. Eso se debería cubrir con las cuotas malignas que nos detraen de nuestros ingresos de manera inflexible y confiscatoria. Es nuestro dinero que se nos devuelve al tiempo. Es una operación de matemática Financiera, entregamos ahora y nos devuelven cuando no tengamos ingresos, pero es nuestro dinero. ¿Porque tiene deuda el Estado y porque debemos pagarla nosotros y no quien se ha beneficiado de ella comprando votos y voluntades. Solamente con lo que se ha llevado Pujol se mantendría la dependencia 10 años. Y sigue libre. Si sumamos el latrocinio, el sobrecoste y los pagos diez que "legales" o aceptados de toda esa patulea que abreva alrededor de los gobiernos, no necesitaríamos pagar nada o simbólica seria la necesidad de contribuir.              

Si cada cual decidiera como se jubila, cuanto quiere cobrar y cuanto quiere pagar, y si decidiera como ya hacen 4 millones de españoles, tener además seguridad sanitaria fuera de la publica tan recortada y tan mal atendida en primaria y especialidades por los abusos que el sistema permite y provoca, y si además se concediera el cheque sanitario, todo sería mucho más justo. Si hubiese cheque escolar, asimismo se respetaría el deseo y criterio de la inmensa mayoría, de los sostenedores del sistema que es a quien hay que bien tratar para que sigan aportando flujo y se pueda sostener la dependencia y a las discapacidades sociales. Hay tanto que cambiar. No quiero dejar de mencionar la indefensión absoluta de los ciudadanos ante las Haciendas, entre más cercanas peor. Es un hecho. De suyo han tenido que cerrar agencias recaudatorias en muchos lugares por los abusos tremendos cometidos contra ciudadanos desprotegidos. Cuyos asesores, que necesitan sin poder pagarles apenas, les recomiendan pagar antes de perder el tiempo en farragosas peleas que a nada conducen por el ansia recaudatoria y la complicidad de las instituciones en saquear al vulnerable. En ellos les va sus emolumentos parece. A todos los de bien nos gustaría contribuir con la añadida alegría de saber que ayudamos y que cumplimos. El feliz contribuyente, desprendido porque le sobra y quiere ayudar a los demás, a través de una hacienda amiga, querida, respetuosa.  Lo que odiamos es que nos maltraten y nos esquilmen el fruto de nuestro trabajo, además para sus componendas y latrocinios. Es una tarea de Titanes, y si las asociaciones profesionales, de empresarios, colectivos de pensamiento e ideas o partidos no involucrados en el poder ayudaran, podríamos intentarlo. Una Unión de contribuyentes poderosa necesitaríamos, como en todo el mundo civilizado existe para defendernos de los ataques y la voracidad del Estado que necesita miles de millones para tapar sus vergüenzas a la sombra de "sostener" el Estado. Si hasta las derechas más recalcitrantes, cuando tocan poder piden la absoluta asfixia al que produce, como estamos viendo a diario, que será cuando gobiernen las izquierdas más desnortadas.   
          
No nos dejaran ni respirar.                        


A reflexionar.

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