Sheina Leoni
Prólogo
Vivimos en una época en la cual los avances tecnológicos y científicos han
conseguido un desarrollo social, económico y cultural como nunca antes en la
historia de la humanidad.
Éticamente, sin embargo, las relaciones humanas parecen haber sufrido un
retroceso en el cual, muchos valores se han dejado de lado. En el camino del
éxito individual parecemos haber olvidado la solidaridad, el respeto, la
tolerancia…
¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué siguen aumentando los prejuicios y la
discriminación pese a tantos esfuerzos qué se hacen por detenerlos?
¿Puede una persona perder o ver limitados sus derechos por su sexo, etnia,
orientación sexual, peso o cualquier otra condición específica?
¿Podemos perder el respeto a nuestros semejantes por el color de la piel,
por su sexualidad, o por su forma de pensar?
La mayoría de científicos sociales sostienen que vivimos en la Sociedad del
conocimiento o de la información, pero ¿estamos aprovechando éstas ventajas
para el desarrollo de los derechos humanos, tales como la igualdad, la
libertad, la tolerancia y la dignidad, entre otros?
¿O nos hemos quedado simplemente en hermosas palabras que todos conocemos y
juramos respetar, pero qué olvidamos sistemáticamente en nuestra vida diaria?
Ha llegado la hora de que apliquemos ese conocimiento a favor de la raza
humana, única raza que realmente existe en el planeta tierra, y que dejemos de
utilizar esas diferenciaciones particulares como instrumentos de desigualdad
social.
Si queremos vivir en un mundo mejor, en esa sociedad que tanto hemos
plasmado en cientos de leyendas y poesías, es mejor que empecemos ahora.
Mañana, ya será tarde.
Prejuicio y Discriminación
Creo importante destacar algunos conceptos, que nos servirán de guía en
todo el planteo que voy a hacer.
Según el texto de sociología de Plummer y Macionis, prejuicio es un juicio
hecho en relación a una categoría de personas, a las cuales juzgamos y
evaluamos en forma indiscriminada de acuerdo a ciertas creencias sobre la
calidad de esas personas, e independientemente de sus cualidades reales, ya sea
por el sexo, orientación sexual, creencias, raza o cualquier otra
característica que la distinga.
Los prejuicios son parte de la cultura de una sociedad, y se aprenden, mediante
la socialización a través de la familia, amigos, instituciones educativas y los
medios masivos de comunicación. Suelen ser muy emotivos e irracionales, lo que
puede llevarnos a tener ciertas conductas violentas o de rechazo hacia las
personas que consideramos diferentes. En una palabra, pueden llevarnos a la
discriminación.
Discriminar, en cambio, es tratar en forma diferente a las personas según a
la categoría a la que pertenece, o al grupo en el cual las ubicamos. Prejuicio
y discriminación suelen ir juntos, pero no son la misma cosa.
Mientras que tener prejuicios implica juzgar sin conocer realmente ciertas condiciones a tribuidas a
determinadas personas o grupos de personas, discriminar es manifestar conductas
diferenciales hacia esas éstas.
Los autores mencionados anteriormente consideran a los prejuicios como
generalizaciones rígidas e irracionales hacia un grupo o categoría de
personas...
En definitiva, significa juzgarlos, por ciertas cualidades que nosotros les
imponemos y que creemos ciertas antes de conocer la realidad.
Lamentablemente, es algo que la mayoría de las personas hacemos, más allá
de que solemos sostener y defender las diferentes declaraciones de Derechos
Humanos como algo imprescindible para la buena marcha de la sociedad.
Y en los albores del siglo XXI, podemos, por características personales sin
ningún tipo de rigurosidad científica.
El término minoría no indica que estas personas sean siempre grupos
numéricamente pequeños, sino más bien que, por sus características personales
tiene una posición subordinada en la sociedad en que viven. Muchas veces, los
miembros de una misma minoría tienden a identificarse y a unirse entre sí,
tratando de esta manera de tener una posición más favorable en su comunidad.
Más grave aún, suele ser, que muchas veces estas personas son utilizadas
como chivos expiatorios por muchos miembros de la sociedad, por ejemplo, cuando
en algunos sitios se ha dicho que el desempleo ha ido en aumento desde que la
mujer ha entrado en el mercado de trabajo, o cuando en los comienzos de los
años ochenta se empieza a conocer la enfermedad del sida y se mira a los
homosexuales como una de las principales causas del problema.
Los chivos expiatorios son personas o categorías de personas con poco poder
o prestigio en la sociedad en que viven, y a quiénes otros, en forma irracional
culpan de sus propios problemas.
Estos individuos, lamentablemente, quedan muchas veces estigmatizadas, es
decir, obtienen una marca negativa que el resto de las personas utilizará para
definirlas o ubicarlas en la sociedad durante mucho tiempo, o tal vez toda su
vida. Estos marginados sociales, se convierten en personas que, poco a poco son
apartados de las actividades políticas, económicas, culturales y educativas de
la sociedad en que viven, transformándose en parias sociales. (Estigmas, Irving
Goffman, 1963)
En ciertos sitios, o entre quienes sostienen algunas creencias religiosas
especiales, las mujeres siguen ocupando posiciones notablemente inferiores, o
son sometidas a costumbres bárbaras, como la mutilación genital femenina que se
trata de una tradición pre-islámica aunque no en todos los países musulmanes se
practica.
Prejuicios y discriminación: Generalmente de la mano.
Como ya hemos visto, los prejuicios hacen referencia a las creencias de ciertas
personas o grupos de personas, mientras que la discriminación se refiere a las
conductas que tenemos hacia ciertos individuos, es decir a las acciones o
comportamientos que podemos tener respecto a éstos.
Y así como hay sociólogos que consideran que hay prejuicios positivos o
negativos, hay también quienes dicen que la discriminación puede ser
beneficiosa para algunos y perjudicial para otros.
Es decir, sería positiva cuando se llevan a cabo medidas compensatorias que
benefician a determinados grupos de personas, y negativas cuando se ponen
obstáculos que impiden que otras puedan desenvolverse socialmente en las mismas
condiciones. Por ejemplo, conceder a las mujeres ciertos beneficios por motivo
de la maternidad podría considerarse una forma de discriminación positiva.
Generalmente, los prejuicios y la discriminación están estrechamente
vinculadas, y suelen potenciarse en forma recíproca, dando lugar a un círculo
vicioso que suele mantenerse durante mucho tiempo.
Este círculo vicioso
implicaría:
1. Desarrollo del prejuicio y la
discriminación, ya sea por el etnocentrismo (juzgar a una cultura de acuerdo a
la nuestra) o buscando a quien culpar de nuestros problemas.
2. El grupo minoritario ve cerrado
por esta causa muchas opciones, y tiene menos oportunidades que el resto de la
sociedad. Por lo tanto, va quedando en las posiciones más bajas de la sociedad.
3. El ocupar esos lugares, parece
dar la razón a la sociedad sobre la inferioridad natural de esa minoría. Como
consecuencia el círculo vicioso comienza nuevamente.
Es importante destacar lo que es discriminar a otras personas por sexo,
género, discapacidad, etc. y lo que es hacer distinciones individuales. Es decir,
continuamente hacemos distinciones entre las personas: unas nos parecen más
inteligentes, otras más simpáticas, otras más lindas, etc.
Estas distinciones son inevitables, pero no implican discriminación. El que
discrimina, no valora cualidades individuales de los individuos, sencillamente,
las ignora, y solo ve el color de su piel, su sexo, su identidad sexual...
Es decir, no se detiene para observar aquellas características reales que
la persona puede tener.
Sobreviviendo en Sociedades Homofóbicas, Obesóficas, Xenofóbicas…:
Prejuicios actuales.
1- La Homofobia:
Describe un sentimiento de miedo o rechazo hacia los homosexuales. El
término fue acuñado a comienzos de los años 70 setenta por el psiquiatra
norteamericano George Weinberg, que lo definió como el temor de entrar en
contacto cercano con los homosexuales.
La homofobia es una enfermedad
social que transmite valores negativos hacia determinadas categorías de
personas, en este caso los homosexuales, y que trae como consecuencia el
menoscabo de los derechos que todos los seres humanos deben tener y usufructuar
en igualdad de condiciones.
Muchas sociedades están tratando de reivindicar estos derechos a través de
algunas conquistas específicas, como, por ejemplo: Matrimonio igualitario,
derecho de adopción, etc.
2- Obesofobia
La escuela de Evolución Humana y Cambio Social de la Universidad de Arizona
(EE.UU.) en un estudio reciente de investigación, demostró que la obesidad y la
gordura, son vinculadas con fealdad, a sexualidad e inestabilidad, mientras que
la delgadez es asociada con salud, belleza, juventud, éxito, entre otras cosas.
Lamentablemente estos patrones van en aumento, aun cuando en la mayoría de
las sociedades la obesidad también se extiende, y tal como lo establece la
Antropóloga Alexandra Brewis, el ideal de delgadez está en aumento por el mundo
y se está transformando en un nuevo patrón cultural.
3- Xenofobia:
Es el odio y rechazo al extranjero,
con manifestaciones que van desde el desprecio y las amenazas, hasta las
agresiones y asesinatos. En la última década de siglo XX y principios del siglo
XXI la xenofobia se ha manifestado violentamente, en todas las sociedades y en
lugares donde conviven diferentes grupos étnicos, que no están ni mezclados, ni
integrados en las comunidades, muchas veces en forma involuntaria.
Cabe destacar, qué en una época en la cual los movimientos migratorios y la
globalización ha ido en aumento, la xenofobia sigue existiendo y siendo
tolerada en diferentes sociedades.
4-Sexismo
Las creencias sexistas, sostienen que los individuos pueden ser
entendidos o juzgados basándose simplemente en las características del grupo al
que pertenecen: en este caso, a su categoría sexual, masculino o femenino.
El sexismo contra las mujeres sería el conjunto de discriminaciones y
estereotipos de género que perjudican a las mujeres. El término «sexismo» en su
uso corriente se refiere al sexismo contra las mujeres, debido a que éste fue
la primera forma de sexismo comúnmente identificada.
Es de esperar que la universalización de la educación contribuya
definitivamente a erradicar estas nefastas creencias que, en mayor o menor
medida, existen en las diferentes sociedades.
¿Cómo surgen éstos prejuicios?
Estos estereotipos, van surgiendo en el transcurso de la socialización de
los individuos a través de ciertos agentes socializantes, como la familia,
amigos, etc.
Estereotipos que suelen ser rígidos e irracionales, y que tienden a llevar
a grandes problemas de discriminación social, al poner en tela de juicio la
calidad de esas personas independientemente de los hechos reales que pudieran
demostrar lo contrario.
Estos prejuicios generalizados, se hacen evidentes en todos los aspectos de
la vida de las personas, y suelen generar falta o disminución de oportunidades
culturales, económicas, políticas o de cualquier otra índole en los individuos
que los padecen.
Muchos de estas personas, viven incluso en una situación de marginalidad
social, qué significa la imposibilidad de integrarse y participar normalmente
en la vida de la comunidad a la que pertenecen.
¿Qué pasa a nivel laboral?
La discriminación en el empleo y la ocupación consiste en otorgar un trato
desigual y poco favorable a las personas debido a criterios como raza, sexo,
religión, ideas políticas, etc., en dicha actividad. Esto nos lleva a dejar de
lado cualificaciones y méritos reales de las personas, desperdiciando talentos
y perjudicando así el progreso económico de la sociedad, y menospreciando a
dichas personas. La Organización Internacional del Trabajo, considera
imprescindible la eliminación de la discriminación en el plano laboral, por el
bien de cada persona y de toda la sociedad.
Sin embargo, no se considera discriminación:
1- Diferenciar o premiar a los individuos por méritos personales como
aptitudes específicas, conocimientos etc.
2- El facilitar el acceso al mercado laboral a las personas con
discapacidad.
3- El asegurar que algunas personas (embarazadas, menores, etc.) tengan
protección especial en ciertas ocasiones. Por ejemplo, en Uruguay las mujeres
tenemos un día al año para exámenes ginecológicos (obligatorios) sin que se nos
descuente el día.
Estas acciones positivas, no tienen como objetivo discriminar, sino
equilibrar la balanza hacia aquellas personas que lo necesiten. Este es el
concepto de justicia que nos planteó Aristóteles, no tratar a todos por igual,
sino dar a todas las mismas oportunidades para competir en igualdad de
condiciones.
Debemos entonces trabajar en forma conjunta para llegar a este criterio de
igualdad y de justicia, y una de las formas principales es la educación, la
calidad educativa que debe alcanzar a todos los habitantes. Una buena educación
es el elemento clave para erradicar prejuicios y evitar la discriminación, pero
además deben existir leyes, normas jurídicas, que garanticen el respeto y la
igualdad de oportunidades.
Señalando a nivel de los sexos, todavía existen muchas sociedades en las
cuáles a las mujeres les cuesta llegar más a puestos directivos, o dónde son
prejuzgadas por ocupar determinados cargos de jerarquía, atribuyéndoselos a
“sus atributos físicos”
Y ni que hablar en materia de salarios, dónde muchas veces, a igual
jerarquía entre ambos géneros las mujeres obtienen salarios más bajos.
Conclusión:
En este nuevo siglo, los seres humanos seguimos traspasando las fronteras
del conocimiento con mayor velocidad que nunca antes. Las Nuevas tecnologías de
la Información y la Comunicación nos han permitido llegar a sitios inimaginables
un tiempo atrás.
Sin embargo, el crecimiento ético y moral parece ir en sentido contrario al
crecimiento científico. Probablemente la
prisa con que vivimos no nos permite detenernos a comprender e integrar a
nuestra personalidad todos esos principios que quedan redactados y protegidos
en papel, pero que no quedan en el lugar más importante: Nuestra Conciencia.
Es hora de que aprendamos de una vez por todas a respetar y tolerar los
derechos de todas las personas, aceptando nuestras diferencias y salvaguardando
sus cualidades con toda nuestra fuerza, tratando de desterrar los prejuicios y
la discriminación definitivamente.
Es importante comenzar a actuar de una vez por todas, porque mañana, los
diferentes podemos ser nosotros. ¿Qué pasará entonces?
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